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El enfado entre los médicos es cada día más evidente. La reunión del sindicato CESM con la Conselleria de Sanidad de este martes ha acabado sin ningún acuerdo y los facultativos aseguran que se sienten «engañados y timados» ante lo que consideran una falta de voluntad negociadora del gobierno valenciano. Por tanto, los representantes sindicales mantienen la huelga prevista para el 8 de mayo, la que será el tercer paro tras los realizados el 6 de marzo y el 3 de abril en la Comunitat.
Mientras se estaba produciendo el encuentro con el comité de huelga, el conseller Miguel Mínguez se reunía, por medios telemáticos, con la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, CEOMA, y esta ausencia del máximo dirigente de la sanidad valenciana para el Sindicato Médico ha supuesto una falta de respeto. En el cónclave, la conselleria ha planteado prácticamente las mismas condiciones que ya rechazó el sindicato el pasado 14 de febrero «pero con medidas aún más restrictivas», lamenta Víctor Pedrera, de CESM. «No establecen cómo poner tope a las agendas diarias, ni se plantean hablar de aumentar la retribución de las guardias y tampoco concretan fechas ni medidas», expone Pedrera.
Desde CESM insisten en que ellos están abiertos al diálogo para llegar a un «acuerdo útil para que la sanidad no se vaya a hacer puñetas», y destacan que si no adaptan soluciones no se van a poder mejorar las condiciones de los médicos de atención primaria. «La Administración no se compromete en plantear soluciones útiles para los médicos», ha señalado Jesús Gil, vicesecretario general del sindicato. «Nos han dicho que pedimos la luna y que eso no puede ser, que por tanto no podía haber negociación. No tienen intención de firmar nada que mejore el acuerdo», ha lamentado.
«Nos sentimos timados, como en un juego de trileros, se ha vulnerado nuestro derecho a la huelga y no han mostrado buena fe negociadora», expresa Gil. El Sindicato Médico tiene claro que esta reunión ha sido «forzada» por el requerimiento judicial que presentaron y que obligaba a la conselleria a hablar con CESM o si no irían al Tribunal Superior de Justicia, pero que en ningún momento Sanidad quería negociar.
La reunión, que ha estado presidida por la subsecretaria de Sanidad, Mónica Armiñana, y ha contado con la directora de Asistencia Sanitaria, de Recursos Humanos y de Relaciones sindicales, no ha resultado fructífera. No se ha aclarado cómo poner un tope a las 35 horas semanales ni al exceso de pacientes. «Hemos insistido en que no aclaran cómo se va absorber el exceso de demanda, cómo lo van a atender, simplemente lo dejan a la autogestión de los centros, no detallan cómo bloquear las agendas», expresa el sindicato.
Así pues, se mantiene la huelga del 8 de mayo y CESM indica que habrá más concentraciones frente a los centros sanitarios ante esta situación. Además, la conselleria se ha reunido después por separado con el otro sindicato presente en el comité de huelga, Simap. Según este sindicato, Sanidad les ha instado a separar los temas estrictamente laborales de los organizativos y así empezar a trabajar conjuntamente sobre reivindicaciones laborales. Por esta razón, han acordado que Simap remitirá lo antes posible un documento «con las líneas rojas para el comité de huelga y se negociará inicialmente sobre ellos», indican. Respecto a los temas organizativos, ambas partes reconocen que serán necesarias más reuniones «dada la complejidad de la situación», pero los representantes de la administración sanitaria valenciana han reconocido que en líneas generales comparten la visión del comité de huelga y que favorecerán la forma para trabajar conjuntamente en estos aspectos de fondo y con una proyección a medio plazo para conseguir las mejoras en el funcionamiento de nuestra Atención Primaria.
Los representantes de ambos sindicatos médicos solicitan, entre otras cosas, poner un tope en el número de consultas diarias en Atención Primaria (el sindicato habla de 35 como máximo), un aumento salarial de las guardias y de los puestos de difícil cobertura y la semana laboral de 35 horas. Precisamente, los pediatras son los que más se habían quejado sobre el número de pacientes que ven al día. Llegan a doblar el número de niños diarios de los que sería recomendable recibir, lo que les impide tener un tiempo de calidad para cada uno, por eso están secundando más la huelga. La sensación de los médicos es negativa y piensan que ante esta falta de concreción de la conselleria aumentará la carga de trabajo de los facultativos y las listas de espera, perjudicando a los pacientes.
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Daniel Guindo
Con algunas de estas peticiones hubo acuerdo con la conselleria, pero para implantarlas en enero de 2025. Es el caso de la semana laboral de 35 horas y la limitación del número de pacientes diarios, con 35 personas los médicos de familia y 28 niños los pediatras. En esa Mesa Sectorial del mes pasado se logró rebajar las horas totales de trabajo para este año y una mejora progresiva para 2024 y 2025, que contó con el voto favorable de los cinco sindicatos y la abstención de CESM, que pedía la implantación de las 35 horas semanas de forma inmediata.
La relación entre el Sindicato Médico y la conselleria está muy tensa ante la falta de respuesta de Mínguez en los últimos días, por lo que esta asociación de facultativos avisa de que puede «emprender acciones judiciales ante el Tribunal Superior de Justicia» si continúa sin haber acuerdo después de la última jornada prevista de huelga, el 8 de mayo.
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