Año 2024. Es el horizonte que se ha marcado la Conselleria de Justicia para volver a abrir la sede histórica del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), cerrada desde el pasado julio tras la mudanza de los trabajadores a una sede provisional para una reforma integral de la Real Casa de la Aduana.
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Transcurridos casi seis meses de ese traslado, y un año desde que quedara desierto el concurso para redactar el proyecto (lo que generó un recurso de los contratistas al decidir la conselleria trasladar el encargo a la empresa pública Tragsa), la consellera Gabriela Bravo ha presentado las características de las obras de reforma pendientes. Una intervención que no comenzará hasta mediados de 2021 al estar pendientes las catas arqueológicas y estructurales en el Palacio de Justicia, que data de 1758 y está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
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La inversión ascenderá a 24,3 millones y, según la titular de Justicia, representa «el proyecto más ambicioso del plan de infraestructuras de la conselleria». ¿El objetivo? Tener «una sede judicial digna», ya que, según ha detallado Bravo, «la sede no podía esperar más para ser restaurada» al tener «grandes deficiencias estructurales», además de problemas en el suministro de agua, electricidad o calefacción. A ello se suma el deterioro por la humedad, ya que las intervenciones que se habían realizado previamente datan de hace 50-60 años.
De hecho, la propia consellera ha reconocido que el inmueble no reunía las condiciones necesarias de salubridad y seguridad («estaba en absoluto abandono»), por lo que la idea inicial de acometer las obras con los trabajadores (medio millar) dentro se descartó y se realizó el traslado a una sede provisional en la calle Historiador Chabás.
Actualmente, se han tramitado ya ante el Ayuntamiento las licencias para realizar las catas, previstas entre marzo y junio, y se continúa con la redacción del proyecto de ejecución. La previsión de la conselleria es licitar las obras en junio del próximo año para que los trabajos puedan comenzar a lo largo de 2021.
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Entre los detalles de la actuación, la consellera ha desvelado que se eliminará la vivienda existente para ganar espacios de trabajo, habrá una biblioteca en la planta baja o se ampliará la zona pública de aparcamiento para bicicletas. También se recuperarán las cubiertas originales del edificio histórico.
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