Qué dúo: el suegro y Pérez Garijo

Pasado y presente. Alguna vez lo hemos comentado ya: no quedan héroes. Y en la política, como en la vida en general, resulta más que complicado encontrar acciones puras, sin dobleces ni objetivos ocultos, sin rastro de intereses o propósitos inconfesables. Rosa Pérez Garijo, ... consellera de Transparencia, fue en su momento denunciante del caso Imelsa. Esquerra Unida hizo campaña política subida en la ola de unos audios que durante años había grabado Marcos Benavent para cubrirse las espaldas. Garijo, escoltada por cierta valentía y victimismo, se paseó entonces por las televisiones. En aquel periodo fue capital el papel de Mariano López, el suegro de Marcos Benavent, un personaje crucial en el germen de la causa judicial. Pero ahora resulta que Mariano López ha declarado como testigo en el juicio de una de las piezas de Imelsa que nunca le entregó a Pérez Garijo esas grabaciones. Entonces, ¿cómo tenía la diputada esas cintas? ¿Mintió el suegro? Pues es más que probable. La palabra de López tampoco ofrece la confianza necesaria como para arrodillarse a su paso. Es más, en otras ocasiones ha reconocido que se reunió cuatro o cinco veces con Pérez Garijo para hablar de «las irregularidades de Imelsa». En esta historia se junta también la venganza de López, enfadado por el abrupto final de la relación entre Benavent y su hija. O al menos ese sentimiento, en mayor o menor dosis, impulsaba sus acciones. Durante aquellos días de 2015, López, a quien le gusta la negociación y el enredo, ejerció como una especie de agente doble, hablando con periodistas, futuros investigados y demás tropa alrededor del asunto. Se pensó que era el rey del mambo, más listo que Benavent. Su sorpresa llegó cuando él también fue detenido por la UCO. Nunca imaginó esa situación porque Pérez Garijo no había denunciado el caso del call center, donde se han reunido poderosos indicios contra Mariano López. Esto, en parte, quizá fue otra venganza de Benavent con su suegro al revelar el amaño. Un enjuague en el que su familiar salió enormemente beneficiado. También llamaron la atención las reuniones que mantuvieron Rosa Pérez y el autobautizado yonki del dinero después de que este declarara en secreto en el juzgado de Instrucción 18 de Valencia. Les acompañaba Ignacio Blanco, otro de los referentes de Esquerra Unida, según consta en el sumario. Le preguntaron por el famoso contrato del call center. ¿A qué venían esas citas estando la causa bajo secreto? El recorrido de Pérez Garijo en esta causa ha sido también algo errante. Apareció como denunciante y terminó declarando como investigada ante la Guardia Civil por la contratación irregular de asesores. La parálisis en el juzgado y cierta indecisión inicial ha hecho que ese asunto, el de los asesores de la Diputación, permanezca olvidado, dormido en la causa principal. La Audiencia echó a Esquerra como acusación popular porque consideraba que no se podía estar a ambos lados del tablero, como acusación y como investigada por la Guardia Civil. Y todo pese a que el Tribunal Supremo acaba de validar la condena por unos hechos idénticos, un asesor del alcalde de Quartell que cobraba de Imelsa como brigadista. Este caso sorprendentemente se descubrió mientras se investigaba la trama urbanística en el caso Avialsa. Quizá ese fallo haya despertado de nuevo la inquietud en la Conselleria de Transparencia.