Vuelve la cabra

Este camino hacia la normalidad implica que vuelven a celebrarse actos como la ofrenda a la Pilarica en Zaragoza o el desfile de la Fiesta Nacional, con sus defensores y detractores. Y es que en este país, nosotros somos nuestro peor enemigo hasta en las costumbres más arraigadas. Me quedo con varios capítulos que se han viralizado en las redes sociales. Uno de los más destacados, convertido ya en un clásico, es el abucheo abrumador al presidente Sánchez que, salvo en mítines del partido, le dicen de todo menos guapo. A colación de este abucheo, sale el mítico ex vicepresidente de Felipe González, Alfonso Guerra, declarando que «hay personas que abuchean a un presidente y aplauden a una cabra». La cabra referenciada se llama 'Puzzle', la que ha desfilado este año con la Legión sin que la nueva Ley de Protección Animal pueda impedirlo, ya que esta actividad no provoca dolor o sufrimiento en el animal.

No sabemos si las declaraciones de Guerra hacen crítica a la gente que aplaude a una cabra y abuchea a un presidente o, todo lo contrario, si son un misil al propio presidente por ser tan malo que es pitado y abucheado frente al aplauso dirigido a la cabra de la Legión. Ya saben que con Alfonso Guerra, la cabra siempre tira al monte.

Y la última de todas y que más debate ha suscitado en las redes: los colores de la bandera que dibujó en el cielo la Patrulla Águila no eran del todo los de la rojigualda: rojo, amarillo y rojo. Dicen que, para opiniones, colores. Y precisamente se percibían desde diferentes tomas que, cierto rojo tiraba más bien a morado. El debate abierto, con republicanos dando saltos de alegría y constitucionalistas indignados buscando mil posibles justificaciones: ¿Estarían caducados los botes de colores y salió un rojo rancio tirando a morado? ¿Cabe la posibilidad de que le pegaran el cambiazo a un avión y le dieran morado por rojo?

La anécdota vuelve a escribir ríos de tinta en nuestro país, la señal más clara de que volvemos a estar en forma.