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Miércoles, 15 de julio 2020
Más de media España ha impuesto ya el uso obligatorio de mascarillas en los espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público, independientemente de que se pueda mantener la distancia de seguridad o no.
El uso de la mascarilla es obligatorio desde este martes en las vías públicas de los núcleos urbanos de Asturias al margen de que se pueda mantener o no la distancia de seguridad de 1,5 metros así como en las zonas rurales en caso de «aglomeraciones» cuya apreciación corresponderá a las fuerzas de seguridad y a los organismos autonómicos y locales.
Esta medida, que afectará a todas las personas de más de seis años de edad, se ha adoptado mediante una resolución aprobada por la Consejería de Salud que amplía la obligatoriedad ya existente del uso de la mascarilla cuando no se pudiera garantizar la distancia mínima de 1,5 metros y contempla sanciones de hasta cien euros.
El Principado ya había regulado al alza el uso de la mascarilla previsto en el Real Decreto aprobado tras levantarse el estado de alarma para que fuese obligatoria en al menos 25 actividades y espacios determinados y busca ahora hacer «extensiva» su utilización de una manera «razonable y sin caer en extremismos», según ha señalado el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño.
Así, dicha normativa ya obligaba a utilizar la mascarilla, por ejemplo, para ir al aseo en los establecimientos de hostelería, en los museos o en los espacios comunes de los hoteles.
Las excepciones serán similares a las que ya se habían establecido, vinculadas a determinadas patologías, y los ciudadanos que puedan acreditar esta circunstancia no tendrán que solicitar un certificado médico sino que bastará con una declaración responsable del afectado.
La resolución recomienda además la utilización de las mascarillas en los espacios privados, tanto abiertos como cerrados, cuando existan reuniones o una posible confluencia de personas no convivientes, aun cuando pueda garantizarse la distancia de seguridad.
La mascarilla es obligatoria desde este miércoles 15 de julio en todos los espacios abiertos y cerrados de Andalucía, con excepción de las unidades familiares, y a quienes no respeten esta medida se les impondrán sanciones que se determinarán mañana martes en el Consejo de Gobierno.
La mascarilla será obligatoria «en toda su intensidad y extensión», es decir, en todos los espacios abiertos y cerrados de la comunidad, independientemente de que se pueda o no mantener la distancia de seguridad de un metro y medio.
El Gobierno andaluz ha aprobado el uso obligatorio de mascarillas bajo multas de 100 euros, lo que incluye los paseos por playas y piscinas, con las excepciones del baño y disfrute en estos lugares, el deporte individual al aire libre y las unidades familiares.
En el caso de la hostelería, no será necesario el uso de mascarilla si se trata de unidades familiares, pero sí cuando no se esté comiendo o bebiendo en reuniones no familiares, ya sea en terraza o interior.
En los medios de transporte continúa su obligatoriedad y en el caso de los vehículos de hasta nueve plazas también lo será si sus ocupantes no conviven en el mismo domicilio.
La mascarilla no será exigible para las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por su uso, ni para quienes estén en situación de discapacidad o dependencia que no les permita quitársela.
El uso de la mascarilla será obligatorio en Navarra a partir de los 12 años desde el viernes 17 de julio, independientemente de que se pueda garantizar la distancia interpersonal de seguridad en la vía pública, espacios al aire libre y espacios de uso público en los que puede haber varias personas.
La detección de varios brotes de casos positivos y el incremento de casos detectados de personas asintomáticas han llevado al Gobierno navarro a reforzar las condiciones de uso de las medidas de protección y específicamente el uso de la mascarilla, según se recoge en una Orden Foral de la consejera de Salud, Santos Indurain, quien ha apuntado que en caso de incumplimiento se baraja una multa de unos 100 euros.
En concreto se establece el uso obligatorio en la vía pública y espacios al aire libre, en espacios cerrados de uso público o que se encuentren abiertos al público y se pueda concurrir con otras personas y en todo tipo de transporte, público o privado, excepto cuando los ocupantes sean convivientes en el mismo domicilio.
Se exceptúa el uso en el momento en el que se consuman alimentos y bebidas, en actividades incompatibles con su uso, mientras se practica deporte si se garantiza la distancia interpersonal y durante el momento del baño en piscinas u otros lugares habilitados para ello, así como en actividades de naturaleza fuera de los núcleos de población si se puede garantizar la distancia, lo mismo que en los centros de trabajo.
En espacios abiertos o cerrados, de carácter privado, se recomienda su uso cuando se celebren reuniones de personas procedentes de diferentes núcleos familiares, aunque se pueda garantizar la distancia de seguridad.
Están exentas de su uso personas que presenten algún tipo de dificultad respiratoria y aquellas que por su situación de dependencia o discapacidad no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla o personas con alternaciones conductuales que hagan inviable su utilización y en situaciones fuerza mayor.
La obligatoriedad, se precisa, se extiende al uso adecuado de la mascarilla, de forma que debe cubrir desde parte del tabique nasal hasta el mentón incluido.
La mascarilla será obligatoria en el País Vasco con independencia de la distancia interpersonal, tanto en la vía pública y al aire libre, como en espacios cerrados de uso público o abiertos al público donde se pueda concurrir en el mismo espacio con otras personas.
En establecimientos y servicios de hostelería y restauración, incluidos bares, txokos y sociedades, únicamente se excluye de la obligatoriedad de la mascarilla en el momento en que se realiza la ingesta de alimentos o bebidas.
En las playas y piscinas «su uso será obligatorio en los paseos y desplazamientos y cuando estemos tumbados en la toalla podremos prescindir de la mascarilla siempre y cuando se garantice le metro y medio de distancia entre las personas, a no ser que sean de la misma unidad convivencia». En ese caso, entre convivientes, «es el único caso en el que no será obligatorio su uso».
El uso de la mascarilla es obligatorio a partir de este miércoles en Cantabria en las calles y espacios al aire libre y en los espacios cerrados abiertos al público o de uso público, independientemente de que se pueda guardar la distancia de seguridad mínima de metro y medio.
La resolución de la Consejería de Sanidad que obliga a usar mascarilla a todas las personas mayores de seis años y que ha entrado en vigor en el momento de su publicación.
Establece también que no se podrá usar mascarilla con válvula exhalatoria, salvo en usos profesionales en los que esté recomendada, y fija una serie de excepciones a la obligatoriedad.
Según ha informado a Efe fuentes del Gobierno de Cantabria, las multas por incumplir estas medidas serán las que establece la normativa estatal, que oscilan entre los 600 y los 60.000 euros.
La mascarilla no será exigible para las personas con algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por su uso; para quienes, por su discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitársela o que presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización, situaciones que se podrán acreditar con una declaración responsable sin que sea necesario un justificante médico.
No será obligatoria en la actividad deportiva individual al aire libre ni en la actividad física al aire libre de los mayores de 65 años siempre que sea en un grupo máximo de tres personas. Tampoco será necesaria en los espacios de la naturaleza que estén fuera de los núcleos urbanos.
Se exime de su utilización en las actividades acuáticas, a la hora de consumir alimentos o bebidas en establecimientos y «en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad cuando, por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias», señala la resolución.
Sí habrá que llevarlas en el acceso a las playas, pero no durante el tránsito y la estancia en ellas salvo que no sea posible mantener la distancia de 1,5 metros.
Además de en el transporte aéreo, marítimo, en autobús o por ferrocarril, es obligatoria en los vehículos de hasta nueve plazas si sus ocupantes no conviven en el mismo domicilio.
Se exceptúa a los pasajeros de buques y embarcaciones cuando se encuentren en su camarote o en cubiertas y espacios exteriores siempre que se garantice la distancia de seguridad.
Además se recomienda su uso en espacios privados cuando existan reuniones o una posible confluencia de personas no convivientes, incluso cuando se pueda mantener la distancia.
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha anunciado que en los próximos días se adoptará una decisión sobre si se amplía la obligatoriedad para llevar la mascarilla en cualquier espacio público, tal y como se ha establecido en comunidades limítrofes. En cualquier caso, ha recordado que su uso ya es obligatorio en la Comunitat Valenciana en espacios como el transporte público o allí donde no se puede respetar la distancia de seguridad mínima.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha descartado este martes que la Comunidad de Madrid vaya a decretar por el momento la obligatoriedad total del uso de la mascarilla, lo que en su opinión «no es necesario» actualmente porque los rebrotes en la región son «aislados» y «pequeños».
En Cataluña, el confinamiento perimetral y la restricción de movimientos en la comarca leridana del Segrià ha derivado en transmisión comunitaria, como la que las autoridades catalanas han detectado en tres populosos barrios fronterizos con Barcelona de L'Hospitalet de Llobregat, que ha obligado a la Generalitat a recomendar a sus habitantes que no salgan de sus casas en dos semanas, salvo para tareas imprescindibles.
Expertos como el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, sostienen que en Cataluña «estamos lejos de la preparación necesaria» para «frenar la velocidad de crecimiento» de la difusión del virus. Es por ello que se decretó el uso obligatorio de mascarillas.
El Gobierno de Canarias comunicó el lunes al Consejo Interterritorial de Salud que también piensa aprobar esa semana medidas que refuercen la obligatoriedad de usar mascarillas.
La Dirección General de Salud Pública de la comunidad autónoma está ya trabajando en una propuesta de medidas adaptadas a la situación de las islas, teniendo presente también los casos que se están produciendo en varios lugares de la península y las decisiones que han tomado al respecto otros gobierno regionales.
La Consejería de Sanidad de Canarias recuerda, al respecto, que el uso de las mascarillas ya es obligatorio en este momento, si bien existen una serie de excepciones que se van a valorar y reconsiderar. A efectos estadísticos, a Canarias le computan tres brotes, correspondientes a las dos pateras llegadas a Fuerteventura desde El Aaiún en junio, en las que hubo una treintena de casos de covid-19 aún activos, y a una tercera patera, en esta caso de Lanzarote, también con cinco contagios detectados.
El 9 de julio, Baleares, a pesar de las críticas del sector empresarial turístico y de que la comunidad está entre las menos castigadas por los rebrotes, impuso el uso de la mascarilla, aunque abrió las puertas a varias excepciones como la playa o las piscinas.
Usar mascarilla es obligatorio desde este lunes en Baleares en espacios abiertos -salvo playas, piscinas y paseos marítimos-, una medida para tratar de reducir los contagios de coronavirus criticada por sus efectos sobre el turismo, pero que la consellera de Salud, Patricia Gómez, defiende: «Los turistas agradecen acudir a un entorno donde saben que se están tomando todo tipo de medidas para su seguridad».
Falta de «disciplina» y de «responsabilidad» de determinados «grupos», estas son las dos principales razones por las que el Ejecutivo riojano ha aprobado este lunes el uso obligatorio de mascarillas faciales, «el sistema más útil para frenar los contagios» por el COVID-19, según explicó la presidenta regional, Concha Andreu.
Respecto al uso obligatorio de las mascarillas se recordó desde el ejecutivo que «complementa las medidas ya habilitadas» y que ha sido una decisión planteada «antes de conocer» los datos del pasado fin de semana: «Vemos que en otras comunidades cercanas hay muchos casos y es una forma de cortar los contagios desde personas asintomáticas». Ya se han impuesto varias multas en La Rioja y cada uno de los infractores recibe una multa de 100 euros.
En Galicia, que el domingo celebró los comicios autonómicos bajo estrictas medidas de seguridad, la mascarilla no es obligatoria en todos los casos. El Diario Oficial de Galicia publicaba que «será obligatorio el uso de mascarillas de acuerdo con lo establecido en el artículo 6 del Real decreto ley 21/2020, de 9 de junio». «A efectos de lo establecido en el número 1 de dicho artículo 6, se entenderá que no es posible garantizar el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal de, por lo menos, 1,5 metros y, por lo tanto, será obligatorio el uso de la mascarilla en los términos previstos en dicho artículo«.
A partir del 10 de julio, en Extremadura se impuso el uso obligatorio de las mascarillas para todas las personas mayores de 6 años, salvo las excepciones que vienen recogidas en la normativa de la nueva normalidad y en la normativa del uso de mascarillas. Entre estas, se encuentran aquellas personas que tengan enfermedad mental y les provoque fobia, problemas respiratorios o hagan deporte y se podrá estar sin ellas sentados a la mesa dentro de restaurantes o en una terraza.
Pero se deberá llevar en la calle, en los espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público, incluso cuando se pueda mantener la distancia de seguridad. También en los paseos por el campo y en los botellones. El control estará a cargo de las Fuerzas de Seguridad del Estado y las multas oscilarán entre los 100 y los 600 euros.
El Gobierno murciano decretó el uso obligatorio a partir de este lunes de la mascarilla en cualquier espacio, abierto o cerrado, exista o no la distancia de seguridad. Se trata de una medida de protección «propia y ajena» para hacer frente a la «expansión contenida» de la enfermedad en la Región durante los últimos días.
En cuanto a la sanción que se impondrá a los que incumplan esta medida, Murcia impone multas de cien euros para quien no haga uso de la mascarilla en la situaciones en las que está recomendado.
Habrá «algunas excepciones» para el uso de la mascarilla como la práctica de deporte, las playas y piscinas, así como el consumo de bebidas o alimentos en bares y restaurantes. No obstante, en las playas y piscinas, «es recomendable la mascarilla cuando se pueda usar».
El uso de la mascarilla también será obligatorio en los centros de trabajo y serán los responsables del mismo los encargados de velar por que se utilice.
Zaragoza y su área de influencia y la ciudad de Huesca retrocedían el lunes a la fase 2 de la desescalada, en una concepción «flexibilizada» que es posible por el uso obligatorio de la mascarilla según el Gobierno de Aragón, por el incremento de casos detectados en estas zonas y una tendencia al alza.
La orden que fija el uso obligatorio de las mascarillas en cualquier circunstancia, en espacios abiertos o cerrados con convivencia pública ha permitido que la desescalada a la fase 2 se pueda adoptar de manera flexibilizada.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunció el lunes que va a pedir al Gobierno central que coordine con las comunidades autónomas la obligatoriedad del uso de la mascarilla ante la actual situación en la que varias comunidades ya habían decretado dicha obligación. «Lo razonable es que las normas sean iguales en todos sitios y esa función de coordinación sea del Estado», dijo Page. La obligatoriedad aún no se ha impuesto en Castilla-La Mancha.
El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, considera «probable» que el Ejecutivo autonómico establezca la obligatoriedad de usar mascarillas en la Comunidad. Castilla y León sí ha suftrido varios brotes y este viernes 17 de julio se decidirá si finalmente se apuesta por obligar a la población a usar siempre mascarilla como ha ocurrido en otras comunidades autónomas.
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