Los padres de las dos niñas fallecidas en el hinchable de Mislata se personan en la causa

Las familias de Vera y Cayetana, las dos niñas de 4 y 8 años que fallecieron tras un accidente en un castillo hinchable de Mislata después de que fuera tumbado por el viento el pasado 4 de enero, se han personado como acusación particular en la causa con abogados diferentes. El padre de la pequeña Vera ya anunció su intención de “llegar hasta el final para que se depuren responsabilidades, como le prometimos a nuestra niña” para que estos hechos no vuelvan a repetirse.

El procedimiento se tramita en el Juzgado de Instrucción número 4 de Mislata, que investiga el siniestro que se cobró la vida de las dos menores y dejó a siete niños más heridos la víspera de la noche de Reyes, cuando se divertían saltando en esta atracción, ubicada en la plaza Libertad de Mislata.

El informe que la Policía Nacional ha remitido al juzgado indica que el castillo hinchable tenía cuerdas rotas y deterioradas. Así mismo, la documentación fotográfica de los agentes recoge cinchas rotas atadas a una farola, otra desgarrada y en mal estado y otras más seccionadas o con nudos a mitad de cuerda.

Por otro lado, el atestado también contempla los testimonios de los padres cuyos hijos resultaron heridos o fallecidos y todos ellos coinciden en que en el lado derecho del hinchable no había ninguna sujeción. La Policía, por su parte, sigue investigando el suceso y, por el momento, el juzgado no ha ordenado ninguna citación de ningún tipo, aunque se está a la espera.

En cuanto a las rachas de viento que soplaban en aquellos momentos que fue el ingrediente mortal del accidente, en el informe preliminar remitido al juzgado se advierte de que el propietario de la atracción comprobó que no superaba los 38 kilómetros por hora que obliga a desmontarlo, una cuestión que ha sido certificada por los agentes de la Policía Científica.

El informe arroja discrepancias entre los testimonios del feriante y del ingeniero de la empresa, y el Ayuntamiento de Mislata. Mientras que los primeros advierten de que la atracción fue supervisada por técnicos municipales, el Consistorio lo niega y lo justifica porque “no es su obligación ni su competencia”.

El profesional de la mercantil que certificó la instalación testifica que el día que realizó la inspección, el hinchable “se encontraba amarrado a puntos fijos (farolas, árboles, bancos, etc) con resistencia suficiente hasta una fuerza de 5 de viento según la escala de Beaufor, en concreto a seis puntos en la totalidad de la estructura, según recomendaciones del fabricante, y con una fuerza o tensión de los amarres equivalente a 1600 N”, aunque afirma que “no recuerda concretamente a qué mobiliario urbano estaba amarrado porque estuvo viendo otros dos más”.

Igualmente indicó que el responsable del castillo debe informarse de la situación meteorológica antes del inflado de la atracción y el acceso de los usuarios y, sobre los tensores que debe tener, aseguró que “no hay una normativa explícita”, aunque los fabricantes sí indican la resistencia de los materiales.

Los letrados de las familias se centran sobre todo en esta misma cuestión, el anclaje de la atracción al suelo que según el informe policial contaba con 32 amarres que si se hubieran utilizado, no se habría levantado. Además, se advierte de que cada uno de ellos dispone de una anilla de acero y “en su instalación tienen que ser amarrados todos ellos, si no su presencia no tiene sentido”.

Lo que más llama la atención a fuentes cercanas de la familia de Vera es precisamente lo que aportan los testimonios de los padres que han declarado que no estaba atado en uno de sus lados, el derecho, justo por donde se levantó, ya que como coincidieron en señalar "no tuvieron que saltar ninguna cuerda u obstáculo para pasar por esa parte".

Además, uno de los progenitores que había trabajado en estas atracciones se fijó en los anclajes sin observar “sujeción alguna”, como ha declarado. Este es uno de los puntos que tratarán de esclarecer durante el juicio y que parece “la causa determinante del siniestro”.

No obstante, el juzgado continua la fase de instrucción previa y la Policía Nacional sigue recabando información sobre el suceso. En el informe preliminar se ha tomado declaración ya a diversos testigos de los hechos, feriantes, así como el ingeniero técnico municipal y el propietario de la atracción.

Una vez cerrada esta parte será el juez del proceso el que inicie las diligencias y estime citar a declarar a los testigos y a los posibles investigados, si así procede. En el caso de la acusación particular de las familias, podrán solicitar más testimonios si lo consideran necesario o informes de otro tipo.

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