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Vista del pantano de Forata. Jesús Signes

Las lluvias sitúan a los embalses valencianos a la cabeza de España en reservas de agua

Los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran al 52%, la mejor cifra en una décadas

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 13 de octubre 2022, 00:48

La Comunitat Valenciana, especialmente en la zona sur, presentan un déficit hídrico considerable. Aún así, y ante el comportamiento climatológico de los últimos ... meses, las reservas de agua en la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran mejor que en muchas cuencas que habitualmente están por encima en reservas.

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De esta forma, mientras que en algunas cuencas como la del Guadalquivir se empieza a hablar de posibles restricciones de agua, en la del Júcar el nivel de reservas embalsadas permite afrontar el futuro con cierta tranquilidad. Al menos hay para atender las demandas de los próximos dos años.

En estos momentos los 27 embalses de la cuenca del Júcar almacenan 1.492 hectómetros cúbicos lo que supone que se encuentran al 52,2% de su capacidad total. Frente a ello otras grandes cuencas como la del Duero o el Tajo presentan indicadores mucho peores.

La cuenca del Júcar almacena más agua en términos relativos que las del Tajo, Duero, Guadalquivir o Ebro

En cambio, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las cuencas españolas se encuentran al 31,7%. Es llamativo que se produzca esta situación porque habitualmente es la vertiente mediterránea lo que se sitúa por debajo de la media y no veinte puntos porcentuales por encima, tal y como está sucediendo en estas últimas semanas.

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El estado de la cuenca del Duero es especialmente preocupante porque tan sólo acumula 2.233 hectómetros cúbicos (el 29% de su capacidad) con lo que su situación es una de las peores de toda España.

Ante esta situación el pasado junio la Confederación Hidrográfica del Duero alertó de una situación de sequía extraordinaria en las zonas Támega-Manzanas, Tera, Carrión y Pisuerga.

En Andalucía ya se han puesto en marcha restricciones ante el estado crítico en el que se encuentran los embalses. En Sevilla, por ejemplo, desde el pasado cinco de octubre no se puede utilizar agua potable para regar jardines o baldear las calles. La empresa pública que gestiona los recursos ha señalado que todavía hay agua para año y medio.

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Hay que tener en cuenta que el área del Guadalquivir tan sólo almacena 1.526 hectómetros cúbicos de su capacidad de 8.100 (19%). Otras cuencas andaluzas, como las de la vertiente mediterránea andaluza, se encuentran al 37,2% o la de Guadalete -Barbate (22,7%).

La del Tajo también empieza a levantar las alarmas ya que los pantanos se encuentran al 35,3%. La situación en la cabecera ha levantado las alarmas entre los regantes del trasvase porque si continúa sin llover no habrá agua trasvasable en enero y con ello quedará amenazada la plantación de los cultivos de hortalizas de primavera y verano.

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La situación en esta cuenca no es de sequía sino de escasez de agua por lo que se está animando a la población a ser cuidadosa con el uso de estos recursos.

El Guadiana está al 23% de su capacidad lo que ha llevado a levantar la voz de alarma. La limitación impuesta al riego, que es del 40%, aleja de momento el riesgo de cortes para consumo humano. Las medidas han tenido una especial incidencia entre los regantes que dependen del Canal de Orellana donde se ha limitado el riego a los cultivos.

Algunas comunidades están ya tomando medidas contra la sequía, como reducir riegos o prohibir determinados usos

En cambio la situación en los pantanos del Júcar invita al optimismo, aunque los regantes señalan que todo dependerá de cómo se comporte el tiempo en los próximos meses. No hay que olvidar que el otoño e invierno pasados fueron muy secos y sólo las precipitaciones que se produjeron durante la primavera permitieron paliar la situación. El agua está asegurada para los dos próximos años, según estimaciones de los agricultores.

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Las lluvias, sin contar las que han tenido lugar estos días, fueron copiosas durante la primavera a la que siguió un verano muy seco con precipitaciones por debajo del promedio habitual.

La cantidad acumulada durante la primavera, hasta 435.4 litros por metro cuadrado, multiplica por 3,2 la del promedio climático del periodo 1981-2010 (134.6 litros), según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología.

La consecuencia ha sido que los pantanos se han recuperado. Es especialmente llamativo el sistema Turia que en los últimos años ha estado afectado por la escasez. Ahora el pantano Benagéber almacena casi cien hectómetros cúbicos.

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El principal embalse de la Confederación, el de Alarcón -con una capacidad de 1.118 hectómetros cúbicos, se encuentra al 68% de su capacidad con más de 760 hectómetros cúbicos de agua almacenados.

Al finalizar el año hidrológico, que concluyó el pasado 30 de septiembre, la Confederación del Júcar se encontraba entre las que más agua almacenaba en términos relativos. Con sus reservas al 52,26%, según datos del ministerio, estaba por encima de cuencas como la del Duero, Tajo, Guadalquivir o Ebro. Tan sólo se situaban por delante la del Cantábrico, las cuencas internas del País Vasco y la de Tinto, Odiel y Piedras.

De esta forma, el pasado año hidrológico tuvo un carácter muy húmedo con una precipitación media acumulada de un 18% superior a la del promedio climático 1981-2010. Se recogieron 602,7 litros por metro cuadrado cuando lo normal es 509,5, según mediciones de Aemet.

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Con estos datos, por cuarta ocasión consecutiva el año hidrológico ha sido húmedo o muy húmedo en la Comunitat Valenciana.

El superávit pluviométrico del actual año se ha debido, según la Agencia de Meteorología, a las abundantes lluvias que se produjeron en la primavera ya que el otoño de 2021 fue pluviométricamente normal con un invierno extremadamente seco y un verano seco.

La primavera de 2022 no sólo fue la más húmeda desde que hay registros en Aemet sino que es la estación más húmeda desde al menos 1950 superando a la del otoño del año 1972.

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