El gobierno de la oposición

Desde que el mundo es mundo, todo aquel que se embarca en inciertas aventuras procura cubrirse la espalda por si vienen mal dadas. Tarzán sólo necesita un alarido para invocar a Tantor y Pinocho un silbido con Pepito Grillo; Terence Hill tiene a mano a ... Bud Spencer y hasta en situaciones de crisis la madrastra de Blancanieves se deja engañar por el espejo mágico, que viene a ser como el CIS de Tezanos pasado por el filtro de la señorita Pepis. Tú eres la más guapa. Mira que habría preferido yo inspirarme en Platón, Maquiavelo o Locke, pero esto es lo pertinente ante la inmadurez de ciertas maniobras defensivas próximas a la caricatura. Nuestras izquierdas, churras y merinas en tantas cosas, coinciden al menos en su salida de emergencia. Si el asunto se pone tibio pronuncian un conjuro de eficacia probada, como los productos de Cruz Verde. Incluyen en la misma frase los términos 'corrupción' o 'PP', además de '2015', el año de la liberación, y abracadabra, al son de los platillos la responsabilidad se desvanece entre humo. Argumentar como si fueras oposición cuando llevas seis años, cuatro meses y catorce días en el poder tiene mérito, pero ahí estamos, oyendo a Ribó justificar la degradación de su Cabanyal fetiche por la herencia popular. Y tras el pastor, los feligreses: Grezzi con la flota de autobuses, Cano con la plantilla de policías, Valía con el alcantarillado y Compromís en bloque con los procesamientos de Taula, que no significan la imputación de medio centenar de personas, sino una condena al PP del pasado, del presente y hasta del futuro. Sólo faltaba Sandra Gómez, quien en su lamento por la Malvarrosa desliza, inocente ella, que son ya varias las décadas de tráfico de drogas. Pues sí, Sandra, no me lo has de contar, que yo estuve allí hace treinta años. Y si en efecto son varias décadas, habéis tenido más de la mitad de la última para arreglarlo. En términos políticos, como os gusta hablar, aquel es un problema de Ródenas, Barberá y Ribó. De Lerma, a quien los vecinos sitiaron en el Ateneo Marítimo, y de todos sus sucesores hasta Puig. Incluso de Felipe González, ya que si el conflicto saltó a la prensa nacional en 1991 fue porque su delegado, Francisco Granados, envió una carga policial, incurriendo en el error de dar mártires a la revolución. Apuntémoslo pues a él por acción y también a los que vinieron luego por omisión. Pero lo único importante ahora es que desde 2015 mandáis vosotros y la cosa sólo ha ido a peor, así que, hecha ya la dichosa lista y obviando a vuestro favor que en medio hubo una Copa América y la Malvarrosa pareció California, ¿qué tal si giramos de una vez la mirada al frente, leemos la chapa que cuelga de nuestros despachos y empezamos a hacer algo por Valencia?