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Hacer invisible todo lo español

La resolución del Botánico para sacar a los militares de Capitanía obedece a una vieja obsesión de los nacionalistas

EDITORIAL

Martes, 15 de mayo 2018

Los tres partidos que firmaron el Pacto del Botánico -Compromís, PSPV y Podemos- han unido sus fuerzas para sacar adelante en Les Corts una iniciativa destinada a desalojar a los militares del antiguo convento de Santo Domingo, conocido popularmente como Capitanía General, de tal forma que el conjunto arquitectónico pase a depender de la Generalitat en lugar de estar adscrito al Ministerio de Defensa. La propuesta -presentada por los nacionalistas y secundada por socialistas y podemistas- se intenta fundamentar con argumentos que hacen referencia a la defensa del patrimonio histórico, que supuestamente estaría amenazado por la dependencia del inmueble de las Fuerzas Armadas, así como a la futura accesibilidad de los ciudadanos a todo el recinto, aunque en la actualidad quien quiere puede visitarlo previa solicitud o en las jornadas de puertas abiertas. También se aducen motivos históricos, al haber albergado el viejo convento sesiones de las Cortes forales. No hay, sin embargo, más explicación auténtica para esta nueva ofensiva identitaria que la de cumplir una vieja obsesión del nacionalismo, que ya lo había intentado sin éxito en varias ocasiones.

La Generalitat no necesita más espacio, de hecho se ha desprendido en los últimos años de edificios públicos. Y una mayor disponibilidad del complejo para las visitas de valencianos y turistas es perfectamente posible compatibilizarla con su actual uso militar. Pero lo que se esconde detrás de la propuesta aprobada en la Cámara es un nuevo intento de hacer invisible todo lo español, de ocultar la bandera, de sacar al Ejército de unas dependencias que ocupa desde hace casi dos siglos. Las Fuerzas Armadas, como garantes de la unidad de España y del orden constitucional, son un símbolo de estabilidad que está alejado de colores políticos, de ideologías, de intereses partidistas. Proponer su desalojo del convento de Santo Domingo es un paso más en la hoja de ruta del nacionalismo para crecer y «construir país» a costa de hacer desaparecer cualquier vestigio de España. Un cometido para el que ayer contó con la increíble colaboración de socialistas y podemistas, incluso con la insólita abstención de Ciudadanos.

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