«Los rusos y ucranianos en España seguimos conviviendo como siempre. Somos compatriotas y hermanos»

Mientras las tropas rusas avanzan rápida y decididamente hacia la capital de Ucrania, la preocupación entre la comunidad rusa y ucraniana residente en la Comunitat Valenciana va en aumento. No sólo por la inflamable situación geopolítica que esta guerra pueda provocar entre Rusia y Occidente sino, sobre todo, por la suerte de amigos y familiares que se han visto atrapados por el conflicto bélico.

Todos ellos, especialmente los ucranianos, dividen desde el jueves su tiempo entre intentos por contactar y recabar información de sus seres queridos y organizar acciones de protesta y visibilización del horror de la guerra en diferentes puntos de España.

Inna Oleksandrova, ucraniana residente en Dénia, ha confirmado a LAS PROVINCIAS que tanto ella como otros muchos compatriotas van a «hacer una concentración frente al Ayuntamiento de Dénia a las 16:00 horas de este domingo».

Una manifestación a la que también acudirán ciudadanos rusos y de otros muchos países eslavos porque «la situación entre nosotros no ha cambiado en absoluto. Seguimos siendo amigos que vienen de países hermanos». Dentro del mal momento que está pasando, Oleksandrova encuentra algo de consuelo al comprobar que «muchas personas de todos los países, incluida Rusia, nos están apoyando».

Aunque eso no minimiza la angustia vital que tanto Olga Oleksandrova como muchas otras personas están pasando en estas últimas horas. «Todo el mundo está muy preocupado por sus amigos y sus familiares. Estamos constantemente mirando las noticias y tratando de estar lo más al tanto posible de la evolución de la situación».

Anya Seménova es rusa y vive desde hace 22 años en la localidad alicantina de Torrevieja. Reconoce que esta situación, que se alarga ya desde la invasión de Crimea en 2014, está siendo muy complicada y que, desde entonces, «estamos viviendo todo este proceso muy mal, como todos», una sensación que se ha incrementado desde que el jueves comenzaran los bombardeos.

Una guerra que, por el momento, no se ha contagiado entre el colectivo de residentes rusos y ucranianos en la Comunitat Valenciana, que siguen frecuentando, como lo han venido haciendo todos estos años, los mismos lugares y ambientes. Shkalenko explica que «los rusos y los ucranianos que vivimos en España seguimos conviviendo igual de bien que siempre».

Al igual que Oleksandrova, Anya Seménova afirma que rusos, ucranianos y los ciudadanos del resto de los países eslavos que viven en la Comunitat «somos todos compatriotas y hermanos que vivimos fuera de nuestros países y que buscamos estar muy unidos. Eso siempre ha sido así y va a seguir siendo así».

Por ello, y sin obviar la zozobra con la que muchos están viviendo estas últimas horas, «vivimos como siempre. Hasta el último momento nadie creía que la guerra iba a ser posible».

Respecto a la respuesta dada hasta el momento por la comunidad internacional a su país, al que ha impuesto ya duras sanciones, Shkalenko se resigna y afirma que «las sanciones son inevitables. La decisión está tomada y nosotros no podemos hacer nada para cambiarla».

En su caso concreto, «tengo en Rusia a mi abuela y a mi tía». Buena muestra de cómo perciben los residentes en la Comunitat lo que está ocurriendo a sus países dependiendo de a qué lado de la frontera estén sus seres queridos es que Anya Seménova reconoce que «me preocupa su situación, pero, en principio, no creo que vaya a surgir una guerra a gran escala entre los dos países y no nos planteamos que vayan a tener que venir. En cualquier caso, si se llega a ese extremo, sí vendrán».

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