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Mauro Fernández, Tina Peris y su hija Patricia, de 13 años, a su llegada Manises. EFE/ Biel Aliño
«Empezaron a disparar y lo pasamos fatal»

«Empezaron a disparar y lo pasamos fatal»

Mauro Fernández y su familia ya se encuentran en Valencia después de estar atrapados diez días en Etiopía

Juan Sanchis

Valencia

Lunes, 14 de agosto 2023, 13:08

Mauro Fernández, Tina Peris y su hija Patricia (de 13 años) ya están en casa. Durante los últimos diez días han vivido toda una odisea en Etiopía que no olvidarán el resto de sus días. Lo que era un viaje turístico de descanso se ha convertido casi en un infierno al verse sumergidos en los combates entre las milicias Fano y el ejército etíope.

Mauro y su familia aterrizaban ayer en Manises después de salir de Etiopía. Algo que no fue sencillo y sin contar con la ayuda del Ministerio de Exteriores. «El embajador estaba de vacaciones y no ha hecho nada. El único que ha dado la cara es uno de los funcionarios», aseguró Mauro.

Todos ellos empezaron su viaje el pasado 28 de julio en un grupo con quince españoles más y la guía. A la familia le gusta hacer un viaje al año. Así han estado en Sudáfrica, Costa Rica, Islandia o, el año pasado, en Indonesia. «En la web del ministerio, pese a lo que se ha dicho, no se desaconsejaba visitar Etiopía. El aviso se ha puesto después de que conocieran nuestra situación», afirmó Mauro.

«¿A quién se le ocurre que a mí se me ocurriría viajar a un país desaconsejado con una niña de 13 años?», explicó y añadió que ellos se estaban moviendo por la región de Amhara donde hay monumentos patrimonio de la humanidad. Allí había grupos de turistas de otras nacionalidades como israelíes o alemanes.

Esta familia valenciana conoció en primera persona lo que es pasar miedo. Fue en las inmediaciones de Adis Zemen el pasado 2 de agosto cuando viajaban en el autobús. En ese momento vieron que se empezaban a cortar carreteras y comenzaron a escuchar los disparos. «Allí hay montones de kaláshnikov. Mucha gente los tiene», aclaró Mauró que desde allí se fueron a una especie «de albergue rural» donde permanecieron hasta el día 12, cuando consiguieron salir.

Otro momento delicado fue al cuarto o quinto de estar en el encierro se anunció que el Ejército iba a entrar en la población. «Fue una jornada de mucha tensión. No sabíamos lo que podía pasar», aclaró Mauro Fernández.

Las condiciones de vida han sido precarias. «Los etiopes nos daban lo que tenían», resaltó. De esta forma, para el desayuno les proporcionaban unos huevos fritos y unos panecillos con lo que podían hacerse un bocadillo. Luego han comido mucho arroz, pasta y pan. El temor era quedarse sin agua mineral pero tuvieron suficiente suministro. Uno de los viajeros tenía miedo a no tener suficiente medicación.

Fernández resalta que el Ministerio de Exteriores y la Embajada no han intervenido prácticamente para nada en su evacuación. «Ha sido gracias al dueño qatarí de un hotel de Bahir Dar que ha negociado con un general etíope. Él nos consiguió la escolta y luego un helicóptero para viajar a Bahir Dar», añadió y explicó que el problema para salir del hotel «era que necesitábamos una pequeña escolta. No sólo estaban las facciones enfrentadas sino que también había bandas de atracadores», añadió.

Gracias a este hombre qatarí consiguieron salir y llegar a Bahir Dar donde se embarcaron en un avión que les llevó a Adís Abeba y de ahí a España. Mauro Fernández quiere dejar claro que no ha habido un avión militar para transportarlos tal y como se ha afirmado. «Hemos venido en un vuelo comercial de Turkish Airlines con escala en Estambul, donde me perdieron unas maletas», recalcó ya en Valencia después de haber aterrizado.

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