Borrar
Los tres estudiantes ucranianos del IES. EVA MOYA
Torrevieja | El instituto valenciano que habla ruso y ucraniano

El instituto valenciano que habla ruso y ucraniano

UN AÑO DE GUERRA ·

En el IES Mediterráneo de Torrevieja conviven 125 estudiantes ucranianos y 80 rusos, juntos representan casi el 20% del alumnado

JESÚS NICOLÁS sánchez

Jueves, 23 de febrero 2023, 01:02

«Queremos quedarnos en Torrevieja», asienten Stepan , Artur y Okseria a pocos días de que se cumpla un año desde que estalló la guerra que cambió sus vidas para siempre. Tres jóvenes que, con apenas 14 años, se vieron obligados a dejar en Oleksandriia, Kamin-Kashinesk y Kharkiv a parte de sus familias, a sus amigos y recuerdos de niñez para instalarse por obligación en una ciudad que, si en alguna ocasión el destino les gratificaba con pisar, seguramente hubiera sido para pasar unas magníficas vacaciones.

Por contra, los designios de Putin –siempre inescrutables– les ha llevado a engrosar la abultada y creciente lista de una comunidad ucraniana, en concreto la del IES Mediterráneo, si cabe el instituto en el que ahora estudian más alumnos ucranianos de toda Torrevieja. Ellos, unos 125, junto a los rusos (otros 80), han pasado no solo a ser los más numerosos entre las 40 nacionalidades que conviven en este centro, sino que, además, ya representan el nada desdeñable 20% de todo el alumnado, unos 1.122 adolescentes.

Una convivencia que, contra lo que se pueda presuponer, asegura Stepan, es «buena» al igual que con los compañeros de pupitre españoles. Así lo corrobora también el director del centro, Manuel Albaladejo, que afirma que los rifirrafes son si acaso por asuntos tan banales como «fulanito me ha quitado el estuche». Es decir, los de siempre.

Oleksandriia, Kamin-Kashinesk y Kharkiv junto a las taquillas. EVA MOYA

Felices aunque a ratos añoren su país, los tres se dejan la piel día tras día por integrarse en esta nueva rutina junto a sus familias. «En mi casa nos juntamos a comer con una familia que la madre es ucraniana y el padre español». Y, a excepción de la madre de Okseria, los padres de Artur y Stepan están aprendiendo castellano. Ellos, en solo 12 meses, ya son capaces prácticamente de entender casi todo y poco a poco van cogiendo soltura para expresarse.

La barrera idiomática

En derribar esa barrera, la única que les separa del resto, se esmeran sus profesores. «Los ucranianos son alumnos excelentes –remarca el director–, lo único que les impide seguir sin dificultad al resto es el idioma». Y pone un ejemplo. «Puede que no les vaya tan bien en Geografía e Historia o con las asignaturas que son en valenciano, pero en Matemáticas siguen las clases perfectamente. De hecho, vienen con una diferencia curricular muy inferior a las de alumnos de otras procedencias», apunta.

En el caso de ellos tres, continúan asistiendo a las clases de español para extranjeros que imparten seis profesores de Lengua, entre ellos Manoli Pastor. «Los primeros días son más de acogida. Cuando llegan, lo hacen muy desmotivados. Siempre tratas de preguntarles por cómo están ellos y sus familias», cuenta. Y pese a que de entrada pueda abrumar enseñar a alguien español de cero, ella, dice, está más que acostumbrada. «Los primeros días les explicas cuatro nociones tirando de inglés y después solo español. Tiene que ser inmersivo, si no, no aprenden», asevera.

Conforme avanzan en su conocimiento de la lengua, el número de horas lectivas que dedican a ello desciende. «El objetivo es que pasen el mayor tiempo posible en clase con el resto de sus compañeros de curso», explica Albaladejo, al ya empieza a preocupar el goteo constante de alumnos que desconocen el castellano y que ya está esquilmando los recursos humanos de su instituto. «Hace poco que nos mandaron a una profesora para dedicarse exclusivamente a esta función, pero de ocho grupos tres ya están completos y a los otros están a dos o tres plazas de completarse».

Además, el director del IES Mediterráneo cuenta que hasta el pasado año tuvieron como refuerzo a una chica ucraniana que hacía la labor de intermediación con las familias de los alumnos. «No entendemos porque Conselleria decidió prescindir de ella. Era muy necesaria», replica el docente.

Con o sin medios, lo que está claro es que, si bien no habrán de pelear en el campo de batalla, a estos tres jóvenes torrevejenses de adopción les queda una larga lucha por cumplir sus sueños, aunque sea lejos de sus raíces. Stepan todavía no tiene muy claro el suyo. Oksenia y Artur algo más. «Yo quiero ser diseñadora de moda», dice ella. «Y yo informático», contesta él.

Los ucranianos adelantan a los británicos como la comunidad extranjera más numerosa de Torrevieja

Los ucranianos adelantan a los británicos como la comunidad extranjera más numerosa de la ciudad. «Nuestro instituto es casi un trasunto del padrón de Torrevieja», analiza el director del IES Mediterráneo, Manuel Albaladejo. Y no le falta su parte de razón. Como quinta en población de la Comunidad Valenciana, la ciudad salinera presume de ser un crisol de nada menos que unas 121 culturas que ya conforman el 45% del total de habitantes. No obstante, si un dato salta a relucir este 2023 es el vuelco que ha supuesto en esa balanza de extranjeros el conflicto bélico en Ucrania. Si antes Torrevieja se postulaba como una de las colonias británicas más consolidadas de España, los ucranianos les han adelantado por la derecha. Con 5.771 habitantes censados, ellos se han convertido por primera vez en la historia de la ciudad en los residentes extranjeros con mayor presencia por delante, ya no solo del Reino Unido (4.815), sino también por delante de los rusos (4.932), que escalan al segundo escalón del podio.

Un cambio que también se está experimentando en la vecina Orihuela. También bautizada como colonia de referencia para los súbditos de Carlos III, allí su Majestad ha perdido a cerca de 400 compatriotas en el último año hasta los 10.498 que conforman esta comunidad actualmente. Un descenso insuficiente en cualquier caso para que ucranianos y rusos les adelanten pese a el firme incremento de sus poblaciones. En el primer caso, han pasado de los 799 de 2021 a los 1.498 de este año y, en el segundo, de 1.486 a 1.839.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El instituto valenciano que habla ruso y ucraniano