Carne de cañón

Me fascina ver como los medios informativos, todos, en mayor o menor medida -yo mismo ahora- estamos canonizando, elevando a los altares de la moda, a un político inexperto llamado Íñigo Errejón. No es la primera vez. Lo hemos hecho con todos los insensatos -quiero decir candidatos- que una vez, en medio de dificultades, se liaron la manta a la cabeza y dijeron «allá voy» con tanta vocación como valentía.

Periodistas como somos, esclavos de la novedad, todos dijimos alguna vez que aquel Garrigues Walker, Antonio, hijo del don Antonio amigo de los Kennedy, tenía posibilidades. Porque era mejor incluso que su hermano Joaquín, ministro y casado con una hija del señor Areliza. Pero luego, claro, en aquel 1982 de la UCD destrozada, con el Felipe González del cambio, resultó que el Partido Demócrata Liberal que puso en órbita con Miquel Roca Junyent, otro hombre de gran calidad, salió rana.

El propio Adolfo Suárez, padre de la Transición, tuvo un intento fascinante ese mismo año, cuando fundó un atractivo CDS que no se comió un colín por muy buenos, serenos y centristas que fueron sus promotores. Pero prensa, radio y televisión, todos, estuvimos con él, fascinados por la novedad que llegaba a un mercado electoral donde concurrió también Francisco Fernández Ordoñez, con Acción Democrática, un partido eslabón que le llevó desde la UCD al PSOE, donde fue, vaya, ministro de Asuntos Exteriores.

¡Qué atractivo, señor, el Felipe de aquellos buenos tiempos! Con qué gracia insuperable compró de saldo el PSP de Tierno Galván, incluidas sus deudas... La prensa enamorada aupó a don Enrique, tan sabio, y a su formación. Más, y más justamente, que lo que luego ha hecho con Podemos. Pero el PSOE no marxista le hizo una OPA, gracias a la cual tuvimos en la política valenciana a muy buena gente, salvo a Julio Tormo, que no se decidió.

¿Qué decir de la UPyD de Rosa Díez? Centrarse en lo nuevo, potenciar lo desconocido, aupar al débil, aprovechar la novedad... y darle finalmente la puntilla. Ciudadanos nació y creció gracias a los medios, como una formación presentada como promesa pese a su nula experiencia; pero sorprende ahora la habilidad de su creador, que no cae en las trampas mediáticas tendidas con el fin de darle pronto el pasaporte. Quizá en estas elecciones esté la última oportunidad para el descabello. Aunque ahora, se ve venir, la víctima segura va a ser Vox, un partido aupado artificialmente desde la nada que no está dando rendimiento noticioso.

La misión del periodista es remover la colmena para que haya picaduras que contar. Cuando el movimiento 15-M nació, fueron los medios los que sintetizaron en laboratorio a Podemos, del que seguimos viviendo en buena medida. Sabemos todos que el PSOE de ahora, menos hambriento, come despacio; pero esa tierna pechuga de Errejón, elevada a la fama desde la nada, está claro que va a ser su primer plato.