
Secciones
Servicios
Destacamos
Son los últimos en la vacunación. Los que han tenido que lidiar con cambios de hábitos educativos. Los que han visto su socialización mermada por restricciones en la etapa de la vida donde más importancia cobra: la juventud. Se les ha exigido prudencia y privaciones para proteger a sus mayores. Hoy son el grupo de edad que lidera con creces el aumento de contagios que atraviesa España y la Comunitat. Los señalados en los ilegales botellones o en los brotes de encuentros juveniles de fin de curso como el de Mallorca.
Y queremos escuchar su voz, la de tres estudiantes, confrontada a la experiencia de dos mujeres mayores doctas en Medicina: Enriqueta Cuchillo, presidenta de la Plataforma de Afectados por el Coronavirus en la Comunitat, y Asunción Pérez, Defensora del Mayor en el Ayuntamiento de Valencia. Y en el primer punto de la reflexión todos coinciden: condenar a toda la juventud por las imprudencias de unos pocos no es justo. Así lo expresaba Quique Martínez, de 17 años y presidente de la Federación de Estudiantes, durante el encuentro en La Rotativa e LAS PROVINCIAS: «Los del botellón son los que hacen más ruido, los que salen en las noticias. Pero son muchos más los jóvenes que cumplen, respetan las normas y se sacrifican. Ellos son silenciosos».
QuiQUE Martínez, 17 años | presidente de la Federación de Estudiantes
Enriqueta cree que mucho más que algunas actitudes juveniles en la pandemia «estamos sufriendo una pésima gestión del Gobierno». El presidente Sánchez , lamenta, «ya tenía datos en enero, al principio de la pandemia, de que había contagios en España y omitió todas las normas de seguridad, de prevención, de proveer a todos los médicos y hospitales de medidas de protección... No lo hicieron». E insistió en que la indecisión también genera confusión entre los jóvenes: «Te están diciendo: 'No lleves mascarilla' y luego, a la semana siguiente, 'Ponte mascarilla'... Son una serie de contradicciones y mentiras, una tras otra, que al final los jóvenes, que son más vulnerables, no se creen nada».
La Defensora del Mayor matiza: «Indudablemente se han cometido muchos fallos e informaciones contradictorias, pero ahora estamos donde estamos: los mayores, vacunados. Podemos contagiarnos del virus, pero con síntomas leves. No quiere decir que no lo vayamos a pasar. Los mayores aún tenemos miedo». Ahora, razona Pérez, «tenemos que abordar las consecuencias y una de ellas es la incertidumbre del curso para los jóvenes». Ella asegura que palpa las consecuencias de la pandemia en la juventud por sus nietos. Y siempre les dice: «No sólo eres tú, sino tú y lo que puedes contagiar».
Para el joven portavoz estudiantil, los jóvenes también han pagado su cuota de desgaste mental por culpa de la pandemia. «A nivel anímico, además del distanciamiento social que todos tenemos presente, para los estudiantes este ha sido el curso de la incertidumbre, el de no saber que va a pasar, el de no tener respuestas», argumenta Quique.
IRENE GORIAN, 23 años | GRADUADA EN MAGISTERIO
Defiende que lo que necesitaban los jóvenes eran «certezas y no las teníamos». E insiste en una idea: «Nos hemos adaptado a absolutamente todo, a la educación 'online' a la presencialidad a las medias... Y, pese a que siempre hay gente que no, como los de Mallorca, nos hemos sabido adaptar» también a las cautelas. Quique repasa momentos de la pandemia, en el tránsito entre escaladas y desescaladas. Entre amigos, recuerda el estudiante de Paiporta, «quedábamos diez al principio, luego seis, luego cuatro, luego en parejas... Había que hacerlo y así lo hemos hecho». Son las historias de la responsabilidad y el civismo, las que no trascienden.
La voz desde la universidad la pone Irene Gorian, de 23 años. Con Magisterio ya completado y actualmente cursando un máster. Ella, al igual que Quique, se contagió con el Covid, pero asegura que lo ha pasado «peor después de la enfermedad». Para Irene, «ha fallado más la educación y valores de cada uno que las medidas en sí». Lo ha vivido con los más pequeños. «Yo trabajo en un centro y a los pequeños desde el primer día se les ha explicado todo y lo han entendido, han cumplido con separación, mascarilla». Desde su perspectiva, «si se hubiera concienciado más a la población o hecho mas campañas de reflexión, habría funcionado todo mucho mejor» que sólo con las restricciones.
A ella, por ejemplo, le cuesta comprender la razón científica concreta por la que se fijan determinadas normas. Y lo expresa formulando una pregunta: «Por ejemplo la medida en la hostelería de primero cerrar a las seis, luego a las diez... ¿Qué pasa, que a las cinco y media me contagio pero a las nueve y media, si tomo una cerveza, no?».
Los jóvenes «hubieran entendido mejor las transiciones y los cambios si se les hubiera explicado mejor las cosas, de otra manera». Una justificación más profunda de las medidas concretas más allá de la mera norma.
Luna Pérez es una joven de 17 años que, como buena fallera, adora la fiesta. Pero ha sabido poner límites cuando había que ponerlos. Estudia Bachillerato en Valencia y ganó el último concurso de 'influencers' falleros de la Junta Central Fallera. Como tantos otros de su edad, espera el momento en que la tradición josefina reviva.
LUNA PÉREZ, 17 años | EStudiante de 1º de bachillerato
Ella es la única de los tres jóvenes que no se ha contagiado con el virus. ¿Casualidad, cautela? Expone, como ejemplo, una de sus vivencias: «Yo creo que ha sido una cuestión de suerte. Es verdad que yo sí que cumplo con las medidas, pero el verano pasado hubo una temporada en la que me junté con gente que no llevaba nadie la mascarilla. Yo era la única que la llevaba y me decían: '¿Por qué la llevas, si no hace nada?' Y yo les decía: 'Te estoy protegiendo a ti'».
La joven fallera de Gayano Lluch sentía «rabia con este tipo de comentarios». En realidad, «te fastidiabas tú por los demás pero a mí no me ha molestado. De hecho, voy a seguir llevando la mascarilla ahora que ya no es obligatoria porque creo que todavía sí es necesaria».
Abordamos también el proceso la vacunación. Y, en particular, cómo valoran el orden que han establecido las autoridades sanitarias para proteger primero a los más mayores para dejar a los jóvenes y menores en los últimos turnos de vacunación. Para Enriqueta Cuchillo, «es indudable que primero deben ser vacunados los ancianos. Son los más débiles y las consecuencias de un contagio para ellos son peores, pero después se tendría que haber combinado mejor la edad con las profesiones». Y ahonda: «La gente que estuvo trabajando durante la pandemia cuando todos estábamos confinados fue la que sacó todo adelante. Desde los servicios públicos sanitarios, las funerarias, que se han quedado fuera, los camioneros, los taxistas... Se les ha ignorado y se ha cogido todo por edades, edades, edades...»
ASUNCION PÉREZ, 73 AÑOS | Defensora del Mayor en el Ayuntamiento de Valencia
Irene acepta la vacunación de los más mayores en primer lugar. Pero piensa que el proceso «sepodría haber hecho más rápido, porque si se quejan de que los jóvenes son ahora los que más extienden el virus, pues haber vacunado también a ellos a la vez que a otras personas de más edad». En su opinión «a este verano deberíamos haber llegado ya con toda la población vacunada, precisamente porque es una época en la que la gente va a ir más cada uno a su marcha».
Quique insiste en la necesidad de que la vacuna llegue cuanto antes a los jóvenes. «Necesitamos estar vacunados ya para cuando empiece el curso, pues ha llegado el verano y mira lo que está pasando» Y se pregunta: «¿Tiene otras soluciones? Sí, que la gente sea responsable, el problema es que no todos lo somos».
Y se quejan de «otra mentira, la del 70% de la población vacunada en verano». La pronta vacunación de jóvenes es crucial para Quique «porque es cierto que no ha habido muchos contagios en los centros pero también hay que tener en cuenta que hemos estado en semipresencialidad y con distancias. Y si seguimos así, vamos por muy mal camino. Y si nos juntamos en las aulas con los aforos de antes sin que estemos vacunados ahí sí vamos a tener un problema».
Al portavoz estudiantil le preocupa que los brotes de verano se puedan trasladar también a los centros tras las vacaciones. Con todo, «el derecho a la educación se ha visto un poco perjudicado» durante la pandemia. El virus y sus cautelas ha conllevado también muchas privaciones y heridas entre los jóvenes. «Para mí lo más doloroso es la memoria. Al final acabas siendo otra persona», revela Irene. «Yo lo he pasado y he tenido a familiares afectados. No soy la misma de antes, ni en la forma de actuar ni en la de pensar».
ENRIQUETA CUCHILLO, 62 AÑOS | presidenta de la Plataforma de Afectados por el Coronavirus en la Comunitat
Luna va más allá: «Pienso que lo que más se ha perdido es el respeto». Las medidas «eran buenas, pero el respeto de la gente» a esas normas «es induvidual y contra eso no puedes hacer nada». La joven siente una espina clavada: un tiempo de juventud parcialmente anulado que no volverá. Así lo expresa: «Son ya casi dos años de pandemia, un tiempo de nuestras vidas que no se va a poder recuperar». Ahora, después de la irrupción del Covid, «vivo al día, no sé si mañana me voy a contagiar, no sé si mañana voy a estar en la UCI». Ellos, los que sí respetan las normas, se llevan, sin duda, su porción de heroicidad en la protección de otras vidas. «¿Que me quitaría la mascarilla? Sin duda. ¿Hay que llevarla? Sí. Y se lleva. Veo que hace que haya menos contagios y vaya todo mejor».
Enriqueta concluye con un mensaje a las generaciones más jóvenes: «Seguir cumpliendo, y aunque el Gobierno te diga 'quítate la mascarilla' no hacerlo. La mascarilla ha venido para quedarse y tendremos que vivir con ella aún muchos años». Y Asunción Pérez ensalza la adaptación de los más pequeños: «Cómo lo han aceptado, cómo lo han incorporado a su vida», puso en valor. «Yo tengo un sobrino nieto que venía de fuera con su mascarilla y me puso su mano delante y me dijo: 'Stop, no te puedes acercar'. Fue el niño el que me lo dijo, no yo». Y los jóvenes creo que mayoritariamente lo habéis hecho muy bien, pero claro, siempre sale lo malo». «A los mayores les tenemos que ayudar mucho a superar las secuelas», concluye.
Publicidad
Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.