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VERANEAR COMO UN LANNISTER

Álvaro Mohorte

Valencia

Domingo, 1 de julio 2018, 10:27

Los Lannister pagan sus deudas... y qué remedio les queda. Mientras los fanáticos de 'Juego de Tronos' cuentan los meses que quedan para 2019 y poder calzarse la última temporada de la serie, más de uno se engaña el hambre visitando alguna de sus espectaculares localizaciones. En tiempos del 3D y la realidad virtual, reconcilia que alguno de los lugares fantásticos que ocupan la pantalla existan en el mundo real y las únicas variaciones sean de luz o algunos colgajos de atrezo para darle al monumento un toque más medieval y exótico.

Entre esas localizaciones que han prestado su Historia para dar lustre a los dominios de la reina de los dragones está el Castillo del Papa Luna de Peñíscola. Desde allí, se vea en la tele lo que se vea, es difícil no quedar impresionado con las vistas al inmenso azul mediterráneo.

Otros también mirarán hacia la costa que queda a la espalda, cubierta por un mar de toallas, sombrillas y piel al sol que deja ver poco de la arena que recorre la costas de la Comunitat. Sin embargo, esa aparente conquista no debe llevar a engaño. Uno de cada tres turistas que vemos en esas playas está de prestado.

Al menos eso es que lo advierte un reciente informe de BBVA Research y que recordaba el profesor Joaquín Maudos hace unos días. Se trata de entre un 30 y un 35% de los visitantes que, con una recuperación especialmente de los destinos del norte de África dejará de elegir la costa española, llevándose un buen recuerdo y poco más.

Las alertas hace tiempo que saltaron, pero la autocomplacencia es un lugar mucho más agradable que la superación y poco se alerta del fin de los vientos de cola que han acompañado al reverdecer de la economía valenciana y que puede aguar el ya insulso vino de los nuevos buenos tiempos.

En el turismo, destinos como Marruecos, Túnez, Egipto o Turquía están volviendo a presentar batalla después de bajar a los infiernos tras la esperanza frustrada que significó la 'Primavera Árabe'. Esto va a empezar a rebajar esta generosa entrada de ingresos sin que el turismo nacional esté cubriendo las plazas dejadas y, lo que es más importante, el gasto de los que nos dejan.

Por otra parte, la espiral proteccionista que se ha desatado con la guerra comercial entre EE UU, Europa y China, además del veto ruso, torpedean la buena marcha de las exportaciones valencianas, que nos ha permitido encontrar fuera lo que no nos daban en casa: dinero.

Y ya puestos a hablar de euros, el más que previsible aumento de los tipos de interés va a doler a muchos, pero especialmente a las pymes y micropymes que han superado la crisis financieramente zombis y que una subida del precio del dinero puede arrojar definitivamente a la fosa. El invierno está llegando... y lo hace cargado de facturas.

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