La montaña rusa del clima: 28 grados, cultivos enloquecidos y alergia todo el año

Lo más significativo es que no sólo no lloverá en los próximos días, sino que además se llegarán a alcanzar los 28 grados en Montanejos o los 27 en municipios como Xàtiva o Segorbe, temperaturas altas para un mes que habitualmente solía ser frío. De manera generalizada, en toda la Comunitat, serán suaves, con máximas que, en pocos casos, bajarán de los 20 grados. Es el caso de Morella, donde hace dos semanas se veía nevar y que este miércoles registrará los 22 y el jueves los 23 con una mínima que no bajará de 9 grados cuando la máxima de hace una semana se quedó en 8.

Eso el jueves, porque después de un ascenso, las máximas volverán a ir descendiendo de cara al fin de semana y el domingo se registrarán entre 4 y 8 grados menos. La causa de este tiempo «primaveral» se debe a un anticiclón «muy potente» que además viene acompañado de una masa de aire subtropical que provoca la subida de las temperaturas.

«Llevamos unos últimos años con una frecuencia muy alta de días anticiclónicos cálidos en pleno invierno. Y los episodios fríos se reducen a muy pocos días, como los que hemos registrado el pasado fin de semana. Un patrón meteorológico que se repite cada vez más en los inviernos», subraya Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

Desde el punto de vista científico, esto se debe a la mayor extensión de la llamada 'Cédula Hadley'. «Es una área de altas presiones que regula el tiempo en las latitudes subtropicales y que cada vez está más presente en nuestras latitudes medias. En otras palabras, nuestra circulación atmosférica en la zona mediterránea tiene cada vez más días de anticiclón, por eso las temperaturas se vuelven más suaves en toda época del año y las precipitaciones son más irregulares», explica Olcina.

Entre el sábado pasado y el próximo viernes, las temperaturas máximas y mínimas en toda la Comunitat habrán ganado entre 8 y 10 grados, valores anormales e incluso de récord de máximas absolutas, según subraya el catedrático de climatología de la Universidad Jaume I, José Quereda, quien subraya que incluso en el norte de la Comunitat en altitudes de 700 metros se han registrado mínimas de 15, «unos 10 grados sobre los valores medios».

En la primera quincena de enero, esos valores medios han situado la temperatura media en los 13 grados, casi dos más sobre el valor normal, según subraya el climatólogo y continuando con las tendencias térmicas de 2023.

Según explica Quereda, aunque la elevación de la temperatura es un proceso acontecido tan sólo durante los 35 últimos años, según los informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, la región mediterránea será la zona europea más vulnerable a los efectos del cambio climático. «Alta vulnerabilidad y exposición regional que la convierten en un prominente punto caliente de cambio climático».

Y sobre cómo se espera lo que resta de invierno, Quereda anuncia más de lo mismo. «La situación atmosférica se torna anticiclónica, lo que supone una previsión de tiempo estable, con temperaturas suaves, más altas de las normales, si bien con escasa posibilidad de recursos hídricos».

El principal afectado de esta montaña rusa de temperaturas es el campo. Los agricultores más que pesimistas, son realistas, como dicen, y vaticinan más pérdidas. «El cambio climático nos tiene locos. No hay manera de estar en invierno», manifiesta José Vicente Andreu, presidente de ASAJA Alicante y también agricultor, quien recuerda que ya en diciembre, en la Vega Baja alicantina se registraron 30 grados.

Andreu hace hincapié que todos los cultivos se ven afectados por estos cambios, porque se alteran los ciclos. Algo en lo que coincide el secretario general de AVA-ASAJA, Juan Salvador Torres, «el metabolismo de la planta se descontrola porque estaba acostumbrado a unos ciclos que desde hace unos años han cambiado. En época de calor hace frío y viceversa».

Los cítricos deberían ahora estar «inactivos», pero este cambio de temperaturas producirá que el fruto se vea deteriorado. «Se producirán defectos en la piel, por la sobremaduración, provocando que se agriete y, por tanto, ya no serán aptos para la comercialización» advierte el presidente de los agricultores alicantinos.

En el caso de los frutales el efecto es que, si el calor se mantiene durante dos o tres semanas comenzarán a florecer y luego volverá el frío que terminará con la floración. «Un año más sin cerezas, olivas o melocotón», recalcan.

En las hortalizas, en pleno ciclo de recolección, más de lo mismo. «Estos ciclos se irán acortando y, de seguir con estas temperaturas, en ocho días tendremos una sobreproducción. Si, según el ciclo, tocaría recolectar el 15 de febrero, ahora lo haremos el 5 o el 6 y eso significará pérdidas para el agricultor y encarecimiento para el consumidor, porque el excedente de producción no podrá aprovecharse y más adelante no habrá producto que ofrecer en el mercado».

Menor incidencia tendrá en el sector ganadero, excepto en explotaciones al aire libre. Es el caso del sector avícola, porque, según explica el secretario general de AVA, se suelen criar en granjas donde se mantiene la temperatura constante tanto en invierno como en verano.

No obstante, asegura que los cambios afectan a todos. «Los seres vivos queremos ciclos estables y cuando nos sacan de esa normalidad sufrimos estrés», subraya Juan Salvador Torres.

Así, lo confirma la psicóloga Alba Sebastián. «Los cambios, en general, suelen provocar un cierto desajuste en nuestra vida y los cambios de temperatura no son una excepción, nos afectan a nivel psicológico, en nuestro humor cotidiano, porque el ser humano funciona con una parte de seguridad y predicción en su vida diaria», explica.

Esto, trasladado al cambio de temperatura, también pasa. «Todos sabemos las conductas que debemos poner en marcha en los meses de enero y febrero, puesto que lo normal sería pensar que los días van a ser fríos. Sin embargo, si cuando lo que se supone que tiene que pasar no pasa, y en estos meses de invierno empezamos a encontrarnos días muy calurosos, atípicos para esta época del año, esto es algo que nos va a desregular, porque nos desmonta una parte de nuestra predictibilidad y nos produce estrés. Sabemos que a nuestro cerebro le cuesta adaptarse a los cambios», subraya.

Eso a nivel mental, pero a nivel orgánico, según el doctor Víctor Espuch, médico de familia, no hay de momento estudios sobre los efectos de estos altibajos en las temperaturas sobre el organismo o sobre el estado de salud de los enfermos crónicos. «Tendrían que ser cambios a temperaturas extremas», asegura Víctor Espuch, médico de familia.

Este incremento de la temperatura sí que va a terminar con la epidemia de virus respiratorios que se ha producido tras las fiestas navideñas. «Ahora se podrán airear los sitios cerrados por lo que bajará la incidencia de las patologías víricas», subraya.

Dónde sí afecta esta alteración climática es en el tema de las alergias. «Se ha visto que el patrón de los cuadros de alergia está cambiando. Antes, a nivel estacional estaba claro qué alergia se daba en qué mes o periodo. Ahora se pueden dar en cualquier momento del año», señala Espuch.

Y como no, también la economía sufre estos efectos del cambio climático porque la industria textil está notando desde hace tiempo como el consumidor tarda más en comprar prendas de abrigo y aprovecha el periodo de rebajas para hacerlo. Aparte de que¿ quién con 25 grados en el exterior se atreve a probarse un chaquetón? Las inusuales alta temperaturas desmotivan las compras.