Secciones
Servicios
Destacamos
Juan Sanchis e ISABEL GUTIÉRREZ
Valencia
Domingo, 19 de diciembre 2021
¿Cómo será la Navidad? Esa es la gran pregunta que muchos se hacen a cinco días de que llegue la Nochebuena. Pero muy pocos se atreven a contestar. La incertidumbre, la volatilidad, planea sobre comerciantes, hoteleros, hosteleros... Nadie sabe exactamente qué sucederá. Si ... ya es difícil hacer previsiones en circunstancias normales, este año se presenta lleno de dudas. El Covid-19 sigue imponiendo sus condiciones y más ahora. Hace apenas dos meses la epidemia parecía controlada pero los datos de los últimos días han vuelto a levantar todas las alarmas e incluso se habla de implantar nuevas restricciones.
El Gobierno valenciano ha optado por el pasaporte Covid para contener el alza de contagios. De hecho es probable de que antes de Navidad se amplíe a nuevos espacios. Por ahora no lo ha conseguido. Los contagios se encuentran al nivel de principios de febrero, cuando la Comunitat estaba inmersa en lo peor de la tercera ola. Estamos ya en lo que empieza a conocerse como la sexta ola de la pandemia. Esta semana se ha cerrado, según datos de la Conselleria de Sanidad, con 19.500 positivos y una incidencia de 563 casos por cada 100.000 habitantes. De hecho, los contagios se han doblado en apenas 15 días y las unidades de cuidados intensivos están ya al 75% de su capacidad total.
En el lado positivo se encuentra que la mortalidad es muy inferior a las peores fechas de la pandemia. El viernes hubo dos fallecimientos en la Comunitat frente a los 18 que se contabilizaron en el mismo periodo del año anterior.
Los datos de los hospitalizados por coronavirus empiezan a ser preocupantes aunque las cifras están muy alejadas a hace un año. La presión está aumentando y muchos centros sanitarios empiezan a adoptar medidas en caso de que la tendencia no se invierta. Algunos comienzan a retrasar operaciones y a reservar algunos espacios para los contagiados en el caso de que no haya suficientes habitaciones.
En este contexto sanitario llega la Navidad. Todos esperan que sea mejor que la del año pasado, pero la incertidumbre lo preside todo. Uno de los sectores que más está notando los efectos de la incertidumbre es el turismo. Hosteleros y hoteleros ven con preocupación la evolución de la enfermedad. Luis Martí, presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat, resume con una palabra la situación: Incertidumbre. «El puente de la Inmaculada fue bueno, no lo vamos a negar. Pero a partir de ahora vemos bastantes nubarrones en el horizonte», afirma Martí.
«Creo que se está incitando al miedo», señaló en referencia a las noticias sobre el incremento de contagios y que han llevado a que se produzca un alud de cancelaciones de fiestas y cenas de Navidad. Muchos ayuntamientos están anulando muchas de las actividades previstas ante la situación sanitaria. Pero Martí considera que «hay que aprender a vivir con el virus. Que la incidencia sea parecida a la del año pasado no implica que la situación sea la misma. Hay que tener en cuenta de que una gran parte de la población está ya vacunada con lo que los riesgos de contagio se reducen».
Noticia Relacionada
Martí defendió de que los hoteles y locales de restauración son lugares seguros donde sólo hay inmunizados. También quiso trasladar un mensaje de «tranquilidad» porque el sector «ha hecho un esfuerzo para crear espacios seguros en los establecimientos». Recordó que en ellos no entra nadie que no esté vacunado.
La patronal hotelera Hosbec, por su parte, ha señalado esta semana que «los destinos turísticos de la Comunitat Valenciana no levantan cabeza: todos han estado con una ocupación media alrededor del 40%». Y lo que es peor algunos establecimientos han decidido no abrir sus puertas. «Mientras que en Benidorm y Castellón ya ha cerrado el 50% de la planta, Valencia aguanta con un 90% de hoteles abiertos y la Costa Blanca está en un 70% de media», resaltan desde la asociación hotelera. «El sector encara lo que serán las semanas más difíciles hasta que se pueda ver una reactivación de la demanda que no se espera hasta el mes de febrero por lo menos», recalcan.
De una opinión parecida es Manuel Espinar, presidente de la Confederación Valenciana de Hostelería y Turismo (Conhostur). «Teníamos muy buenas expectativas para esta campaña y es una evidencia que la evolución de los contagios ha tenido impacto en la hostelería y como consecuencia se están produciendo cancelaciones que se han dado principalmente en grandes empresas que habían reservado grupos muy numerosos», apunta. Espinar añade que «en otros casos las empresas han cambiado de planes iniciales, trasladando las celebraciones y cenas a formato comida a mediodía o reduciendo grupos, organizando comidas por departamentos, etc. La tendencia ha sido la de salir pero en grupos más pequeños».
Como Martí, Espinar considera que la hostelería está preparada. El sector está preparado «para trabajar con las medidas adecuadas, y ya sabemos por la experiencia del año pasado que cuando las reuniones se dejan de hacer en establecimientos hoteleros y se trasladan al ámbito privado, a las propias casas, se baja la guardia y existe más riesgo de contagio».
Una de las características en la que todos coinciden es que la gente está esperando a ver cómo evoluciona la situación. Toda esta incertidumbre afecta a otros aspectos del negocio como es la contratación de personal y la compra de los productos. «Es una volatilidad absoluta», manifiesta Luis Martí.
En el comercio ocurre lo mismo. Fuentes de Confectomerç esperan que esta campaña de Navidad «puede ser un gran incentivo» aunque se enfrentan a una serie de factores adversos como puede ser la inflación, los altos costes de la luz o el aumento de las materias primas que pueden determinar las ventas esta fiestas. Aún así desde la federación auguran que «si todo se desarrolla con normalidad esperamos que sea mejor que en 2020 si bien será todavía un 10% inferior a los niveles de 2019».
Noticias Relacionadas
Otro de los elementos que están definiendo esta campaña navideña es que las compras se están haciendo antes y «noviembre ha contado con un gran número de consumidores que han adelantado las adquisiciones navideñas. También resaltaron que el comercio es un espacio seguro frente al Covid-19. «No obstante, el balance dependerá y variará en función de territorios y por subsectores», resaltan las mismas fuentes.
Toñi Rodríguez tiene un puesto de frutas y verduras en el Mercado de Convento Jerusalén y vive en primera línea esta incertidumbre ligada a la pandemia. «Los precios han subido mucho en las últimas semanas. El calabacín, que es un producto muy solicitado, se encuentra a tres euros el kilo», recalca Rodríguez. Especialmente han subido los productos que vienen de Almería.
Más negro ve el panorama Miguel Jiménez, propietario de una agencia de viajes y presidente de la Asociación Empresarial Valenciana de Agencias de Viaje (Aevav). «Sabemos que el turismo no es un producto de primera necesidad», señala y destaca que la gente no está muy dispuesta a viajar en estas fechar por la situación sanitaria.
Toñi Rodríguez, vendedora en un mercado
Toñi Rodríguez tiene un puesto en el Mercado de Convento Jerusalén. «La gente está esperando a última hora para hacer sus compras», señala y añade que «la incertidumbre es total». Los clientes siguen la evolución de la pandemia «para saber el número de comensales que tendrán en las cenas y las comidas o para decidir si se quedan en casa o se van a un restaurante».
Esta semana después del puente «no ha habido mucho movimiento yo creo que es de transición y que la próxima se va a animar» aunque no piensa que se acerque a los niveles de antes de la pandemia.
También señala que algunas personas han adelantado las compras. «Hay mucho retraimiento y se está vendiendo poco género. Además, la gente joven compra por unidades», afirma Toñi.
José Miralles, hostelero
José Miralles es propietario de 'La alegría de la huerta', un establecimiento situado en la playa de la Malvarrosa. «Las últimas informaciones sobre la evolución de la pandemia han sido un duro golpe, especialmente después de un buen puente de la Inmaculada», explica. Antes de que la situación sanitaria se complicara «el nivel de reservas era muy alto pero ahora ha habido muchas cancelaciones». Las Navidades se presentan llenas de incertidumbre. Ante el próximo día 25 se está produciendo «una reducción de comensales. Parece que las familias pretendan no exponer a riesgos a los mayores que ahora se quedarán en casa». Miralles atribuye el nuevo planteamiento al «miedo que empieza a tener la gente» por lo que las reservas se van demorando. «Estamos muy preocupados de cómo va a terminar el año», dice.
Melisa González, encargada de tienda
Melisa González es la encargada en Juguetes Poly, un establecimiento que pertenece a la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Valencia, miembro de Confecomerç. Coincide con los demás. «La campaña de Navidad va a ser una aventura por la incertidumbre. Aunque también nos pasa todos los años», precisa. Por otra parte, apunta que la gente «ha adelantado mucho las compras, quizá por lo que se dice del desabastecimiento. Aunque nosotros tenemos bastante stock siempre hay gente teme que no vaya a encontrar su juguete que le piden». «Creo que este año va a ser un poquito mejor que el anterior. La gente está más animada y en 2020 teníamos restricciones», destaca González.
Miguel Jiménez, agencia de viajes
Miguel Jiménez lleva 35 años en el negocio de las agencias de viajes. Es propietario de la agencia Sexto Continente en Alaquàs. «La gente tiene miedo a viajar. Lo entiendo porque no es un producto de primera necesidad», afirma. A esta situación «hay que hacerle frente».
«En el sector seguimos apoyándonos en el turismo nacional», apunta y señala que «es el que tiene menos miedo». En cambio el internacional está más paralizado por las exigencias que se están pidiendo como consecuencia de la crisis sanitaria», puntualiza. «La única solución es científica», precisa.
Los Bolívar-Fornés, familia numerosa
Pandemia, confinamiento, coronavirus, vacunas... Son palabras tan interiorizadas como los nombre de Gofre y Mochi, los peluches más adorables de Netflix, para la pequeña Clara, de 6 años, e incluso para sus hermanos gemelos Miguel y Candela, de 4. Hace tiempo que el Covid-19 forma parte de su día a día, como ir al cole con mascarilla; y quizás por ello se entusiasman, como si esta enfermedad ni siquiera existiera, cuando enseñan las estrellas y bolas navideñas que ellos mismos han confeccionado y colgado del árbol. Para estos tres simpáticos polvorillas la Navidad de este año será como la de siempre, la que conocen o la que recuerdan. Con sus desasosiegos, las reorganizaciones de última hora o las cenas tal vez sin los abuelos o lejos de los primos.
Miguel Bolívar tiene 34 años y es abogado; Clara Fornés tiene 33 y es administrativa. Este joven matrimonio figura en la presidencia de la asociación de familias numerosas Más de Dos, desde la que se promueven actividades, proyectos solidarios y banco de alimentos, destinados sobre todo a familias numerosas en riesgo de exclusión, cuyo número crece en estos tiempos. «Nos sumamos Más de Dos para defender los derechos de las familias numerosas en todas sus diversidades», explican. Tras enfermar dos veces de Covid-19 cada uno, se toman la vida como viene: «En Navidad habrá que adaptarse a lo que pase».
Rosa Mora, mayor en soledad
Rosa está orgullosa de su congelador. De lo bien surtido y aseado que lo tiene, de donde saca bolsas de vieiras, gambas, langostinos, gambón, navajas... «Lo tengo repleto por si viene una riada», explica. ¿Pero es que no lo llenó a la espera de visitas para las fiestas? «No -responde-. Para mí siempre es Navidad, así que cenaré lo que podría comer cualquier día: una parrillada, unas gambas, una sepieta... No voy a cambiar porque venga la Nochebuena». Si espera a alguien, es a Carmen, voluntaria de Amics de la Gents Major, una organización que acompaña de manera afectiva a los mayores que sienten soledad. Pero faltan manos: en Valencia, Amics tiene 654 mayores y 493 voluntarios.
Rosa Mora, de 86 años, recibe a Carmen, a quien mira como si fuera la hija que nunca tuvo, al menos una tarde a la semana para charlar, merendar, ver la tele... «A mí la tele me chifla, es mi vida».
Lleva tres décadas viviendo sola, desde que se separó de su marido, camionero de profesión y con el que «me acostumbré a esperar». No tuvieron hijos. «La gente cree que soy viuda y no les voy a llevar la contraria. Yo me casé el 6 del 6 del 66. El año de demonio», dice socarrona. Pero admite que fue muy feliz hasta que se le rompió el amor. Y ahora los achaques y el temor a las caídas le impiden salir a la calle tanto como desearía, a comprar al mercadito cercano a su piso de la zona de Mestalla, a visitar a sus hermanas -«pero están igual o peor que yo», explica- o a departir con los vecinos, «aunque apenas quedamos los de siempre. En este barrio ya no conozco a nadie, todos son peruanos».
Evoca «cuando en las fiestas nos ajuntábamos con la familia de mi marido en La Almarcha, en Cuenca. Y cuando me iba de viaje por toda España y yo era la reina del autobús». Y concluye: «A mí la soledad no me asusta, pero necesito a alguien para hablar».
Fanny Gandía y Alejandra Bataller. Madre e hija, paciente oncológica
Otra Navidad llena de dudas, sí. Pero en el caso de Fanny, de 56 años, madre de la jovencísima Alejandra, de 18 y con el sueño de instalarse en Barcelona y ser cámara, no es la pandemia la que marca a fuego su existencia desde hace seis meses, sino el osteosarcoma en el fémur que un mal día puso patas arriba la vida de Alejandra.
Fanny relata a LAS PROVINCIAS, con una entereza que desarma, que su hija ha pasado por dos bypass, dos operaciones, ciclos de quimioterapia que la dejaban postrada en la cama de un hospital durante varias semanas... Ahora, entre la incertidumbre y la esperanza, aguardan la llamada para dos operaciones de pulmón. La primera será la semana entre Nochebuena y Nochevieja.
«Mi hija tiene un carácter especial, cómo lo encara y cómo se ilusiona, pese a lo que está sufriendo, con la cercanía de sus amigos y de sus hermanos, con la videollamada diaria de un primo o con la presencia de los voluntarios de la Asociación Española contra el Cáncer», explica Fanny en referencia a la asociación que ofrece apoyo emocional y psicológico a enfermos oncológicos. «Siempre tratamos de llevarlo bien, distraernos, no hablar en casa de asuntos del hospital... Tenemos otros dos hijos. La mayor, que era enfermera en Tortosa, ha tenido que abandonar su trabajo para venir aquí. El pequeño estudia Bachillerato». Todos ellos necesitaban una mano «para salir de la espiral que nos cambió la vida». ¿Y qué piden por Navidad? «Que Álex disfrute de sus amigos. Que vengan a casa todos los que puedan. Ojalá que el Covid nos dé una tregua», dice Fanny. Ojalá.
9 de octubre, sin restricciones Con ocasión del Día de la Comunitat el Consell decidió levantar casi todas las restricciones ante el alto nivel de vacunación y a la evolución de la pandemia que parecía controlada. Se acabaron las limitaciones de aforo, el baile volvió a las pistas aunque todavía se mantiene la obligatoriedad de la mascarilla.
37 casos por cada 100.000 habitantes era la incidencia el 8 de octubre.
Descenso, la menor incidencia El miércoles 13 de octubre y el jueves 14 fueron los días en los que la incidencia acumulada alcanzó sus niveles más bajos en la Comunitat con 31 casos por cada 100.000 habitantes. Desde ese momento este dato comenzó a crecer sin parar hasta llegar a los niveles a los que se encuentra en estos momentos.
48 personas han fallecido esta semana por el coronavirus, la cifra más alta desde marzo cuando los óbitos superaban los 60 en siete días. En esos momentos empezaba a controlarse la tercera ola a través de unas duras restricciones con el toque de queda incluido.
Normalidad, grandes eventos El fin de las restricciones ha permitido grandes eventos. El Festival de les Arts reunió a 40.000 personas.
563 casos por 100.000 habitantes es la incidencia acumulada el pasado viernes.
Pasaporte Covid, hostelería y ocio El 3 de diciembre entró en vigor el pasaporte Covid para entrar en locales de restauración y de ocio. Ahora la Generalitat se plantea implantarlo en todos aquellos lugares donde no se pueda utilizar la mascarilla. Se espera que la nueva normativa entre en vigor antes de las celebraciones navideñas.
Menores, vacunación infantil El pasado miércoles 15 de diciembre la Conselleria de Sanidad empezó a vacunar a los menores de doce años. Lo hará en dos fases. La primera concluirá el día 22. Después de las vacaciones navideñas se completará al resto. Se está realizando en los colegios pese a las críticas de padres y profesores.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.