Militares denuncian contagios de sarna entre efectivos desplegados en la dana

Según los efectivos militares, estos contagios se habrían producido a partir de haber estado desplegados dichos efectivos en la zona cero de la dana, para colaboraren la emergencia. A este respecto, ATME asegura que «no puede, ni debe, permitir que hechos de esta índole queden sin esclarecer».

«Diversos socios han informado que se contagiaron de sarna durante mediados y finales de enero, en diferentes rotaciones en la dana», explican los militares, que continúan, «fueron atendidos por la sanidad militar en Valencia, sin ser diagnosticados en ningún momento de esta dolencia. Al regresar de los despliegues y notar picores, acudieron a sus médicos civiles, quienes les informaron que padecían la enfermedad».

En esta línea, desde ATME denuncian que entre la primera revisión y el diagnóstico final los militares estuvieron entre 4 y 7 días relacionándose con otros compañeros y familiares. Ante esta situación, desde la asociación ven incomprensible «cómo pueden fallar los protocolos sanitarios en este tipo de operaciones, donde se está en contacto con animales en putrefacción o infectados, ácaros y ropa que podría estar infectada».

Según la asociación, la ministra de Defensa afirmó en una comparecencia oficial que hubo militares intoxicados y heridos en los primeros días del despliegue. Mientras tanto, el propio Ministerio respondía a las preguntas de las asociaciones que, al tratarse de una operación militar, Defensa no tenía la obligación de informar.

Ante este cruce de comportamientos por parte del Ministerio, la asociación militar asegura que continuará exigiendo una declaración por parte del Ministerio que dirige Margarita Robles: «ATME va a elevar nuevamente las preguntas pertinentes al Ministerio de Defensa, así como a los diputados de la Comisión de Defensa, para que este tipo de información salga a la luz».

Tras lo sucedido, la asociación militar también ha reivindicado la profesión en el cierre del comunicado: «La profesión militar es una profesión de muy alto riesgo, aunque parece que no se le quiera reconocer. Es necesario que la sociedad sepa que sus militares se juegan la vida y la salud mientras realizan sus funciones».