A. Talavera
Alzira
Martes, 10 de septiembre 2024, 00:13
Con el objetivo de preservar la Albufera se han unido los trece municipos que forman parte del parque natural. Valencia, Catarroja, Sueca, Algemesí, Cullera, Alfafar, Silla, Albal, Sedaví, Massanassa, Sollana, Albalat de la Ribera y Beniparrell firmarán esta semana un texto para solicitar que la ... Albufera sea declarada Reserva de la Biosfera.
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Una medida que va en la misma línea que la promovida por LAS PROVINCIAS con su Pacto por la Albufera en el que congregó en junio a más de 150 entidades y personalidades para defender este emblemático paraje natural a través de un manifiesto con los principales puntos para garantizar su supervivencia.
En este caso, los trece municipios quieren que la Albufera sea declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Estas reservas son territorios donde se armoniza la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. Se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos, en las cuales la integración de la población humana y sus actividades con la conservación son esenciales.
Un reconocimiento internacional para garantizar el buen mantenimiento de un lago, el de la Albufera, que necesita un impulso institucional para seguir siendo uno de los humedales más importantes de España.
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Esta iniciativa reunirá al Ayuntamiento de Valencia, siete municipios de l'Horta Sud y cinco de la Ribera para firmar el texto con el que iniciar los trámites para esta importante solicitud que preserve el futuro de la laguna litoral más grande de España.
Será el jueves 12 de septiembre cuando alcaldes y alcaldesas de estas localidades se den cita en el Saló Columnari de la Llotja de Valencia para sellar esta iniciativa en favor de un paraje que forma parte de todos los valencianos.
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El concepto de las reservas de biosfera ha evolucionado desde 1976, año en que las primeras reservas fueron reconocidas. En España la primera fue la Sierra de Grazalema en Andalucía en 1977. Las que por entonces eran vistas como áreas protegidas se han convertido en paisajes terrestres y marinos dedicados a la exploración de los principios y prácticas del desarrollo sostenible.
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Con esta alianza entre los diferentes municipios se busca aunar esfuerzos para conseguir esta catalogación y que la Albufera se convierta en la primera Reserva de la Biosfera íntegramente valenciana. Y es que actualmente hay 55 reservas en España y dos de ellas en la Comunitat. Sin embargo, ambas son compartidas con Castilla la Mancha ya que los parajes se encuentran en la frontera entre regiones. Se trata del Alto Turia y el Valle del Cabriel, los dos fueron declarados Reserva de la Biosfera en el año 2019. Los últimos territorios españoles en formar parte de este listado de reservas este mismo año son la Vall d'Aran y la Selva de Irati.
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Algunos de los requisitos para conseguir esta importante declaración y toda la protección que supone este reconocimiento es que el territorio en cuestión sea representativo de una región biogeográfica significativa y contenga paisajes, ecosistemas y especies o variedades de animales y plantas que necesiten ser conservados. Un requisito que cumple la Albufera que cuenta con un ecosistema único tanto de flora como de fauna.
Además, debe ser un territorio lo suficientemente grande como para realizar las tres funciones que toda Reserva de la Biosfera debe cumplir (conservación, desarrollo y apoyo logístico). Así como tener una división por zonas y también es importante que diferentes autoridades regionales, gobiernos, poblaciones locales y empresas privadas, se impliquen en la planificación y gestión de la Reserva de la Biosfera.
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Una implicación social ya quedó demostrada que existe con las más de 150 adhesiones que consiguió LAS PROVINCIAS para su pacto por la Albufera, que culminó el pasado mes de junio con un exitoso simposio de donde salió un decálogo de compromisos para garantizar el futuro del parque natural.
Unos compromisos que tres meses después todavía están pendientes de cumplir tras realizar una evaluación después del verano. Pocas novedades se han implantado para conseguir mejorar la situación de la Albufera. El Consell ha empezado a trabajar en la mejora de la calidad del agua, de gestión de los recursos o de control de las quemas de la paja de arroz pero que no sirven para asegurar la buena salud del lago y su entorno, siempre amenazada.
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Cabe recordar que el manifiesto recogido por LAS PROVINCIAS contemplaba como una de las necesidades más exigir un compromiso de todas las administraciones implicadas para asegurar que las aportaciones de agua a la laguna permitan su supervivencia, tanto desde el punto de vista del medio ambiente como de las actividades asociadas. En este sentido desde junio el Consell, de la mano de la empresa Global Omnium y a través de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunitat Valenciana (EPSAR), anunció que emprenderá la digitalización de las infraestructuras de saneamiento y depuración que se va a llevar a cabo en la Comunitat.
Otro de los aspectos que ha ido mejorando es el control de las quemas agrícolas. Hace tan sólo unas semanas se anunciaba que en las zonas con dificultades de recogida y de fangueo se podrá optar por la quema justificada por problemas fitosanitarios al ser la mejor medida medioambiental posible ya que si la paja no se retira o quema termina generando aguas negras y un problema de oxigenación.
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Pero hasta ahí los pequeños avances. El resto de puntos registrados en el manifiesto del pacto por la Albufera siguen pendientes. La limitación de las prácticas industriales y urbanas en el entorno del parque, la perfección de infraestructuras hidráulicas para sellar el lago o la protección de las aguas para evitar la mortandad de los peces y la degradación del paisaje tampoco se ha atajado.
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Uno de los puntos del decálogo que apunta directamente a los municipios de la Albufera es la adecuación urbanística para garantizar un desarrollo urbanístico armónico, que respete la singularidad de cada municipio y fomente una acción común sobre todo el territorio. Por el momento, las iniciativas son escasas e independientes en cada caso.
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El manifiesto también recoge la necesidad de que los agricultores tomen medidas de protección. En el simposio organizado por LAS PROVINCIAS se evidenció que en esta cuestión prende el desacuerdo, consecuencia de que los variados intereses cruzados que operan en el parque al respecto de su explotación agrícola que choca en algún aspecto con las necesidades en materia de preservación medioambiental. Intereses que no se han movido y que se mantienen por encima de los del parque natural.
Tampoco se ha avanzado en aspectos más administrativos como la dotación de más personal para la gestión del parque natural ni en la mejora del proceso de selección de los órganos de dirección para a la Albufera de una dirección con estatus de gerente, mejorando el actual proceso de selección para evitar que la plaza se quede desierta y garantice una gestión adecuada y eficaz, que se mantenga en el tiempo.
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