![Tiendas de lujo en Valencia | El lujo también se agota en Valencia](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202211/26/media/cortadas/lujo-R3m24V8AmsEbXPSU4sv7RUL-1968x1216@Las%20Provincias.jpg)
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No nos dimos cuenta, pero la pandemia nos igualó a todos. No importó la clase social ni lo gruesa que fuera nuestra cuenta corriente; todos los ciudadanos sin excepción tuvimos que quedarnos en casa. El dinero pasó a ocupar un segundo plano». Quien habla es Pablo Ossorio, socio fundador de la bodega Hispano Suizas, y el único valenciano que forma parte de la Asociación Española del Lujo. «Con el final de las restricciones, hay una sensación de carpe diem, de que todo aquello que nos podamos permitir, ¿por qué esperar para tenerlo?», explica Ossorio, que asegura que el incremento de la demanda de productos de lujo «nos ha pillado a todos a contrapié». Él mismo ha estado cuatro meses sin champán 'Tantum Ergo'.
Pero, ¿no es cierto que es una técnica de venta como ninguna la de asegurar que un producto está agotándose? El lujo juega con la exclusividad para convertirse precisamente en un objeto codiciado, aspiracional, pero las cifras confirman que, efectivamente, el sector está viviendo un año espectacular.
Un estudio del EAE Bussiness School apuntaba a un crecimiento del lujo en España de un 15% en 2021, y las previsiones antes de que finalice el presente ejercicio son muy optimistas. A nivel mundial, el estudio de mercado de Bain&Company y la asociación de fabricantes de lujo italiana Altagamma prevé que la industria mundial de artículos de lujo alcanzará en 2022 unos ingresos por ventas de 1,4 billones de euros, un crecimiento del 21% comparado con 2021.
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En el caso del champán y el vino, las cifras son «sorprendentes», en un sector donde se ha creado la tormenta perfecta, según explica Javier Monedero, distribuidor en exclusiva en Valencia de marcas premium de champán, vino y otro tipo de destilados: «al creciente número de millonarios de países emergentes que demandan productos europeos asociados al lujo, se suma que los productos exclusivos se convierten en un valor refugio en épocas de incertidumbre como la actual. Y, por último, las ganas de celebrar». No en vano, estas Navidades se prevén como las primeras sin restricciones desde que empezara la pandemia en 2020.
Ricardo Klein es profesor de Sociología y Antropología Social en la Universitat de Valencia, y apunta a la incertidumbre que generó la pandemia, donde nadie sabía a ciencia cierta qué nos depararía ese futuro tan inmediato mientras se hablaba a todas horas de enfermedad y muerte. «El consumo en general se ha acrecentado, en un aprovechamiento del tiempo que se ha visto este verano en el turismo». Las cifras del sector en lo que va de año han sido excelentes, mucho mejores que las previsiones más optimistas, y en la memoria todavía están los aeropuertos con colas eternas y aviones llenos hasta la bandera. Es más, Klein augura que las clases más adineradas mantendrán, «de manera exacerbada, un consumo más suntuoso a medio plazo», como efecto rebote en un mundo postpandémico donde hay que «aprovechar el tiempo».
«Gestionamos la escasez del producto», asegura Sergio Álvarez, manager de Möet Hennessy, que distribuye en la Comunitat Valenciana marcas de espumosos como Krug, Möet Chandon o Dom Perignon. Ahora ya no se dedican a colocar sus productos, sino que es la propia marca quien elige dónde se podrán encontrar (ciertos restaurantes y discotecas o tiendas gourmet). «Hace unos días entró alguien que quería comprarme todo lo que tenía en el almacén», explica Javier Monedero, que apunta también a cierto grado de especulación en algunas de las botellas más codiciadas; también de coleccionismo. Monedero apunta: «ahora mismo no puedes conseguir una botella de 904, Alto, Mauro, Pingus… Y por mucho dinero que tengas, aunque quieras comprarme una caja de Dom Perignon a cualquier precio no te la puedo vender...». Los productos gurmet en la alimentación también están viviendo su particular escasez. «El caviar Beluga 000 llega con cuentagotas», asegura Monedero.
Y, ¿qué ocurre en la moda? Mapi Paricio es directora del posgrado de especialista en Comunicación de Moda de la Universidad Cardenal Herrera CEU, y apuntala la idea de que en momentos de crisis el lujo se posiciona como un valor seguro. «Por ejemplo, en complementos como los bolsos, se preveía un crecimiento anual constante cercano a un 6% entre 2021 y 2031». Así, conseguir un Birkin de Hermès sigue siendo misión imposible, limitado no sólo a los bolsillos que lo puedan pagar, sino también a unos clientes VIP que tienen acceso preferente en listas de espera que muchas veces han sido objeto de polémica. Hermès ya no está en Valencia, donde sí se puede comprar Rolex en la joyería Rabat. La casa de relojes suiza es una firma muy hermética donde la escasez de productos que salen de sus centros de producción han contribuido a esa imagen de lujo inalcanzable, que este año se ha agravado más todavía. Las razones son, otra vez, el incremento de la demanda, pero también el hecho de que, como otros sectores, la fabricación se paralizó durante la pandemia. Y tanto Rolex como los espumosos que se producen bajo la firma de LVMH (Möet Chandon, Krug...), alegan que no pueden incrementar la producción porque mermaría la calidad del producto final.
La tormenta perfecta afecta especialmente a los vehículos, donde la falta de componentes en el sector del motor se suma a la mayor demanda a nivel mundial de marcas como Porsche, Ferrari, Lamborghini, Rolls Royce... donde la personalización de cada vehículo, prácticamente hecho a la carta para el cliente, encarece el precio y alarga los tiempos de espera.
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Hay además productos premium que han llegado para quedarse. La gran demanda del lujo en Estados Unidos se prevé que llegue desde la generación Z. Es más, un estudio realizado por Bain & Company augura que para 2025, los principales compradores de marcas de lujo serán la generación Z e Y, que corresponden a jóvenes nacidos entre 1980 y 2010, hasta alcanzar un porcentaje del 70%.
Así, aunque en calzado se ha renovado el interés por los zapatos de tacón en niveles ya de 2019, las zapatillas se han convertido en un sector del lujo que crece a velocidades inauditas. Efectivamente, los jóvenes gastan más en lujo, y acuden a productos de siempre, como los bolsos de firmas como Hermès o Louis Vuitton, pero también a las zapatillas, donde los ejemplares más codiciados son ediciones limitadas, como las Nike Air Jordan 1OG Dior, del que sólo salieron a la venta 8.500 pares, y que en tienda costaban dos mil euros, un precio que se ha incrementado en el mercado de segunda mano hasta los 6.500 euros. Las Nike de Ben & Jerry, las zapatillas de On en las que colaboró Roger Federer o las Bait Toy Story de Reebok, que al ser de ediciones limitadas se revalorizan en sucesivas ventas. O, sorprendentemente, las zapatillas que sacó a la venta Lidl, que han llegado a alcanzar los mil euros en reventas y que en la tienda costaban 15 euros.
Pero no sólo de productos tangibles hablamos si nos referimos al lujo. Vivir experiencias se ha convertido en un sector de negocio que en el lujo cobra un sentido especial. Valencia Premium es una asociación donde se agrupan hoteles de cinco estrellas, restaurantes, náutica, agencias de viaje... que tienen como objetivo convertir la Comunitat en un destino enfocado al turismo de lujo, un sector que ha recuperado sus posiciones tras la pandemia. Pero experimentar no es sólo un placer asociado al turismo; en Valencia hay eventos privados a los que solamente tienen acceso unos pocos, que pueden disfrutar de una cena maridada con el mejor champán del mundo con un chef de estrella Michelin, o subirse a un yate hotel con tripulación y servicio en exclusiva. El sector del lujo no tiene límites, aunque a veces ni siquiera el dinero pueda comprarlo.
Manuela Romeralo | Campeona mundial de cata de puros habanos
Los puros habanos es uno de los productos de lujo que no sólo escasean, sino que llegan incluso a triplicar su precio. «La mayoría de las estanterías de los estancos de habanos están vacías, es muy difícil encontrar», explica Manuela Romeralo, sumiller y campeona del mundo de cata de puros habanos. «Si antes un Cohiba Robusto lo fumabas por 22 euros ahora son 60. Si lo encuentras». Según Romeralo, los estanqueros hacen pedidos, pero no saben lo que les va a llegar, y siempre en menos cantidad. La razón es que el creciente número de millonarios chinos han incrementado la demanda de un producto cuya distribución de habanos está en manos del país asiático, que tiene además unas excelentes relaciones políticas con Cuba.
Guillermo Martorell | Gemólogo en Siete Jewels Gallery
Valencia siempre ha sido un lugar de venta de lujo, que desde la crisis de 2008 no ha parado de crecer. Sí, de una manera más discreta, quizás, pero nunca se detuvo su crecimiento, según explica Guillermo Martorell, de Siete Gallery, una joyería donde trabajan con piezas únicas. «Ahora lo que buscan los clientes es no ser ostentosos, y se inclinan por piezas más artísticas, realizadas con diamantes de colores que para quien no entiende pasan más desapercibidas». Según el gemólogo, «hablamos de pulseras de 30.000 o 50.000 euros muy discretas». Y corrobora la idea de que en Valencia «hay más gente que puede acceder al lujo de lo que pensamos».
Víctor Grima, Sergio y Nacho Ygueravide | Comercio de zapatillas
Víctor Grima, Sergio y Nacho Ygueravide han encontrado un nicho de negocio en las zapatillas de deporte exclusivas y limitadas, y acaban de abrir una tienda en Valencia, Sneaker Lane, donde compran ediciones difíciles de conseguir y las revenden por un precio superior. La clave es que hay tanta demanda de estos modelos que el comprador está dispuesto a pagar el triple o incluso el cuádruple por un par. «Hay ejemplares a precios astronómicos, como las Nike Air Forcé de Vuitton, que se vende por 8.000 euros», explica Nacho Ygueravide.
Javier Monedero | Distribuidor de bebidas premium en Valencia
El 80% del champán de marcas de prestigio está agotado a nivel mundial. Es una realidad que constata Javier Monedero, y que a falta de un mes para acabar el año, el mes en el que el consumo de espumosos se dispara, está haciendo todo lo posible para poder dar servicio. «Es una situación muy complicada», explica Monedero. La escasez no sólo afecta a marcas como Möet Chandon, Veuve Clicquot o Krug; ocurre lo mismo con los vinos y destilados de gama alta. «Está casi todo agotado». El distribuidor no había visto nunca una situación similar como la que se ha vivido este año. «La gente tiene muchas ganas de celebrarlo todo».
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