Entre bambalinas lo llaman el contrato del siglo. A menos de un año de las elecciones municipales en el Ayuntamiento de Valencia, el actual gobierno ... que lidera Compromís tendrá que decidir qué empresas se reparten los más de 1.325 millones de euros que pone sobre la mesa el nuevo servicio de recogida de basuras. Un contrato repartido en cuatro lotes para los próximos 15 años. Hay mucho dinero y mucho futuro en juego, y se percibe cierta impaciencia ante la escasez de noticias sobre un concurso sobre el que están todos los ojos puestos. Una decisión final que liderará el concejal del ramo, Sergi Campillo (Compromís), sobre el que están todas las miradas porque el proceso transita lento y con baches. Nunca hubo tanto en juego en una mesa de contratación y los que se han sentado a la puja son aspirantes de peso. Es el gran concurso y en año electoral, por lo que todos los alicientes están servidos.
De momento, la Sociedad Agricultores de la Vega (SAV), que presta actualmente en una de las zonas de la ciudad, se ha quedado fuera por no presentar la documentación en plazo. Un error por el que seguro que se han depurado responsabilidades de puertas hacia dentro.
Hay nervios, muchos nervios por la resolución de un contrato que es un salvavidas para muchos en estos malos tiempos que corren o, al menos, que se avecinan. En los corrillos apuntan que la valoración del informe técnico ya está lista, aunque no cuelga todavía de la plataforma de contratación.
El grupo de los supermercados Lidl, a través de Cespa, opta a los tres lotes al igual que FCC y Fovasa | El Grupo Gimeno, que concurre a tres partes, y Tetma, que opta a una, son las firmas locales
El último documento que cuelga de la plataforma es del 12 de mayo, y es el de la levantamiento de la suspensión del proceso por parte del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, que desestimó el recurso presentado por la Sociedad de Agricultores de la Vega de Valencia. A partir de ese momento, la rueda de los 1.300 millones de euros volvió a girar. El proceso, que se inició a finales de diciembre de 2021, se paralizó durante un mes y medio en marzo de 2022 a la espera de que se resolviera la protesta presentada por SAV.
Una vez descartados los chicos de naranja, se han admitido las ofertas de cinco empresas licitadoras: FCC Medio Ambiente, Fomento Valencia Medioambiente, la UTE que forma Cespa y Urbaser, la unión de Valoriza y Tetma, y Compañía Especial de Empleo e Integración.
Las tres primeras empresas se van a jugar los dos lotes más importantes, que es la limpieza de la zona norte y la zona sur de la ciudad de Valencia. Al tercero, que cubrirá el servicio de Quatre Carreres, los poblados marítimos y las zona de las playas del norte del puerto se han presentado las mismas tres más la unión de Valoriza y Tecma. El cuarto lote está destinado a empresas de inserción, como la Compañía Especial de Empleo e Integración, que cubrirá la limpieza de pintadas y retirada de carteles. Este cuarto lote tiene destinatario, porque es la única propuesta.
Pero aquí el meollo del concurso está en los tres primeros lotes, que es de verdad donde se van a jugar los cuartos, donde habrá vencedores y vencidos, y donde se definirán a los pesos fuertes de la ciudad.
¿Y en manos de quién está cada empresa? El empresario mexicano Carlos Slim tiene el 81% de las acciones de la empresa y Bill Gates, con el 5,7% y Esther Koplowitz, con el 4,5%, son los otros dos accionistas de referencia en una firma que ahora mismo controla la zona norte del servicio de limpieza de la ciudad. El capital americano al servicio de la recogida de basura.
La unión entre Cespa y Urbaser es la suma de los intereses alemanes y americanos. La primera ha sido vendida por Ferrovial -de los Del Pino- al Grupo Schwarz, que es la propietaria de Lidl. El supermercado entró en el negocio de las basuras. Y lo hacen con Urbaser, una empresa de origen español pero que ahora está bajo la propiedad de Platinum Equity, con sede en Beverly Hills. Estos dos monstruos de grupos empresariales optan a morder por primera vez en el contrato del Ayuntamiento de Valencia.
La tercera empresa en liza es Fomento Valencia Medioambiente (Fovasa), que es la división medioambiental del Grupo Gimeno, un conglomerado empresarial castellonense. De las tres ofertas, Grupo Gimeno es la única que cuenta con capital valenciano en las aspiraciones a los lotes sur y norte.
Un capital de la tierra que es el que aporta Tetma, a la unión con Valoriza, que es del grupo madrileño Sacyr, y que opta junto a las tres empresas anteriores al tercero de los lotes del servicio de limpieza de la ciudad de Valencia.
Los próximos meses se prometen interesantes para ver cómo se resuelve un concurso en el que se puede quedar fuera el capital valenciano para que los más de 1.300 millones que hay en juego partan a otros lugares del mundo. La calma es chicha, que es el peor de los estados, y los ojos están puestos en el departamento de Campillo a la espera de se que se mueva ficha en la plataforma de contratación.
La división por lotes en la ciudad de Valencia es la misma que se hizo en 2005, cuando se adjudicó el global por 900 millones de euros. El nuevo contrato representa un aumento de 19 euros por habitante, porque pasa de los 93 euros actuales a 112. El primer año el pago es de 80 millones, de los que 42 son para limpieza viaria y 38 para la recogida de residuos. El presupuesto irá aumentando de forma paulatina. El contrato del siglo entra en su recta final y nadie se quiere quedar fuera del reparto del pastel.
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