La acción militar de Rusia contra Ucrania iniciada en la madrugada de este jueves ha soliviantado los ánimos de muchos rusos residentes en la Comunitat Valenciana como Anna Samoilova, que vive en Dénia desde hace 20 años.
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Esta licenciada en Filología alemana, dejó ... su país hace 24 años para cursar sus estudios en el país germano y afincarse posteriormente en la Costa Blanca. No obstante, en Rusia residen sus padres quienes, según Samoilova, «están como nosotros, en estado de shock, no se sienten representados por las acciones del presidente Putin. Él no es Rusia, es simplemente una persona maniática que está dirigiendo estas acciones bélicas».
Samoilova insiste en que sus «padres estan indignados porque, entre otras cosas, con estas acciones, se están destruyendo dos países hermanos, Ucrania y Rusia. El rublo ya ha caído en picado y van a llegar la miseria y el hambre a ambos territorios».
Como la mayor parte de ciudadanos Anna remarca que es «inconcebible que en pleno siglo XXI se puedan llevar a cabo este tipo de acciones porque entre rusos y ucranianos hay sentimientos y lazos muy estrechos: somos hermanos y no se puede atacar a tu propio hermano. Así se lo he explicado a mis hijos cuando me han preguntado por la guerra».
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De hecho, comenta que tiene muchos amigos ucranianos como los que viven en Kharkiv, la segunda capital más grande del país del Este que está siendo atacado: «han salido como han podido y en estos momentos están viajando hacia España, donde tiene una segunda residencia«. Lo hacen »desconsolados por lo que está pasando en su país y porque sólo han podido salir del horror con tres de sus cinco hijos, los otros dos se han tenido que quedar y están refugiados en un sótano de un fábrica para no ser alcanzados por los bombardeos».
Con la voz entrecortada, muy emocionada y enfadada por la situación recuerda que otros muchos que residen en ciudades en la frontera con Polonia, están viendo cómo caen las bombas en puestos militares y «muy cerca de sus viviendas».
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Los representantes de los más de 600 residentes ucranianos en Dénia han solicitado al alcalde poder rezar por el fin de la guerra en alguna de las ermitas que existen en la ciudad. De hecho, se están organizando para assitir ala ermita de Santa Paula , que está en la demarcación de la iglesia de San Miguel, cuyo párroco es Miguel Gavilà
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