Borrar
Un helicóptero trabaja en las tareas de extinción del fuego en Bejís.

Ver fotos

Un helicóptero trabaja en las tareas de extinción del fuego en Bejís. EFE

El fuego de Bejís amenaza los parques de Espadán y la Calderona

El viento, la orografía y la maleza complican la extinción de un incendio que avanza de forma «imparable»

Joaquín Batista

Valencia

Miércoles, 17 de agosto 2022

Los servicios de extinción que trabajan en el incendio declarado en Bejís se centraron este miércoles en evitar que las llamas saltaran al otro lado de la autovía Mudéjar (A-23), así como en atacar el frente que afectó al término municipal de Sacañet y a la zona de Alcublas, penetrando en la provincia de Valencia.

Fue el fuego que peor comportamiento experimentó durante la jornada debido a la orografía y a las adversas condiciones meteorológicas, con rachas de viento cambiantes que imposibilitaron el ataque de las llamas, de ahí el enorme incremento de la superficie afectada. Hasta ahora roza las diez mil hectáreas, frente a las 800 notificadas el martes.

La consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, desplazada al Puesto de Mando Avanzado (PMA) situado en Viver, explicó que si el fuego saltaba la autovía amenazaría una zona de «alta vulnerabilidad y elevado valor ecológico». Más allá de la afección al tráfico rodado hay que tener en cuenta que al otro lado de la A-23 se sitúa el linde del parque de la sierra de Espadán, una reserva natural y muy agreste que dificultaría muchísimo los trabajos, algo en lo que también incidió el director del PMA, Fernando Kindelán. «Si salta afectaría a un espacio protegido y complicaría todavía más las labores de extinción, por lo que estamos concentrando muchos medios en la zona», tal y como explicó a última hora de la mañana.

En cuanto al frente de Alcublas, el temor estaba en que la situación cambiante implicara que las llamas avanzaran hacia el interior de Valencia cuando sólo se habían asomado al límite provincia. La defensa de esta línea fue reforzada durante la jornada, una manera de evitar riesgos para la parte norte del parque de la Calderona, si bien quedaba algo más lejos que el límite de Espadán. Varios de sus municipios sí sufrieron la lluvia de cenizas y la densidad del humo.

En cualquier caso, más allá del riesgo para las áreas de especial protección medioambiental, las consecuencias del incendio ya son incalculables, teniendo en cuenta que ha arrasado la práctica totalidad de las zonas forestales de los términos municipales de Bejís, Teresa o Torás. La última actualización elevó este miércoles a 9.900 las hectáreas afectadas (eran 6.000 a mediodía) en un perímetro provisional que superaba los 50 kilómetros de longitud.

El avance de las llamas y la concentración de humo provocó el desalojo de alrededor de 2.100 personas, según informó la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias de la Generalitat, una cifra basada en los informes de la Guardia Civil y que avanzó el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska durante su visita a la zona afectada.

Se trata de residentes de Bejís, Teresa, Torás y Sacañet -desalojado tras un cambio de viento durante la madrugada del martes al miércoles-, mientras que los de Viver permanecen confinados en sus viviendas teniendo en cuenta las enormes columnas de humo que cercan el término municipal.

La localidad se asemejaba este miércoles a un pueblo fantasma, sin apenas gente en las calles y con los bares cerrados. Sólo se observaba movimiento en las proximidades del instituto, donde se sitúa el Puesto de Mando Avanzado y cuya carretera enlaza con Jérica, desde donde los vecinos también miraban con preocupación el paisaje cargado de humo. En cuanto a nuevos desalojos, la consellera Bravo no los descartó, si bien los vinculó al comportamiento del fuego, afectado por vientos «que no responden a los modelos meteorológicos previstos». «La prioridad en todo momento va a ser la salvaguarda de vidas», dijo a los medios.

Durante la jornada un profesional voluntario procedente de Aragón resultó herido, aunque recibió el alta a las pocas horas, sumándose a los dos bomberos cercados por el fuego en las inmediaciones de Torás, por lo que tuvieron que abandonar el vehículo, que quedó calcinado.

El trabajo de las brigadas de extinción fue muy complicado. El objetivo más halagüeño, que no se pudo cumplir, era que la mejora de las condiciones permitieran perimetrar el fuego, acotándolo para evitar nuevos avances, tanto si llegaban las lluvias como si no.

«Carga de combustible»

El director del PMA destacó en este sentido que no se podía trabajar con un plan de extinción que lo fiara todo a las precipitaciones, pues durante buena parte del día no dejaron de ser una predicción. «Trabajamos como si no fueran a llegar», dijo. Sobre el dispositivo desplegado, insistió en la complejidad que presentaba la zona, con vientos cambiantes y barrancos profundos «con mucha carga de combustible» que imposibilitaban el acceso de los efectivos por una cuestión de seguridad.

Desde el Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón, que dirige todo el operativo, destacaron que en la zona se han desplegado más de 400 profesionales de diferentes unidades -Diputación, Generalitat, UME, Consorcio de Valencia, efectivos de la capital y de Castellón- además de voluntarios de Cataluña, Aragón, Murcia y Castilla la Mancha. Las mismas fuentes hablaron de que el fuego presentó «un avance imparable durante varias horas» y recordaron que la orografía del terreno «es tremendamente dura, con profundos barrancos, una tupida masa forestal y las presencia de aldeas y urbanizaciones diseminadas que también se han visto amenazadas».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El fuego de Bejís amenaza los parques de Espadán y la Calderona