Urgente Aemet prevé varios días consecutivos con probabilidad de lluvia en la Comunitat

Una embarazada avanza en una camilla por un interminable pasillo de hospital. «Doctores, la paciente tiene múltiples contracciones», grita una auxiliar que asoma la cabeza por la puerta de un despacho. «Bien, llévenla al sitio donde asustan a los fetos», ordena uno de los dos médicos, que sale a la carrera hacia el quirófano.

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Al llegar antes que la paciente, lamentan que aquello está muy vacío y uno ordena traer el L.E.G., el monitor B.P. y el A.V.V.; mientras que el otro tercia: «Y traigan el aparato que hace 'ping'». El primero apoya la idea y reclama los aparatos caros, «por si viene el administrador».

Cada una de las máquinas va entrando con gran artificio, mientras los ginecólogos indican la colocación y, una vez satisfechos con los resultados, miran a un lado y otro hasta que caen en un detalle. «¿Creo que aún falta algo?». Las enfermeras les dan la razón y por fin encuentran a la paciente entre el tumulto.

«Tranquila, que pronto se curará», le espeta uno de los sanitarios a la embarazada, mientras el otro ordena que le pongan suero, inyecciones y lo primero que se le ocurre. A la vez, se abren las puertas y una marabunta de gente ocupa el poco espacio libre que hay en la sala. En primera fila, el marido de la paciente... que es expulsado al identificarse. «Aquí sólo pueden entrar las personas implicadas», le suelta uno de los doctores. El resto de curiosos no paran de parlotear y grabar en vídeo.

Uno de los médicos presume del aparato que hace 'ping' hasta que alguien avisa de que viene el administrador. «¡Conectadlo todo!», grita un doctor. Todos se revuelven y alborotan, pero el gestor sonríe, pregunta estupideces e identifica lo que más adora: el aparato que hace 'ping'. «Verán, lo alquilamos a la compañía a la que se lo vendimos y así entra en el presupuesto global mensual y no en el capital patrimonial», clama antes de ser aplaudido por los asistentes.

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El parto llega y los doctores ordenan subir el volumen del aparato que hace 'ping' y terminan por levantar al niño y arrojarlo a una incubadora con desinterés. Todos se van, y al último la madre le pregunta desde la camilla «¿Es niño o niña?». «¡Creo que aún es temprano para imponerle un papel en la vida, ¿no le parece?», zanja el doctor al salir.

Así empezaban los Monty Python 'El sentido de la vida' (The Meaning of Life, 1983) y a veces da la sensación de que hay un aparato que hace 'ping' que centra todo el interés... por encima de la realmente interesante. Aquí mismo, la Ford amenaza con un recorte histórico, los alquileres están desbocados, los turistas británicos dan un paso atrás, el paro crece y la inversión baja... pero aquí todos a mirar «el aparato que hace 'ping'» ya sea neandertal, antipatriarcal o con armas para todos. Y así nos va.

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