La Conselleria de Educación avanzará en su proyecto para reducir de manera extraordinaria las ratios máximas de alumnos en Infantil, una medida que provocó polémica entre la escuela concertada, que llegó a impugnarla a los tribunales, aunque sin éxito. La orden normativa que posibilita el cambio debía negociarse en la mesa sectorial prevista para hoy, pero fuentes de la conselleria explicaron que es muy probable que no llegue a tratarse por la cantidad de asuntos a analizar, por lo que se trasladará a una próxima reunión.
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En cualquier caso, el primer borrador presentado implica una avance claro, pues contempla que el próximo curso todos los centros públicos y concertados de 53 municipios reduzcan el máximo de alumnos a acoger en 1º de Infantil, por debajo de los 25 que se fijan a nivel general. En 19 se prevé que el tope sea 23 y en los 34 restantes se irá más allá: 20. Nunca en la Comunitat se había aplicado una ratio tan baja, dejando de lado este año, en el que ha sido la referencia en los grupos burbuja por razones sanitarias.
Las mismas fuentes señalaron que el texto del borrador es una versión «muy embrionaria» y que sufrirá modificaciones, y defendieron que es una medida que mejora la calidad y la «atención personalizada». Para permitir la bajada se analiza la natalidad de los municipios, valorando que la minoración de plazas escolares garantice una oferta suficiente.
Educación aplicó por primera vez la reducción extraordinaria de ratios en el curso 2017-2018 y la mantuvo hasta el 2019-2020, cuando se incluyeron 33 localidades, aunque el tope se fijó en 23 niños. No se ha aplicado este curso por la situación de pandemia, pues se ha determinado una organización escolar especial.
El TSJCV anuló la orden reguladora tras un recurso de la patronal concertada Escuelas Católicas, argumentando que la administración había invadido competencias estatales en relación a la fijación del máximo de alumnos. Sin embargo, el Supremo tumbó la sentencia al estimar el recurso de casación de la Abogacía de la Generalitat, blindando el proyecto.
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La escuela concertada receló de la medida argumentando que implica lesionar la libertad de elección de los padres, en el sentido de que se pierden opciones de elegir plaza en sus centros, que suelen tener una elevada demanda social, favoreciendo la matrícula de otras escuelas del entorno. Con la previsión actual, un centro de dos líneas perdería 10 puestos escolares. Además, la ratio se aplica en 1º de Infantil pero se consolida en los niveles siguientes con cada curso. La concertada ve en esta progresión un riesgo para el mantenimiento de conciertos en Secundaria, en el sentido de que es fundamental alcanzar un mínimo de alumnos para conservar los fondos públicos en sus unidades. Aunque reconocieron que se mejora la calidad, apostaron por otras alternativas como facilitar desdobles de aulas o dotaciones extra de profesorado.
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