Cinco palabras

DESDE EL MIRADOR ·
«Se puede engañar a muchos durante un tiempo y a algunos durante todo el tiempo. Pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo»

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 23:46 | Actualizado 23:55h.

Este Mundial de fútbol me está sirviendo para algunas cosas más que ver partidos sin parar por la tele. Me detengo en la palabra 'tele' ... y 'fútbol' para centrar mi rincón de letras y palabras de esta semana en LAS PROVINCIAS. Como saben, este Mundial se puede ver de dos maneras; pagando todos los partidos del Mundial (64) en una plataforma privada por una cantidad fija -en mi opinión bastante razonable- o ver los partidos que la televisión pública ofrece sin pagar nada porque es una inversión que parte de nuestros impuestos; todos los partidos de España y unos cuantos más. Y, entre esos cuantos más, estuvo el otro día el Portugal-Ghana del que les hablaré enseguida; partido en abierto sin especial interés para los españoles porque no jugaba nuestra selección.

Bien. Añadan ahora a las palabras 'fútbol' y 'tele' una tercera; 'audiencia'. Quitando el partido inaugural -que por ser inaugural rompió los audímetros con un Ecuador Vs Qatar- me parecía muy interesante comprobar qué interés genera el fútbol cuando no hay que pagarlo. Cuando solo tienes que encender el televisor para verlo. Y aquí aparece el Portugal-Ghana, encuentro de fase de grupos que, obviamente, no tiene mucho interés en el espectador medio español. ¿Saben cuántos espectadores tuvo ese partido? Se lo digo yo: 1.8 millones de espectadores con una cuota de pantalla del 20%. ¿Mucho o poco? Tranquilos; enseguida tendrán respuesta a esa pregunta.

Sigamos incluyendo palabras; ahora 'Champions'. La mayor competición del mundo de clubes y que, como ustedes bien saben, es de pago y en exclusiva para una plataforma privada; si no lo pagas no lo ves. Recordarán que, la pasada temporada, el sorteo de octavos emparejó al Real Madrid -el club con más seguidores y medios de España- con el PSG; el club de Messi y Mbappe tras renunciar el francés al club blanco el verano anterior. Era la mejor eliminatoria de octavos de largo, la más atractiva, la más morbosa y la más mediática. Lo tenía todo para ser la emisión más explosiva de la temporada. Bien, pues resulta que esa eliminatoria, que solo se podía ver en las plataformas de pago, reunió -según datos oficiales- a 1,5 millones de espectadores frente al televisor.

Han convertido el fútbol en un artículo de lujo. El Mundial destapa las mentiras de la Superliga

Resumo lo leído hasta ahora; un partido sin especial atención en España tuvo 1,8 millones mientras la eliminatoria estrella para España de la UCL tuvo 1,5 millones. El Portugal-Ghana en abierto tuvo más espectadores que el PSG-Real Madrid para abonados.

Pero, entonces, ¿dónde queda eso de que el fútbol ya no interesa? ¿Qué son necesarios nuevos formatos con partidazos cada semana? ¿Que la Superliga es necesaria para salvar el fútbol? Si ha resultado que el problema no era el fútbol sino la salvajada que cuesta el fútbol para el común de los mortales. Cuando nos ofrecen un partido en abierto de cierto interés -aunque sea un interés medio-bajo- nos sentamos delante de la tele a consumir masivamente. Y, entonces ¿no era necesaria la Superliga para salvar el fútbol? Mentira. ¿No había desinterés por el fútbol? Mentira. Lo que no hay es dinero para que el pobre aficionado pueda consumir su deporte favorito. Y tiene que renunciar contra su voluntad porque, en este país, no sobra precisamente dinero en cada casa. Esa es la única realidad. Han convertido el deporte del pueblo en un artículo de lujo que ahora, algunos egoístas millonarios, quieren llevar a un escaparate de supermillonarios mientras el resto se mueren de hambre. No más mentiras, por favor. El Mundial ha destapado las mentiras de la Superliga. Las 'Supermentiras'. La quinta palabra.