![La hostelería se prepara con un horizonte de dudas](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202005/01/media/cortadas/hosteleria1-k5QF-U11020292993tRC-1968x1216@Las%20Provincias.jpg)
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La incertidumbre sobre la desescalada todavía es grande en el sector de la hostelería. Los propietarios de numerosos restaurantes y bares ultiman estos días sus compras y sus planes para la reapertura parcial. Con el inicio de la fase 0 de la desescalada, muchos establecimientos subirán la persiana el próximo lunes 4 de mayo para servir comidas a domicilio, aunque no estará permitido el consumo en los locales. Un gran número de bares y pizzerías ya lo hacía para minimizar sus pérdidas tras la pérdida de clientes por el confinamiento.
La instalación de mamparas y paneles de policarbonato, cristal templado e incluso de lona transparente se ha disparado desde que el Gobierno anunció las cuatro fases para alcanzar lo que se denomina la nueva normalidad, ya que todo no volverá a ser como antes en las barras de los bares ni en los mostradores de muchos comercios.
«Estamos haciendo mamparas de protección para inmobiliarias, peluquerías, clínicas dentales, asesorías y otros establecimientos que tienen un recibidor o un mostrador para atender al público. Nos llama mucha gente para informarse y para pedir presupuestos», asegura Luis Javier Solana, propietario de la carpintería metálica Alusol. «Hemos instalado en pocos días cuatro mamparas en Sagunto y estamos preparando otras cinco», añade Solana.
Una vez que las autoridades sanitarias dan por controlado el ratio de contagios de Covid-19 en España, muchos hosteleros estudian cómo podrían rentabilizar al máximo el espacio tanto en las terrazas como dentro de los locales. Otros no se plantean abrir hasta el 25 de mayo debido a las limitaciones de aforo. «Nosotros tenemos autorización para seis mesas en la terraza, pero solo podemos poner dos con la limitación de aforo a un tercio. Esta norma nos impide abrir», explica Jorge Dasí, gerente de la pizzería Di Marco, que sirve a domicilio desde que entró en vigor el estado de alarma el pasado 15 de marzo.
Un centenar de hosteleros de Elche y Crevillent colgaron ayer el cartel de 'se traspasa' de forma simbólica, dentro de una campaña para mostrar su desacuerdo por las medidas del Gobierno para la desescalada, que consideran que no ha tenido en cuenta al sector.
La caída de la facturación en los últimas semanas y próximos meses, el parón laboral con la destrucción de miles de puestos de trabajo y la incertidumbre sobre las normas de aforo deja un lastre de más de 6.700 millones de pérdidas sólo en la Comunitat Valenciana. Cerca de 5.000 bares y restaurantes corren peligro de cierre en la región, pero lejos de conformarse con la situación, muchos hosteleros reorganizan la distribución de las mesas en sus locales, colocan mamparas de protección o contratan servicios de desinfección con ozono.
«Estoy emocionado. Mi vida es mi trabajo y en veintidós años había cerrado muy pocas veces. Solo pienso en el día que volveré a montar la terraza (el 11 de mayo), aunque con las mesas más distanciadas. Estoy pensando en poner separadores con plantas», afirma Toni Campagnolo, propietario del restaurante Lambrusquería. Tras varios años dedicado al negocio de la moda, Campagnolo eligió Valencia en 1996 para cambiar de vida y probar una nueva andadura profesional. Desde entonces, la restauración es su medio de vida y no piensa renunciar a la fórmula que le ha funcionado. «Habrá más espacio entre los clientes y eso contribuirá al ambiente relajante que tiene Valencia», augura el restaurador italiano.
José Coné y Arancha Vivó tendrán que esperar hasta el 25 de mayo (el día que comienza la fase 2) para abrir su negocio. El restaurante Nueva Mutua no tiene terraza y la mayoría de sus clientes son trabajadores del polígono Vara de Quart. «Nosotros estamos instalando paneles de policarbonato en la barra y también los pondremos en las mesas grandes», señala Coné. «Esta medida anticontagio no es obligatoria, pero es muy importante para crear un espacio seguro», agrega el propietario del bar, que también desinfectará el local con un tratamiento de ozono nebulizado.
A Rafa Martí, uno de los propietarios de L'Alqueria Santa Ana, la norma sobre el aforo condiciona todavía más su plan de trabajo. Esta empresa familiar, que está dirigida por la segunda generación, tuvo que solicitar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) tras aplazar sus clientes la celebración de hasta medio centenar de convites de bodas, bautizos y comuniones en pocos días. «Nosotros no tenemos problemas de espacio, pero debemos estudiar cada evento y decidir cómo separamos las mesas», afirma Martí.
Las asociaciones de profesionales de peluquería han trasladado al Gobierno que no pueden garantizar la apertura de todos los salones el lunes, ya que precisan de algunos días para extremar su preparación y priorizar en la seguridad de los ciudadanos.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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