Oltra culpa a consellers del PSPV de la falta de personal para informar al Síndic

Luna fue el portavoz del grupo parlamentario socialista cuando el presidente de la Generalitat era Francisco Camps. Es un hombre más que acostumbrado al cuerpo a cuerpo y hace un par de semanas no dudó en emplearse para poner de manifiesto la escasa colaboración que había encontrado en el departamento de Oltra para investigar la situación de los centros de menores, a raíz de la sentencia por la que se condenaba al que fuera marido de la ahora vicepresidenta.

La cuestión es que la Sindicatura de Greuges envió una serie de resoluciones sobre la renta valenciana de inclusión y la lentitud en su tramitación que había mostrado la Conselleria de Oltra. Y, además de lentitud a la hora de tratar esas cuestiones, al Síndic de Greuges no le han facilitado en tiempo y forma las contestaciones que requería.

Igualdad pone como pretexto para no facilitar esa información que tiene una elevada carga de trabajo «derivada del elevado volumen de prestaciones y servicios» que gestiona ese departamento, y que en la medida de que la disposición de recursos lo permita le facilitarán la información que pide.

Además, solicitan al Síndic que recomiende a la Conselleria de Hacienda y también a la de Justicia y Administración Pública que aprueben la creación y la cobertura de los puestos de trabajo que ha solicitado el departamento de Oltra.

La respuesta de Ángel Luna es clara. «Resulta del todo ajeno a las competencias del Síndic la facultad de recomendar a las Consellerias de Hacienda y Modelo Económico y de Justicia, Interior y Administración Pública que proceda a la creación y cobertura de los puestos de trabajo solicitados por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas».

El Síndic de Greuges incide en su respuesta en que la capacidad de distribuir los medios humanos y materiales de que dispone el Consell forma parte de la potestad de autoorganización de que disponen todas las administraciones públicas, «cuyos problemas deben ser resueltos en el seno del propio órgano de gobierno».

Además, el Síndic de Greuges apunta que la excusa de la falta de personal dada por el departamento del que se encarga Mónica Oltra «está siendo utilizado, con idéntico tenor literal, para rechazar el cumplimiento de las recomendaciones que esta institución ha efectuado en otros expedientes de queja».

De ahí que Luna considere que «más que en una concreta motivación», se haya convertido «en una cláusula de estilo que no puede ser admitida. Lo contrario llevaría a asumir que la satisfacción de los derechos de la ciudadanía, recogidos en las leyes y en los reglamentos que emanan de esa misma administración, puede ser eludida, 'sine die', por quien está obligado a garantizarla, con una indeterminada referencia a problemas de índole organizativa».

La relación de la vicepresidenta y del Síndic de Greuges, la figura valenciana equivalente a la de defensor del pueblo, ya arrastra un enfrentamiento abierto desde finales de septiembre y principios de octubre.

Las acusaciones de Ángel Lunes por impedirle hacer su trabajo a causa de las trabas interpuestas por Igualdad para investigar los centros de menores saltaron el último día del pasado mes de septiembre. El PP, que no perdió ocasión de cargar contra Oltra, reclamó a Puig un imposible, a no ser que quisiera deshacer el pacto de gobierno: la destitución de su vicepresidenta primera.

La intervención de los populares pidiendo la cabeza política de Oltra por impedir desde su conselleria que la Sindicatura de Greuges investigase los centros de menores sirvió de trampolín a la propia Oltra para cargar contra Luna. La vicepresidenta insinuó que el Síndic de Greuges conspiraba junto al PP para forzarla a presentar su dimisión. Si eso sucedía el pasado 1 de octubre, cuatro días después, el 5, Oltra volvía a atacar al Síndic de Greuges, al que acusaba de realizar «interpretaciones muy torticeras y equivocadas», en relación a las críticas recibidas por parte del Síndic. En el informe de la Sindicatura del año pasado se revelaba que una de cada tres quejas contra las consellerias era para Mónica Oltra.