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El pasado 1 de octubre comenzó el año hidrológico 2024-2025. Y ha empezado como terminó el anterior. Con falta de lluvias y la situación ... de sequía agravándose, tal y como recoge el último informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ)
Este documento indica que la situación de sequía en el Júcar ha empeorado y el bajo Turia (la parte más cercana a la desembocadura que incluye municipios como la Pobla de Vallbona, Manises o Moncada, entre otros) ha entrado en situación de sequía prolongada lo que aumenta las posibilidades de que las restricciones al riego que ya existen en la zona aumenten en las próximas comisiones de desembalse que se celebrarán a lo largo de la segunda mitad del mes de octubre.
La situación es complicada en el Turia. Los regantes ya se enfrentan a unas restricciones del 15% en el caso de los riegos tradicionales y del 20% en los modernizados. Estas cifras pueden aumentar a medida que se vayan celebrando las comisiones de desembalse que son los organismos dependientes de la CHJ que estudian, junto a los agricultores, las alternativas que se les presentan.
El pasado agosto el sistema Turia entró en prealerta lo que conllevó la aplicación de restricciones a los regantes. No había alternativa. No había llovido y los pantanos no se habían recargado. Y así sigue. Las precipitaciones que se registraron las pasadas semanas apenas han servido para que los embalses ganaran 5 o 6 hectómetros cúbicos. Las posibilidades que ahora se les ofrecen a los regantes son muy limitadas. En su momento, el pasado agosto, este colectivo ya pidió que se les permitieran abrir los pozos de sequía. Es una de las posibilidades sobre los que la Confederación tiene que decidir.
Por otro lado, el informe de sequía señala que siguen en emergencia los sistemas Cénia-Maestrazgo, Palancia-Los Valles, Marina Alta y Marina Baixa. En alerta se encuentran el Mijares-Plana de Castellón, el Serpis y el VInalopó-Alacantí. El Turia continúa en prealerta y el Júcar, en situación de normalidad.
Mientras, los pantanos de la CHJ siguen perdiendo reservas. Esta semana han sido 10,3 hectómetros cúbicos menos de forma que el agua almacenada se queda en 1.156 hectómetros, el 40,8% de su capacidad total. Y eso que el año hidrológico ha comenzado con 200 hectómetros menos almacenados.
Los pantanos del Turia se encuentran en una situación delicada. El más importante, el de Benagéber, acumula 68,9 hectómetros y se encuentra al 31,1% de su capacidad. En el caso de Loriguilla tiene 21,8 hectómetros (al 29,9% de su capacidad). El del Arquillo de San Blas, 15,6 al 74% y el de Buseo, 0,77 y al 19,3%.
El sistema Júcar es el que se encuentra en mejor situación. Sigue en normalidad gracias a los pantanos que continúan con las reservas altas. Ha llovido en las cuencas altas y han permitido que Alarcón, el principal embalse de la Confederación, almacene 617 hectómetros cúbicos y se encuentre al 55% de su capacidad. Por su lado, el de Contreras embalsa 162 hectómetros (45% del total).
Otros embalses del sistema Júcar se encuentran en mejor situación. El de Tous ha bajado al 16% porque el pantano suele vaciarse para hacer frente a las posibles avenidas del Júcar. Por ejemplo, el de la Toba almacena 6,1 hectómetros y está al 63%
El año hidrológico que acaba de concluir ha sido «extremadamente seco». Según los datos facilitados por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación, la precipitación media acumulada de toda la Demarcación se ha situado en un valor cercano a los 328 litros por metro cuadrado, cuando la media de la serie histórica refleja una cifra mayor de 444. De acuerdo con la serie histórica de los últimos 30 años, el pasado 2023-2024 ha sido el quinto en el que menos ha llovido.
A la falta de precipitaciones, además, se añaden las altas temperaturas registradas durante todo el año, un fenómeno meteorológico que ha acentuado la pérdida de agua almacenada y ha incrementado el gasto hídrico. El calor ha hecho que aumente el consumo de muchos usuarios porque han tenido que regar en épocas en las que habitualmente no lo hacían dificultando la gestión de los recursos existentes.
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Como suele ser habitual en la Demarcación, las precipitaciones han sido irregulares, con meses más húmedos de lo normal, como ha sido el caso de junio y marzo, y periodos muy secos, como el primer trimestre del año hidrológico 2023-2024. De hecho, episodios de lluvia como los del pasado mes de septiembre han permitido mejorar las cifras en cuanto a precipitación media acumulada, pero el problema de escasez no se ha resuelto.
La Confederación tiene previsto celebrar en la segunda mitad de este mes las comisiones de desembalse. En estas reuniones se analizará junto a los usuarios la disponibilidad del recurso de cara al año hidrológico que acaba de comenzar. Todo apunta a que las restricciones al riego continuarán y, en algún caso, se pueden incrementar.
Desde la CHJ subrayan que el suministro urbano está totalmente garantizado salvo excepciones puntuales en aquellas zonas en las que el abastecimiento. También inciden en la necesidad del ahorro y anima a la población a reducir el consumo a 90 litros por habitantes frente a los 130 que se encuentra en la actualidad.
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