Puig y Ayuso, hermanos salpicados

Los hechos. Francis Puig es el hermano de Ximo Puig hasta que alguien diga lo contrario. El empresario de los medios de comunicación disfruta de cierta calma -tensa, eso sí- mientras la Guardia Civil prepara un informe que será determinante en el devenir de ... las diligencias. La estrategia de los socios de Puig en el cartel de las productoras, los Adell Bover, al parecer, descarta combatir las supuestas irregularidades. La defensa se enfoca a que la cuantía defraudada no supera los 120.000 euros anuales. Traducido, que aquí pudo haber irregularidades, cierta corrupción de baja intensidad, pero nunca un delito. En la cruzada por ese objetivo común no importa sostener que valenciano y catalán son dos idiomas diferentes con tal de disminuir el montante global del fraude. Qué suerte para el entramado de las productoras ser políglotas y poder recibir subvenciones de ambos lados. El hermano de Ayuso y su intermediación en la compra de mascarillas para la Comunidad de Madrid abrió un debate acerca de si los familiares de presidentes, consellers o altos cargos pueden facturar a la Generalitat o quizá deberían abstenerse. No lo veo justo. Suficientemente complicado es ya ser presidente o conseller -lo digo absolutamente en serio- para lastrar la vida laboral de los más cercanos. Menos todavía si se han dedicado con anterioridad a estos menesteres. También la demagogia se asienta con fuerza en estos terrenos. Si queremos que los más preparados ocupen responsabilidades en la Administración, un gobierno de los mejores, no se puede ni pagar mal en comparación con el sector privado ni cercenar la actividad de las familias. ¿Y cuál debe ser el límite para esa siempre conflictiva relación? El de siempre: cumplir la Ley. Y en eso, en el arte del incumplimiento, los Puig ganan a los Ayuso. El hermano del valenciano ya ha sido multado por pactar precios en un concurso de À Punt. El asunto, planteado en frío, es de una gravedad tremenda, un familiar directo del presidente haciendo trampas para recibir subvenciones. Y eso ya con independencia de que exista o no delito. La prolija investigación judicial y los problemas judiciales en la Conselleria de Igualdad por la gestión del caso de los abusos del exmarido de Oltra han dado un respiro a Puig. A Francis y a Ximo. Existe una entente cordiale de no hacer fuego con la leña del Botànic.