En el origen de la 'germanor'

En 1519 se iniciaba la Germanía, una rebelión popular que estremeció las bases del antiguo Reino de Valencia. Su 500 aniversario ha pasado prácticamente inadvertido para las instituciones. Sólo desde la Universitat de Valéncia a través de la Facultat de Geografia e Història se encargó de recordar uno de los movimientos políticos y sociales con tanta trascendencia y sobre el que todavía hay muchas sombras.

Rafael Narbona, catedrático de Historia Medieval, junto a Pablo Pérez, catedrático de Historia Moderna, fue el organizador del seminario 'Un conflicte entre dos èpoques. La Germania 500 anys (1509-2019)' que se celebró en diciembre. «Desconozco los criterios de la Generalitat para las conmemoraciones», destacó Narbona que lamentó el silencio que ha presidido el aniversario de una revuelta tan significativa en la historia valenciana.

Para Narbona la Germanía es, junto a otros movimientos anteriores como la Guerra de la Unión de mediados del siglo XIV, un elemento clave en la configuración de la identidad valenciana. «El origen de una palabra tan valenciana como 'germanor', como 'agermanament', lo encontramos en esta rebelión», sostuvo el especialista.

El catedrático explicó que fue «un movimiento identitatario popular en defensa de los fueros y privilegios de Valencia que pedía justicia social». En este sentido Narbona destacó la trascendencia de la rebelión y mostró su desconcierto por la escasa repercusión que ha tenido. En la misma línea, el profesor de la UV recordó que a lo largo de la historia tanto la derecha como la izquierda han hecho bandera de las Germanías. De hecho, en Valencia la avenida lleva su nombre a propuesta de Félix Pizcueta.

En el siglo XIX la burguesía se distanció del movimiento al considerarlo como un procedente de la revolución obrera, mientras que intelectuales como Teodoro Llorente o Constantí Llombart lo asociaron a la defensa de las señas valencianas.

La rebelión tuvo varias fases entre sus inicios en 1519 y su conclusión en 1522 tras la victoria militar del ejército realista. En su origen, apuntó Narbona, fue un movimiento reformista y «vanguardista» que abogaba por el rey y era respetuoso con los fueros. En ese primer momento fue incluso apoyado por la monarquía, ya que buscaba recuperar las leyes valencianas que no se estaban aplicando en su pureza.

Nació desde abajo de la mano de algunos maestros artesanos como Guillem Sorolla o Joan Llorens. Buscaban un régimen con menos control de la aristocracia. Posteriormente, al calor de las circunstancias, se irá transformando en una revolución y terminará en una guerra que precisó de la intervención de los ejércitos del rey.

Entre los factores que favorecieron la radicalización se encuentra la epidemia de peste de 1519, los ataques piratas y la sensación de desamparo ante el abandono de las funciones de gobierno. Tuvo especial repercusión el hecho de que la nobleza se negara a participar en la milicia valenciana para defenderse de los piratas berberiscos. A medida que se va radicalizando el movimiento que llega a abolir los impuestos, Carlos I toma partido por la nobleza y se inicia la guerra.

Nació en Valencia y se fue extendiendo por la mayor parte de las villas reales. También llegó a los señoríos. En estas zonas se dio la particularidad de que los mudéjares se mantuvieran fieles a los nobles provocando la indignación de los agermanados. La rebelión acabó también adquiriendo un «punto mesiánico», similar al de otros movimientos medievales y contó con el apoyo del bajo clero que fomentaba la revuelta en los sermones.

Rafael Narbona señaló que el movimiento se va conociendo con más profundidad, pero aún quedan muchos aspectos por investigar como quedó patente en el seminario que contó con la participación de expertos de toda España. Entre otras iniciativas se encuentra una exposición itinerante por varios municipios y la organización de un congreso internacional, «pero necesitamos el apoyo de las instituciones», resaltó.

Uno de los puntos pendientes son las relaciones con otros fenómenos similares como el de los Comuneros del que también próximamente se celebrará el quinto centenario. El catedrático de la Universitat destacó que existen algunas características comunes, pero también diferencias porque en Castilla sus dirigentes eran caballeros.