Es lo que somos nosotros y lo que son ellos. El Valencia, bronco y copero, y el Betis, el equipo simpático y de Sevilla. El Valencia de José Luis Gayà, Carlos Soler, Guedes y el Betis de Joaquín, el guasón, el que cae simpático a ... todo el mundo, el que va a programas de televisión a hacer reír y dar buenas cifras de audiencia.
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Hay muchas cosas que contar de aquí a la final de Copa del Rey del próximo día 23 de abril en Sevilla. Lo primero, y hablo en nombre de miles de valencianistas, creo que la ciudad donde se juega la final debería decidirse en cuanto se saben los equipos finalistas. No debería jugarse en casa de alguno de los equipos que la disputan. Los preparativos y gastos del viaje, y ya veremos el reparto de entradas, no son los mismos para una afición que para otra. No puede un finalista 'jugar en casa'. Y que conste que Sevilla es 'tierra santa' para el valencianismo y que siempre apetece volver, pero las cosas como son.
Tampoco es lo mismo jugar la final en un campo de fútbol que en un estadio olímpico en el que el fútbol pierde su esencia. Los que estuvimos en aquella final el 26 de junio de 1999 sabemos de lo que hablamos. Un estadio en el que hay una pista de atletismo que separa al jugador de su afición es el anti fútbol. Y si había que darle uso pues haber pensado en llevar unos campeonatos de atletismo o conciertos. La pasión de la grada con ese anillo de por medio no se siente.
Desde ya y hasta el día de la final vamos a tener que acostumbrarnos a ir a remolque como casi siempre que jugamos una final. 'Mucho Betis', 'El Betis, el favorito de España' o 'Esta es la final del Betis', es lo que vamos a leer, ver y escuchar en los medios nacionales. Es más, estoy segura de que si ganamos, que ganaremos, seguiremos escuchando que hicimos pocos méritos, que el Betis mereció más o lástima que el Betis no pueda ofrecer el título a la Macarena o la Esperanza de Triana. Y de Joaquín ya ni os cuento. «Lástima que Joaquín no pueda despedirse con una copa bajo el brazo» o «Joaquín merecía retirarse ganando la Copa con el Betis», tantas lamentaciones que por más que ya las conozcamos no dejan indiferente a los que no somos del Betis ni de ningún otro equipo, somos del Valencia.
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Y esto no será por culpa del Betis al que desde aquí muestro mi respeto, a su afición y a Joaquín que formó parte de nuestro club y es muy querido por el valencianismo.
El día siguiente de saber que el Betis sería nuestro rival los medios nacionales lo tenían claro, iba a ser la Copa del Betis o la del Rayo Vallecano si se hubiese clasificado, daba igual. Incluso algunos despertaban a sus oyentes poniendo el himno bético. Muchos me diréis que no los oiga y que sólo escuche los de aquí, también lo hago, pero quería comprobar si algo había cambiado y me di cuenta que todo sigue igual. Sólo nosotros celebramos nuestras victorias, benditas victorias y sólo esta afición las hace inolvidables, ¡bendita afición!
Empezamos la final con ventaja y es que somos conscientes de que sólo somos favoritos para nosotros y alguno más, el CD Utrillas y el Sevilla, aunque sólo sea por esta vez, y esa presión la tiene que soportar el rival.
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El valencianismo lo que quiere es ver a Gayà levantar la Copa, como lo hizo Mendieta y como lo hizo Parejo. Nuestro capitán, menos mediático y gracioso que el del Betis, es valencianista de corazón y representa nuestros valores mejor que nadie.
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