«Dos años». Este es, según Elena García Fernández, el tiempo que ha transcurrido desde que el personal médico de un hospital público de Valencia decidió que sus problemas de salud requerían una reducción de estómago. «Y aún espero a que me llamen ... para la operación, y luchando con los problemas de la obesidad, que son muchos», describe la valenciana de 56 años.
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Sus dolencias comenzaron en la piel, pero los facultativos ya le han confirmado que el origen está en la obesidad y que, por tanto, una reducción estomacal podría suponer el principio del fin de sus padecimientos.
Esa enfermedad dermatológica derivada es la psoriasis. Así la explica García: «Provoca una gran sequedad por muchas partes del cuerpo. Por la piel, las manos, las piernas, la cabeza... Y conlleva picores». La paciente comunicó estas dolencias y acabó en manos de una dermatóloga.
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Según el relato de la enferma, la especialista del hospital valenciano «estimó que el origen de mi problema de piel estaba en la obesidad». Al mismo tiempo, ahonda, transfirió el asunto a sus compañeros de la especialidad de Digestivo «al entender que la reducción de estómago era la solución».
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Pasó el tiempo y no fue hasta el 14 de octubre del año pasado cuando la mujer recibió la ansiada cita. «Me llamó la médica cirujana de Digestivo, me entrevisté con ella en el hospital y me explicó que, en efecto, me tenían que hacer la operación, explicándome todos los detalles». Acabó con un volante que entregó en un mostrador del centro. «Y hasta el día de hoy, que sigo a la espera para que me operen».
Según concluye, «nadie me ha llamado todavía. Se ve que ha llegado la sexta ola del virus y los médicos deben de estar en otras urgencias, porque desde luego lo mío no avanza».
Y mientras, sus problemas y molestias corporales no cesan. Así los resume la afectada: «Sigue la psoriasis y la obesidad te deja muchas dificultades de movilidad». Se suma «una lesión en la rodilla por un giro derivado del sobrepeso». La paciente asegura que tiene «todas las esperanzas puestas en la operación», el convencimiento de que la intervención le devolverá esa «calidad de vida» que lleva años deseando recuperar. «Pero todavía no tengo fecha».
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La mujer «ya intuía que esto iba para largo. Me he dado un mes más antes de protestar porque sé que hay saturación en la situación actual de la pandemia. Y lo comprendo. Pero si sigo sin noticias de mi operación insistiré porque, en este estado, sencillamente cuesta vivir».
A pesar de todo, a García no le parece lógico que el sistema sanitario tarde tanto en atender operaciones. Como razona, «hay otras muchas personas sufriendo más allá del Covid». Su problema, ahonda, «acaba influyendo directamente en la salud mental e incluso influye en no poder trabajar».
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La vecina de Valencia echa la vista atrás y hace balance: «En mi vida laboral he ejercido en la limpieza, como dependienta... Pero la obesidad lo complica todo». Para colmo, con el problema de salud «no puedo estar de pie muchas horas, y cada vez menos», lo que complica más las opciones laborales y convierte su operación en apremiante.
El Defensor del Paciente alertó la semana pasada del incremento de negligencias médicas en un contexto de mayor presión sanitaria. Clara López tiene 46 años y es vecina de Valencia. Ha confiado su caso a Domingo Monforte Abogados Asociados. Defiende que sufrió graves fallos médicos en un hospital privado de Valencia con sus dolencias de espalda. «Un día me quedé enganchada. Me diagnosticaron aplastamiento de dos vértebras y un pinzamiento, cuando en realidad era artrosis. Me operaron y además lo hicieron mal. Faltó un tornillo, otro me lo dejaron torcido». Al final, lamenta, «tuve que volver al quirófano y acabé con cuatro vértebras inutilizadas».
El tiempo de espera para operarse en los hospitales valencianos se situaba en diciembre en cien días, según la última actualización que publica la Conselleria de Sanidad. Son seis más que en noviembre, y todas las especialidades y patologías analizadas, salvo dos, experimentaron un incremento. En cambio, el número de pacientes pendientes de una intervención se redujo un 1,3% (792 menos). Entre las causas del fenómeno está la dinámica de los centros sanitarios, teniendo en cuenta que la actividad se resiente de cara a la Navidad por las vacaciones y reorganizaciones por el Covid.
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