![«No sé si podré volver a casa, quedó cubierta por el agua»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201909/12/media/cortadas/testimonio-ontinyent-kBtE-U90122860918iED-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![«No sé si podré volver a casa, quedó cubierta por el agua»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201909/12/media/cortadas/testimonio-ontinyent-kBtE-U90122860918iED-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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«¿Ve usted esa casa de ahí?», interrogaba Mari Carmen López mientras señalaba una vivienda situada junto al río Clariano, en el barrio de la Canterería de Ontinyent. «Pues hace un rato estaba totalmente cubierta por el agua. No sé si voy a poder volver a ella», explicaba al mismo tiempo que contempla el rescate de varias personas que aún permanecían en el interior de otras casas de esta barriada, la más afectada por el desbordamiento del Clariano.
«Mis hijos están ahí abajo», afirmaba angustiada otra vecina, quien, sin embargo, recibía mensajes tranquilizadores por parte de los bomberos, quienes le explicaban que los momentos de mayor peligro habían pasado y que el rescate se produciría en pocos minutos, como así fue.
Y es que la tromba de agua que entró en las casas a primera hora de la mañana impidió, en un primer momento, la evacuación de unas 20 personas, algunas de las cuales tuvieron que quedar confinadas en sus domicilios.
El inspector en jefe de los bomberos, José Miguel Basset, explicó que la violencia del agua impidió esta opción. Por fortuna, la lluvia dio una tregua, el nivel del río comenzó a bajar de manera ostensible y el rescate se pudo hacer por medios más tradicionales, con el uso de cuerdas y escaleras por parte de los bomberos, quienes contaron en todo momento con la colaboración de efectivos de la Policía Nacional y Local.
Otra de las vecinas explicó que horas antes de que comenzara a llover, y vistas las previsiones existentes, «decidí irme a dormir a casa de mi hija. Creo que eso fue mi salvación», explicó junto al mirador en el que una buena cantidad de vecinos observaban las operaciones de los bomberos para solventar el problema que incluyó momentos de mucha tensión cuando veían que el agua no paraba de subir de nivel, sobrepasaba el cauce y entraba en las viviendas. Ahora, a partir de hoy, llegará el momento de que los técnicos municipales realicen un examen de las diferentes viviendas, pues en algunos casos se habían producido daños muy graves, con derrumbe de tejados incluido, que podrían hacer imposible el retorno posterior de sus ocupantes. En previsión de ello, el Ayuntamiento ofreció las instalaciones del albergue Perú a los vecinos que no pudieron volver a sus casas. Fuentes municipales explicaron que hay 44 personas realojadas.
Al poder volver a recoger sus cosas a media mañana, el panorama era desolador. María José Garrote explicó, minutos después de ser evacuada, que el agua alcanzó el primer piso de su vivienda y en la planta baja «no queda absolutamente nada, ni las puertas».
Por otra parte, el CICU tuvo que movilizarse sobre las diez de la mañana para asistir a un hombre que había quedado atrapado por un pie tras caerse parte del tejado de una casa en el camino de la Font de la Purísima. El equipo sanitario atendió al hombre de una posible fractura de tobillo y lo trasladó hasta el hospital de Ontinyent.
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