El listado de las casi 20.000 llamadas que se registraron el 29 de octubre el teléfono 112 de Emergencias dibujan perfectamente el caos que se vivió aquel día y la falta de cintura del mando único para tomar medidas para atenuar el efecto de una riada que se llevó 227 vidas por delante.
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En ese listado de llamadas, que ocupa 102 folios, se percibe como a partir de primera hora de la tarde hay una sucesión de avisos que viajan desde el interior a la costa. A la una de la tarde empiezan a llegar un monton de avisos ciudadanos desde Utiel y pasadas las 16:30 horas desde Chiva las llamadas son constantes por el agua que va en dirección al Poyo. Desde ese primer aviso hasta que se da la alerta hidrológica, hay registradas cien llamadas desde Chiva por casas inundadas, a las que se suman otras poblaciones cercanas como Cheste, Turís, Godellera y Riba-roja.
Además, de buena mañana, las alertas llegaron especialmente desde la zona de La Ribera, donde el Magro empezaba a causar estragos. A última hora, y antes de que llegara el mensaje del Es-Alert, hubo un aluvión de llamadas al 112 desde los pueblos de l'Horta Sud, a los que empezaba a llegar el agua sin que lloviera ni una sola gota.
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