Hoy finaliza la cumbre de la OTAN con los jefes de Estado y Gobierno, tras dar el pistoletazo de salida hace un par de días con la foto de familia de los líderes mundiales en la que había 27 hombres y 4 mujeres. Esto de ... la cumbre de la OTAN sin duda debe tener su importancia, pero cabría cuidar un poco más las formas del personal. Primer 'zaska' para todo ese movimiento de la paridad, la igualdad y bla, bla, bla. Y tampoco hemos visto a ninguna de ellas, de ellos, ni de elles, salir a la palestra para denunciar pertinentemente «el patriarcado».
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Uno entiende que en este tipo de cumbres se van a tratar asuntos de seguridad mundial, relacionados sobre todo con la invasión rusa al pueblo ucraniano. Si hay alguien que a día de hoy no dé la sensación de tener mucho riego y sentido común, ése es Putin, poniendo en jaque al resto del planeta. El tema es serio. Pero eso de tener una agenda paralela con las parejas (de ellos, claro) con visitas guiadas y de compras no precisamente por mercadillos, canta un poco. En este sentido, me encantó ese repasito de Nuria Romeral en su 'Andando y viendo' de hace un par de días en estas mismas páginas.
Es como si el gran circo mundial hubiera aterrizado en Madrid, con el fantástico avión a prueba de bombas nucleares o la gran participación de 'la Bestia': el único coche blindado preparado con bolsas de sangre para una transfusión de emergencia. Estos americanos es lo que tiene, que son 'tope gama' de peliculeros. Mientras tanto y en los días previos nos machacan por tierra, mar y aire con la agenda paralela de ellas, sus modelitos, sus poses, charlas o invitadas especiales como las nietas de Biden. A ver, que si tu abuelo te lleva en Air Force One tiene que ser lo más.
Pero fuera del contexto de la OTAN y de toda esta gente que lo usa y disfruta, están en primer lugar los madrileños hasta el moñete de aguantar la logística de seguridad. Y en segundo lugar el resto de los mortales que vemos comidas y cenas opíparas a todo tren, con los invitados en alojamientos en hoteles de a 3.000€ la noche, mientras descubrimos una cesta de la compra más cara, con menos cosas y el combustible, la luz y el gas intocables.
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Sin mencionar a los pobres ucranianos, que siguen luchando contra Rusia sin poder evitar que se les quede su país como un colador, mientras se dirimen acuerdos para afrontar la grave crisis mundial. Paralelamente a nadie se le cae la cara de vergüenza por estos dispendios, ni Sánchez deja de hacer el ridículo, en este caso con la bandera de España del revés.
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