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Hubo un tiempo en que la tarde del domingo orbitaba indefectiblemente alrededor del transistor. Los estados de ánimo pendían de un gol en Las Gaunas o un penalti en El Plantío y las ondas hercianas nos rociaban de tópicos. Aprendimos así que el público era el respetable y los árbitros trencillas, que si venían mal dadas llovían almohadillas o que de tanto ir a la fuente los cántaros se rompían, pero entre el potingue de inocuos latiguillos se infiltraban mensajes que alimentaban a la bestia. Cuando un equipo poderoso a domicilio flaqueaba en su estadio, aquellos predicadores de voz modulada nos lo comparaban con el buen marido, que se dejaba en casa lo que ganaba fuera. Ante un mal arranque de temporada se recordaba el caso de los gitanos, alérgicos a los hijos con buenos principios. Y cada quince minutos, ronda informativa patrocinada por un brandi que, subrayaba pegadiza la sintonía, era cosa de hombres. Gracias a ello toda una generación asimiló entre gol y gol que la mujer tenía en el hogar su hábitat, los payos gozaban de superioridad moral o si sorprendíamos a mamá con una copita de coñac es que había sucumbido al alcoholismo. La publicidad aderezaba el guiso. Los sabios consejos de Manuel Luque, precursor del cuñado de hoy con su «busque, compare y si encuentra algo mejor cómprelo», bien podían dar paso a una mujer agradecida al suavizante que permitía a su esposo dormir a pierna suelta tras la dura jornada laboral o al negrito del África tropical felizmente entregado a las tareas del campo. Y mientras, Esteso arrasaba en las listas de éxitos relatando las bondades de un 'zurriagazo' a tiempo. No hay mejor ejercicio para evaluar cómo estamos que ver de dónde venimos, aguzar la memoria y escarbar en la infamia de los recuerdos. Nos queda mucho camino por recorrer, pero es también mucho el que hemos andado. Y cuando veo la reacción de mis hijos al contarles de dónde partimos, su repulsa ante expresiones a las que nosotros terminamos habituándonos como la mirada a la oscuridad, siento que ellos rematarán la faena.
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