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Uno de los casos más dolorosos entre las víctimas de la dana es el de Janine, una joven de 26 años que estaba embarazada de ... ocho meses y a la que tan sólo le quedaban el 29 de octubre dos días para coger la baja para dar a luz.
Janine, que trabajaba en una empresa de transporte en el polígono industrial de Riba-roja y que conducía un camión, llamó a su madre a lqs 18:53 horas la tarde del 29 de octubre. La joven se había subido a su coche con la intención de poder salir del polígono para irse a su casa pero la gran cantidad de agua acumulada en el polígono le sorprendió. Janine llamó a su madre para decirle que entraba mucha agua en el coche y que se iba a ahogar.
La joven pudo salir de su vehículo y logró subirse al techo de otro vehículo en el que habían otros jóvenes, que trataban de salvarse de la riada que corría por las calles del polígono de Riba-roja.
Un contenedor de hierro de grandes dimensiones golpeó al vehículo en el que se refugiaron Janine y los otros jóvenes. Todos cayeron al agua. El cuerpo de Janine fue hallado sin vida cuatro días después.
El de Janine es uno de los casos que recoge el auto, como también el de Débora G., que vivía junto a su novio Carlos en la pedanía de La Torre. Ambos se desplazaron a un garaje para sacar un coche y una moto. Sobre las siete de la tarde, Débora, visiblemente nerviosa, habló con su madre y le dijo que por la calle había mucha agua y que iban a sacar los vehículos del garaje.
A las 20:27 horas, el padre de Carlos escuchó un estruendo muy fuerte y el una llamada de auxilio que decía «la puerta, la puerta». En ese garaje fallecieron siete personas, entre ellas, Débora y Carlos.
El cuerpo de Guangming lo encontraron el 13 de noviembre, dos semanas después de la dana. Este ciudadano estaba en su bazar en Massanassa y a las siete de la tarde por la calle el agua ya arrastraba a los vehículos. Media hora después, el nivel del agua crecía de manera considerable. Bajaron las persianas del negocio para que no entrara más agua.
Al salir a la calle, pasadas las ocho de la tarde y una vez había sonado ya la alarma, el agua corría a gran velocidad por la calle arrastrando coches y formando olas. Guangming y su mujer trataron de subir a la estanterías de la tienda, pero no aguantaban el peso de un adulto por lo que el hombre decidió subir a sus esposa sobre una puerta.
El agua subió a una altura de dos metros y medio. Guangming estuvo agarrado durante mucho tiempo a una farola hasta que un camión golpeó y ya no tuvo tiempo para aguantar agarrado, por lo que fue arrastrado por el agua.
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