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J. A. MARRAHÍ
Lunes, 15 de enero 2018
La investigaciones sobre la desaparición de Nathaly Salazar siguen en marcha con un objetivo prioritario pero complejo: la localización del cuerpo de la joven supuestamente arrojado a las aguas del río Vilcanota-Urubamba en Perú. Mientras, la familia de la víctima, que estaba desaparecida desde el 2 de enero, está sumida en una mezcla de dolor, indignación, incertidumbre e incredulidad ante el desenlace criminal del caso.
Como publicó ayer LAS PROVINCIAS, dos responsables de una tirolina donde falleció la víctima fueron detenidos el sábado el distrito de Maras por su implicación en la muerte. Aseguraron que la joven de 29 años sufrió un accidente y, por miedo a las consecuencias, se deshicieron de ella arrojándola a las caudalosas aguas del Vilcanota.
Tamara Salazar, hermana de la víctima, sólo tenía ayer un calificativo para los dos sospechosos: «Inhumanos». «¿Por qué no socorrieron a mi hermana? A lo mejor sólo estaba inconsciente cuando la lanzaron al agua», reflexionaba. «Sólo sabemos lo sucedido por ellos y nos aferramos a un milagro. Hasta que no encuentren su cuerpo no sabremos la verdad. Es muy necesario que se investigue todo hasta el final, porque los sospechosos han dado dos versiones. ¿Quién nos dice que no ocultan algo?»
Según la información recibida por la familia Salazar de la policía, Jainor Hulia Huamán, de 19 años, y Luzgardo Pillcopata Amaru, de 21, han ofrecido dos relatos algo dispares de lo sucedido en la tarde de ese fatídico 2 de enero. El primero es que ella no había frenado bien y «había acabado estrellándose contra un poste» o una parte de la estructura de la atracción de aventura, conocida como Zip Lineal.
Sin embargo, esto parece poco plausible, puesto que Nathaly había recibido formación en deportes al aire libre y, según confirmó su hermana Tamara, había trabajado en Valencia en unas instalaciones de Venta del Moro con tirolina y con otras actividades deportivas.
Durante los interrogatorios policiales en Maras, los sospechosos aportaron otra versión, a la que los investigadores dan una mayor credibilidad. Según este relato, la joven valenciana habría completado su recorrido en tirolina, pero el descenso de uno de los sospechosos acabó en un fatal impacto con la víctima. Esto cuadra con unas lesiones que presentaba el guía de la tirolina. Sin embargo, la teoría de una muerte accidental no podrá ser certificada hasta que no se localice el cuerpo y se practique la autopsia.
Los padres de Nathaly, Marcelo y Alejandra, asistieron ayer a una reconstruccion de los hechos en el lugar del supuesto accidente, según Tamara. Junto con agentes de la Guardia Civil, dos agentes de la Policía Nacional española se han desplazado a Perú para participar en las investigaciones y las tareas de localización del cuerpo. Equipos de montaña trabajan en la zona en la que los sospechosos dicen que se deshicieron del cuerpo: el río a su paso por una torre de energía eléctrica de Macchupicchu Cachimayo.
«Parece confirmado que ha fallecido», aseguró este lunes la directora de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Victoria González-Bueno. El Gobierno se ha comprometido a prestar todo el apoyo a la familia valenciana en caso de que quiera repatriar el cuerpo de la víctima si finalmente es localizado. Nathaly tenía previsto hacer una pausa a su etapa como mochilera y regresar en mayo a Valencia por el nacimiento de un sobrino. «Esto ha sido una verdadera desgracia», sentenció Tamara. «Ella era todo bondad. No se merecía algo así».
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