La educación no es un juego
ROSEBUD ·
Si tu dejación fabrica un descerebrado, no culpes de ello a Nathan DrakeSecciones
Servicios
Destacamos
ROSEBUD ·
Si tu dejación fabrica un descerebrado, no culpes de ello a Nathan DrakeCuentan de la primera medallista española en Tokio, la taekwondista Adriana Cerezo, que se aficionó a dar patadas gracias a las pelis de Bruce Lee y Jackie Chan que le ponía su abuelo. Si la teoría de la influencia externa es buena, nunca lamentaré lo ... suficiente que en mis sobremesas infantiles Esteso y Pajares ganaran el pulso a Johnny Weissmüller. Me pregunto qué habría sido de mí con sólo un poquito más de 'Carros de fuego', pues probado queda que de 'Starsky y Hutch' o 'Falcon Crest' nada cabía esperar. Concluiré, por tanto, que entre la familia y el VHS arruinaron mi futuro como deportista de élite. Al final resultará que perdimos el control de la educación el día en que cedimos el mando a distancia, y la cosa se complicó cuando en las manos de cada niño cayó un móvil que es a la vez televisor, ventana al mundo y confidente. Como coartada no está mal: la responsabilidad de todo lo que nos pasa es del progreso. Lo repetimos hasta creerlo, y una vez amordazada la conciencia con la resignación de la derrota ya podemos dormir a pierna suelta. Es recurrente la criminalización de la tecnología, en especial de los videojuegos, cada vez que la vida escupe una barbarie. Ha ocurrido en diversos círculos con el asesinato de Samuel y ya pasó hace dos años en Estados Unidos cuando Trump acusó a ordenadores y consolas de sendas matanzas en vez de apuntar a la venta de armas. Qué malos son estos jóvenes programadores..., como si las viejas pistolas de Errol Flynn dispararan confeti contra los sioux. No erremos el tiro. Parece obvio que antes era más fácil controlar la educación filial; el aburrimiento ante la falta de alternativas de ocio ahorraba parte del trabajo a nuestros ancestros, liberados de las interferencias -otras tendrían- que hoy acarrea la diversidad de canales por los que los hijos perciben la información y la intoxicación que esculpen su personalidad. Sin embargo, nada de ello sirve como excusa para acomodarnos y pretender que otro cargue con el mochuelo. Ser padres, buenos padres quiero decir, implica adaptarse a los tiempos. Si aún quedan tronos, en el que nos correspondería se sienta ahora un 'streamer' o un fontanero saltarín de espeso bigote y mono azul, pero ni a ellos ni a la pérdida de ascendiente podremos atribuir las consecuencias de nuestra rendición. Ojalá hubiéramos jugado de niños a algo mejor que el Manic Miner. Lo siento amigo, toca remangarse, y si no, debiste pensarlo antes. Educar es moldear y moldearse día a día. Ha aumentado la exigencia. El problema es que si tu dejación fabrica un descerebrado lo acabaremos sufriendo todos. Cuando luego te veas señalado no culpes a Nathan Drake, como tus padres no se esconderían tras el látigo de Indiana Jones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.