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Urgente Aemet prevé varios días consecutivos con probabilidad de lluvia en la Comunitat

Todo fue delirio y sugestión, el efecto de otro fastuoso decorado como aquellos de Cinecittà capaces de deslumbrarnos con la entrada de Cleopatra en Roma dos milenios después de muerta. Puro ilusionismo. Del mismo modo aturdió nuestros sentidos el hechizo de la Copa América y creímos que la Malvarrosa era California; o el de la Fórmula 1, travistiéndola como un barrio más de Montecarlo. Cegados por tanto glamur artero, olvidamos de súbito al viejo Elías con su megáfono, el predicador que aquel agitado otoño de 1991 arengara a cientos de vecinos antes de zambullirse cacerola en mano, todos juntos al fin sin miedo, en la hedienta tripa de las Casitas Rosa al grito de «aquí se vende droga». Extraviado en la entelequia se nos había quedado ya el recuerdo de esa fatal tarde de octubre en que todo el mundo enloqueció, cuando la desesperación humana paró los relojes, una mal calculada carga policial dio mártires a la revolución, los contenedores mutaron en barricadas o gente por lo común sensata almacenaba de día las tuercas que convertiría en proyectiles al caer la noche, embriagada por la ira como la luna transforma al hombre en lobo. Lo llaman las cuatro esquinas, pero ese rincón en la médula de mi barrio marinero es más que un cruce de calles. Atemperados por fin los ánimos, igual de firmes las convicciones, durante meses no hubo atardecer que no los hallara allí reunidos. Amas de casa, profesores, comerciantes. Incluso un poeta. Hombres y mujeres de toda condición dispuestos a que sus niños no maduraran entre papelinas y jeringas. Ellos extrajeron de sus nidos la porquería, pero nadie pasaría a retirarla. Quedó oculta bajo la alfombra de nuestra California de cartón piedra para aflorar en cuanto la crisis fundió los focos y hubo que recoger el atrezzo. Los vecinos de la Malvarrosa regresan esta tarde a sus cuatro esquinas, como hace treinta años. La marginalidad ha vuelto a por lo suyo. Ellos también.

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lasprovincias Las cuatro esquinas