Fachada principal del edificio, que ya luce casi en su totalidad con el acabado final. Irene Marsilla

El nuevo Lluís Vives abrirá sus puertas en febrero tras dos años y medio de obras

El antiguo colegio mayor afronta la recta final de una rehabilitación que se ha complicado por el mal estado de la estructura

Joaquín Batista

Valencia

Jueves, 5 de octubre 2023, 01:06

La rehabilitación del antiguo colegio mayor Lluís Vives se finalizará en enero de 2024, ocho meses más tarde de lo previsto en la última estimación que trasladó la Universitat de València (se habló del pasado abril) y tras dos años y medio de obras. ... Previsiblemente podrá abrir sus puertas al mes siguiente, una vez terminado el traslado de los diferentes servicios que acogerá el emblemático inmueble, una de las joyas del racionalismo arquitectónico de Valencia.

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Proyectado por Javier Göerlich, desde mediados de los años cincuenta hasta 2012, cuando cerró, funcionó como residencia estudiantil, aunque a partir de ahora su uso será diferente, pues el nuevo Espai Lluís Vives centralizará todos los departamentos relacionados con el estudiantado: desde el servicio de orientación hasta el de empleabilidad. También incluirá en la planta baja espacios para eventos y conferencias.

Un paseo por sus inmediaciones permite observar que la obra está avanzada, aunque queda trabajo por hacer. Según fuentes de la institución académica, las últimas demoras tienen su origen en lo que se ha encontrado la UTE Fulton-Barrionuevo, la adjudicataria, una vez iniciada la intervención. «La obra ha sido superior a lo previsto en el proyecto inicial debido al estado estructural, que ha obligado a realizar una actuación mucho más intensa que ha retrasado el resto de trabajos», explican, en referencia a la creación del complejo exoesqueleto que ha permitido garantizar la estabilidad del edificio y que ha incluido el encamisado de los pilares, que ganan volumen, y el refuerzo de forjados, soleras y vigas originales mediante soportes de acero laminado.

Los trabajos actuales se centran en la piel del complejo. En los interiores se ha finalizado la instalación de los paneles de fibra de yeso de las estancias, así como las conducciones de las redes eléctrica y de telecomunicaciones, que van por los falsos techos. En la planta baja la intervención está más avanzada, e incluso se pueden ver los detalles de los artesonados de escayola, reproducciones de los originales, en las naves laterales.

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Por fuera, la rehabilitación del vallado perimetral está prácticamente finalizada, igual que la instalación de los nuevos ventanales, que también son copias pero adaptadas a la normativa sobre aislamiento térmico. Sí va más despacio el acabado de las fachadas. Aunque la principal, la recayente a Blasco Ibáñez, está avanzada y se puede apreciar la nueva pintura (siena claro, como la original), no sucede lo mismo en los laterales y la zona posterior.

Desde la Universitat explican que en enero se recepcionará la obra y que se procederá al traslado. Y sobre su apertura, «se planificará en función de las necesidades de las unidades y servicios y del calendario académico de los estudiantes». Es decir, previsiblemente después de los exámenes, en el mes de febrero.

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