Matrix

Ahí están con su CNI, sus movidas de espionaje dignas de cualquier historieta de Mortadelo y Filemón, asuntos que además de destapar las vergüenzas de un país no suponen mejora alguna para el día a día del ciudadano. Tampoco hay que irse a asuntos nacionales como el de Pegasus porque el paralelismo se palpa en las calles de cada barrio. Sin ir más lejos, el sábado el Ayuntamiento de Valencia organizó un 'sarao' en la Plaza de Brujas, junto al Mercado Central con un concierto y raciones de paella. En esta ocasión era con motivo de la colocación de las minipalmeras colocadas entre las horrorosas pérgolas metálicas que rompen la visual de Mercado y los Santos Juanes. El Ayuntamiento, encantado y los comerciantes del Mercado cabreados como monas, por lo menos con los que hablé, por dificultar, un poco más si cabe, el acceso de la gente al día más importante de compras en el Mercado Central.

Hay más casos, como el establecimiento que quiere poner en marchan una terraza o el hotel que quiere abrir su negocio, que ven con impotencia la imposibilidad de poner en funcionamiento sus proyectos y por consiguiente crear puestos de trabajo, por la incompetencia del Ayuntamiento a la hora de dar las licencias. Hay hoteles que han tardado más de tres años en conseguir una licencia de apertura y segúnMaría José Catalá hay un atasco de más de 7.000 expedientes para conseguir una licencia de obras en la ciudad.

En la otra vida, la política, solo verán fotos en plazas nuevas con conciertos, palmeras y arroz. Queda mucho menos de lo que se imagina, el modo 'elecciones' ya está activado, bien lo saben nuestros mandatarios, a costa de tener media ciudad levantada a punto de ser fotografiada e inaugurada. Prepárense para lo que se nos avecina y para observar la mejor versión de vida que nos van a ofrecer, mientras en otra (vida) paralela, la suya, se las verá y se las deseará para llegar a fin de mes. No se equivoque, pero al final cada uno la lleva según el relato que se traga.