Alumnos durante el primer examen de la selectividad de 2022. Irene Marsilla

Las carreras hueso de la universidad

Arquitectura y las ingenierías son las más complicadas para los alumnos. Y las que tienen que ver con las matemáticas o la informática son las que más han elevado su nota de corte

Joaquín Batista

Valencia

Domingo, 28 de mayo 2023

Miles de estudiantes afrontan en poco más de una semana la selectividad, que será la última con el formato implantado hace más de una década. Una vez superados los exámenes -y tras el merecido descanso- llegará el momento de elegir qué carrera cursar a ... través de la preinscripción. La decisión nunca es sencilla ante la cantidad de variables que pueden influir. Las hay subjetivas, como la presión del entorno y la vocación, entendida como la predisposición y la seguridad de un alumno en relación a su futuro profesional, y también objetivas, como sucede con las perspectivas de empleabilidad, convenientemente analizadas por entidades oficiales y de prestigio en estudios que ganan relevancia a medida que se acercan las pruebas de acceso.

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Otro factor de la ecuación puede ser la dificultad de las carreras, que es complicada de medir y que sería una variable de carácter mixto. Por un lado influye la formación previa del alumno y su predisposición vocacional, pero también se puede acotar a través de los indicadores de rendimiento que se recogen en la estadística oficial.

En el análisis realizado por LAS PROVINCIAS el ranking está encabezado por los títulos relacionados con algunas ingenierías, la arquitectura y la construcción, la informática, las ciencias, las humanidades y los estudios de ámbito empresarial.

Y en el otro extremo de la clasificación se sitúan carreras con un enorme componente vocacional, como son las relacionadas con la docencia o las Ciencias de la Salud. Expresado de otra forma, es muy atrevido decir que son las más sencillas porque todo estudio tiene su complicación. La idea se entiende perfectamente con el grado de Medicina, situado en el penúltimo puesto pese a su duración, exigencia y requisitos de acceso.

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Las cifras utilizadas proceden de la estadística que publica el Ministerio de Universidades, que realmente se expresa por ámbitos de estudio que engloban carreras con puntos en común. Cosas de la necesaria homologación con Europa para poder realizar análisis comparativos.

En cuanto a la metodología, la ordenación se basa en un índice que sale del promedio de la tasa global de abandono de los estudios (la proporción de estudiantes que entraron en el 2016-2017 y ya no estaban matriculados cuatro años después, en el 2020-2021), la de idoneidad (porcentaje de alumnos de la misma promoción que acabaron sus estudios en el tiempo teórico previsto, normalmente cuatro ejercicios) y la de rendimiento (relación porcentual entre los créditos superados y los matriculados en el 2020-2021). En los dos últimos el parámetro utilizado sale de darle la vuelta al que refleja la estadística oficial, para tener la cifra de los que no acaban en el plazo ideal (100 menos la idoneidad correspondiente) y los créditos no aprobados (100 menos la tasa de rendimiento).

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De ámbitos a grados

El índice más elevado, y por tanto el de mayor dificultad, se corresponde con el ámbito de Agricultura, ganadería y pesca, que hace referencia a los estudios de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural e Ingeniería Forestal y del Medio Natural que se ofertan en el sistema valenciano. Le sigue muy de cerca Arquitectura y construcción, que además de las carreras del mismo nombre incluye Geomática y Topografía, Diseño Arquitectónico de Interiores o Ingeniería Civil. Y a continuación se sitúa el ámbito de Informática, que también se refiere a Ingeniería Multimedia, Desarrollo de Videojuegos o Tecnologías Interactivas.

En cuarto lugar se cuelan las Humanidades (Historia, Filosofía y el grado en Humanidades), lo que suscita el debate sobre si se debe a su dificultad o al hecho de que estos títulos se nutren, en mayor proporción, de estudiantes de segundas y sucesivas opciones en la preinscripción, lo que puede redundar en un mayor abandono o menor rendimiento.

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Administración y gestión de empresas (ADE, Relaciones Laborales, Gestión y Administración Pública o Negocios Internacionales), Matemáticas y estadística (que incluye además de los grados del mismo nombre los de Ciencia de Datos o Matemática Computacional) y Ciencias físicas, químicas y geológicas (también abarca Ciencias del Mar y Geografía y Ordenación del Territorio) están ubicados justo a continuación.

El mismo ejercicio se puede hacer con los datos nacionales. Las principales diferencias se dan en la ligera caída en la clasificación de las Humanidades (7º puesto) y la subida del ámbito de las Ingenierías, que se sitúan como segundo, siendo el undécimo a nivel de Comunitat. Sus grados asociados son muy variables: Ingeniería Química, Eléctrica, Industrial, Robótica, Mecánica, de Telecomunicación, Electrónica, Aeroespacial….

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Una cosa es la dificultad a la hora de sacar adelante una carrera y otra distinta el acceso, que se puede analizar a través de las notas de corte. No son más que un parámetro orientativo que marca la calificación que tenía el último alumno que pudo entrar en el curso anterior, por lo que dependen tanto de la oferta como la demanda. En los últimos tres cursos la más elevada ha sido la del doble grado de Física y Matemáticas de la Universitat de València, que en 2020-2021 rompió la hegemonía de Medicina, que pese a todo sigue estando en la parte más alta de la tabla.

Notas de corte

Otra de las tendencias de los últimos ejercicios es la proliferación de dobles grados en la lista, especialmente los que tienen que ver con Matemáticas (combinadas con Ingeniería informática o con Telecomunicaciones). Física (UV), Ingeniería Aeroespacial (UPV), Bioquímica y Ciencias Biomédicas (UV) y Odontología (UV) también son habituales, lo que significa que se requiere rozar la perfección en el expediente académico de Bachillerato y en el resultado de la selectividad para poder conseguir una plaza.

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La información que publica la Conselleria de Universidades permite buscarle una vuelta a este indicador, poniendo el foco en las carreras en las que más han evolucionado las notas de corte, lo que da una idea de en cuáles se ha puesto más cuesta arriba la matriculación. Partiendo de la premisa de que la inmensa mayoría de grados ha ido elevando progresivamente sus valores mínimos, resultan llamativas las coincidencias entre las cinco universidades públicas de la Comunitat. Y es que títulos como Ingeniería Informática, Matemáticas o Ingeniería Química se repiten en casi todos los centros, síntoma de que su demanda se ha incrementado fruto de su mayor empleabilidad. La que se lleva la palma es Matemática Computacional, que se oferta en la Universitat Jaume I de Castellón y cuya nota de corte ha pasado del cinco raspado en 2010 al 11,96 sobre catorce de 2022.

Por otro lado, para el curso que viene el sistema valenciano ampliará ligeramente su oferta de títulos, y seguirá apostando especialmente por los dobles grados que combinan la carrera de Matemáticas con Ingenierías como Informática o Geomática.

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