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La exconsellera de Justicia y Emergencias Salomé Pradas declaró el pasado viernes 11 de abril ante la jueza que instruye el caso de la dana, la magistrada Nuria Ruiz Tobarra, que se enteró de que se había desbordado el barranco del Poyo y que era el causante de la muerte en l'Horta Sud sobre las 21 horas del 29 de octubre. El Cecopi, desde donde se gestionaba la emergencia, era lo más parecido a un búnker aislado de la vida (o muerte) real, porque los hechos han demostrado que la información no traspasó aquellas puertas en una tarde en la que con los datos en la mano, y así lo cree la magistrada y así se demuestra con el testimonio de los familiares de muchas víctimas, se podrían haber evitado muchos fallecimientos.
La versión de Pradas, que es la misma que ha mantenido desde el día después de la dana, es la que aportó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, que el 19 de diciembre –la información no salió a la luz hasta principios de febrero– admitió que por espacio de dos horas y media dejó al Centro de Emergencias sin información sobre el caudal de la rambla del Poyo, que tenía un único aforo de medición de paso junto al puente de la A-3.
FALLECIDOS POR LOCALIDAD
Lugar donde fueron encontrados.
*Incluye muertes en el hospital
Alaquàs
1
Albal
3
Aldaia
6
Alfafar
15
Benetússer
10
Buñol
1
Catarroja
25
Cheste
8
Chiva
8
Godelleta
4
Loriguilla
1
Massanassa
12
Paiporta
46
Picanya
10
Quart de Poblet
7
Riba-roja
7
Sedaví
11
Silla
1
Torrent
11
València*
19
Fuente: Elaboración propia. GRÁFICO P. C.
FALLECIDOS POR LOCALIDAD
Lugar donde fueron encontrados.
*Incluye muertes en el hospital
Alaquàs
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Albal
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Quart de Poblet
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Fuente: Elaboración propia. GRÁFICO P. C.
FALLECIDOS POR LOCALIDAD
Lugar donde fueron encontrados. *Incluye muertes en el hospital
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Fuente: Elaboración propia. GRÁFICO P. C.
FALLECIDOS POR LOCALIDAD
Lugar donde fueron encontrados. *Incluye muertes en el hospital
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Fuente: Elaboración propia. GRÁFICO P. C.
Entre las 16:13 y las 18:43 horas del 29 de octubre, como se puede comprobar con los correos electrónicos remitidos por los técnicos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), el apagón informativo sobre el caudal del Poyo fue un hecho. La alerta la da la técnico Carmen González a las 18:43 horas cuando apunta que tres minutos antes del envío del 'email' la situación en la rambla era la siguiente: «Valor 1.686 metros cúbicos por segundo, mayor de 150 metros cúbicos por segundo, con tendencia ascendente a las 18:40 horas. Para su conocimiento la crecida está siendo muy rápida. Se continúa el seguimiento desde la sala SAIH. Atentamente».
A las 18:55 horas, según los últimos registros y antes de que se diera por perdido el sensor del aforo de la Riba-roja, el registro de paso fue de 2.282 metros cúbicos por segundo.
A las 17 horas, según la información oficial de los informes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el caudal era de 200 metros cúbicos por segundo. Una hora después superaba los 800 metros cúbicos y a las 18:30 horas ya rondaba los 1.600 metros cúbicos por segundo. Unos datos que no merecieron ningún aviso especial del SAIH, más allá de los automáticos, a pesar de que la catástrofe estaba totalmente monitorizada.
UBICACIÓN CUERPOS
Loriguilla
Riba-roja
València*
Cheste
Chiva
Buñol
Godelleta
Silla
SEGÚN SEXO
Hombres
Mujeres
59,7
%
40,3
%
LAS CIFRAS
Las muertes por la crecida del
barranco del Poyo se elevan a
206
21
fueron afectados más
de una veintena de
municipios:
SEGÚN TRAMOS DE EDAD
Hasta 10 años
6
De 11 a 20 años
2
De 21 a 30 años
10
De 31 a 40 años
6
De 41 a 50 años
17
De 51 a 60 años
36
De 61 a 70 años
33
38
De 71 a 80 años
45
De 81 a 90 años
12
De 91 a 100 años
Fuente: Elaboración porpia. GRÁFICO P. C.
UBICACIÓN CUERPOS
Loriguilla
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LAS CIFRAS
Las muertes por la crecida del
barranco del Poyo se elevan a
206
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fueron afectados más
de una veintena de
municipios:
SEGÚN TRAMOS DE EDAD
Hasta 10 años
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De 11 a 20 años
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De 81 a 90 años
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De 91 a 100 años
Fuente: Elaboración porpia. GRÁFICO P. C.
UBICACIÓN CUERPOS
Loriguilla
Riba-roja
Paiporta
València*
Cheste
Quart de
Poblet
Aldaia
Chiva
Sedaví
Alaquàs
Benetússer
Torrent
Godelleta
Massanassa
Buñol
Picanya
Albal
Catarroja
Silla
Alfafar
SEGÚN SEXO
LAS CIFRAS
Hombres
Mujeres
Las muertes por la crecida del
barranco del Poyo se elevan a
59,7
%
40,3
%
206
21
fueron afectados más
de una veintena de
municipios:
SEGÚN TRAMOS DE EDAD
PERFIL
La mayoría de víctimas tenían
entre 81 y 90 años, eran hombres
y vivían en la localidad
de Paiporta
Hasta 10 años
6
De 11 a 20 años
2
De 21 a 30 años
10
De 31 a 40 años
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De 41 a 50 años
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36
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De 71 a 80 años
45
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De 91 a 100 años
Fuente: Elaboración porpia. GRÁFICO P. C.
UBICACIÓN CUERPOS
Loriguilla
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Quart de
Poblet
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Sedaví
Alaquàs
Benetússer
Torrent
Godelleta
Massanassa
Buñol
Picanya
Albal
Catarroja
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SEGÚN SEXO
LAS CIFRAS
Hombres
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Las muertes por la crecida del
barranco del Poyo se elevan a
59,7
%
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206
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fueron afectados más
de una veintena de
municipios:
SEGÚN TRAMOS DE EDAD
PERFIL
La mayoría de víctimas tenían
entre 81 y 90 años, eran hombres
y vivían en la localidad
de Paiporta
Hasta 10 años
6
De 11 a 20 años
2
De 21 a 30 años
10
De 31 a 40 años
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De 41 a 50 años
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De 51 a 60 años
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De 61 a 70 años
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De 71 a 80 años
45
De 81 a 90 años
12
De 91 a 100 años
Fuente: Elaboración porpia. GRÁFICO P. C.
En la pericial de su teléfono móvil que el exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, remitió a la jueza también se puede comprobar que durante las conversaciones mantenidas vía mensajería interna a lo largo del 29 de octubre en ningún caso se habló de la situación del barranco del Poyo.
Para cerrar el círculo, faltaba la declaración de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ante la magistrada en calidad de testigo el pasado lunes 14 de abril. Bernabé reconoció para la sorpresa de muchos de los actores involucrados en la causa que en el Cecopi en ningún momento se habló del barranco del Poyo: «No se habló del barranco del Poyo. Todo fue con referencia a Forata». De esta manera, tanto el Consell como el Gobierno como la propia Confederación reconocen que nadie miró al Poyo en las horas más críticas de la riada porque todos estaban pendientes de la situación en Utiel y en el embalse de Forata. Especialmente en este último punto, ya que la técnico que estaba en la sala SAIH la tarde del 29 de octubre –la CHJ redujo a la mitad su personal a pesar de los avisos rojos de alerta– sólo remitía correos relativos al pantano ubicado en el término de Yátova, que estaba a punto de verter por coronamiento.
La ceguera de las administraciones hacia el Poyo traicionaron sus compromisos de vigilancia del cauce. El primero, el de la propia sala SAIH, que en cada correo que remitió por la mañana al 112 de la Generalitat ratificaba su compromiso de hacer un seguimiento de la situación.
Además, en la alerta hidrológica decretada a las 12:20 horas del 29 de octubre porque el Poyo bajaba con un caudal superior a los 250 metros cúbicos por segundo en el paso de Riba-roja, también se dejó negro sobre blanco que tanto la Confederación Hidrográfica del Júcar como la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta de las Emergencias mantendrían el seguimiento de la evolución del caudal «para informar de cualquier riesgo que pudiera producir». Ese control llegó hasta las 16:13 horas, con un paso por el aforo de la A-3 a las 15:50 horas de 28,7 metros cúbicos por segundo. Un tercer aviso con tendencia descendente que sirvió para dejar de poner los ojos en el Poyo.
La ceguera invadió al Cecopi, cuyos miembros fueron incapaces de atender las informaciones publicadas por los medios de comunicación. A las 11:18 de la mañana, mucho antes de la primera alerta hidrológica del Poyo, LAS PROVINCIAS publicó esta información siendo el primer medio de comunicación que advierte de que aguas arriba empieza a haber numerosos problemas a causa de la lluvia caída: «El barranco de Chiva se desborda y anega campos y viviendas».
En ese momento, el agua que llegaba a la población por el Armajal, ya no cabía por su cauce en el camino del Azagador, el caudal ya iba de lado a lado por la calle Buñol y el paseo de San Isidro, y empezaba a salirse por la parte alta de la calle Ramón y Cajal.
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A las 18:25 horas, veinte minutos antes de que el SAIH de la Confederación emitiera un correo de alerta, LAS PROVINCIAS publicó una información con el siguiente titular: «Una riada arrasa el centro de Chiva». Esta información iba a acompañada de un vídeo en el que ya se veían coches flotando y cayendo al cauce desde el paseo de San Isidro y a través de la calle Buñol. Las fotografías y los vídeos ponían de manifiesto que aguas arriba de la cuenca del Poyo se estaba viviendo una situación excepcional que nadie fue capaz de ver. En los grupos de mensajería interna de los vecinos de la zona el caos ya era un hecho mientras que los servicios de emergencia, desarbolados por las inundaciones del río Magro en Utiel y por la presión del embalse de Forata, fueron incapaces de atender una situación que ya estaba fuera de control.
No sólo las informaciones alertaron de una situación nunca vista, sino que los propios vecinos, a través del teléfono 112 dieron la voz de alarma. A las 16:40:28 horas del 29 de octubre, Emergencias recogió la primera llamada desde Chiva alertando un vecino de la tromba y advirtiendo de que empezaba a entrar agua en su vivienda. Desde las 16:40 horas hasta las 18:00 horas, el 112 recibió 51 llamadas alertando de graves problemas por la lluvia torrencial que en ese momento caía sobre Chiva. El contenido de esas llamadas hablaba de personas atrapadas en viviendas, vecinos diciendo que ya tenían el agua por la cintura, coches bloqueados, personas refugiadas en terrazas, una casa inundada con dos personas mayores dentro y un montón de llamadas de gente atrapada en la carretera con niños en los vehículos. La A-3, en ese momento, ya era un gran caos desde Buñol al puente de Riba-roja.
Desde las 18:00 a las 18:43 horas, cuando el SAIH mandó el correo de alerta del Poyo, desde Chiva se realizaron un total de 41 llamadas más. El 29 de octubre se registraron casi 20.000 llamadas –19.821 exactamente– y ninguna de ellas sirvió para que en el Cecopi se enteraran antes de las nueve de la noche del 29 de octubre de la 'barrancada' del Poyo: «Esas llamadas no llegaban al Cecopi, y el seguimiento corresponde a los técnicos de la sala y a los de Emergencias. Llegó a colapsar el 112 y no se pudieron atender algunas llamadas aunque el servicio estaba reforzado, no sé si por problemas técnicos o por alguna otra causa». Pradas aseguró ante la juez que durante la tarde no le llegaron ninguno de los informes referidos ni a la procedencia de las llamadas ni a los motivos: «Nadie habló de la peligrosidad del barranco del Poyo. Nos comentaron que había una alerta activada cuyo seguimiento hacia la CHJ, que emitió las tres bajadas de caudal consecutivas pero no habló de desbordamientos ni de lo que luego aconteció. No avisaron en ningún momento que el barranco del Poyo se podría desbordar».
Mientras había silencio informativo en la sala del Cecopi y los ojos estaban puestos en otro sitio sin que ninguna administración –ni Gobierno ni Consell– fueran conscientes de la situación, la gente empezó a morir ahogada en sus casas, sin saber por qué entraba tanta agua en sus viviendas, tratando de salvar sus vehículos porque nadie les había dicho que no bajaran al garaje a por ellos y perdiendo el contacto con sus familiares con sus calles anegadas. El relato de una tragedia anunciada que los políticos fueron incapaces de controlar.
¿Quién envió a Elisabeth y a su madre a la muerte segura? Ella es una de las tres personas que desaparecieron la tarde de la dana y que todavía no se ha encontrado su cuerpo. Madre e hija trabajaban en un hotel junto a la A-3. La madre terminó su turno y volvió a Cheste a por su hija, que ese día casualmente hizo el turno de tarde cuando no era algo habitual. En el trayecto de vuelta, con los barrancos de la Canaleja y de Sechara fuera de sí, alguien los mandó camino de la rambla del Poyo, por detrás de la carretera del Circuito. El agua se las llevó porque nadie les avisó del peligro. La jueza de la dana, en uno de sus primeros autos, apuntó que si hubiera existido un servicio de alerta mejor y se hubiera prevenido a la población, muchas de las víctimas mortales, quizá, se podrían haber evitado. De los 225 fallecidos y tres desaparecidos, al menos 206 están vinculados al barranco del Poyo.
Uno los relatos más estremecedores fue el de Dolores, una mujer que estaba junto a su marido y sus dos hijos y vio como, sobre las cinco y media de la tarde, el agua se llevó a los tres y murieron. La familia de Dolores estaba en una casa en el término de Chiva y nadie les había alertado de lo que podía pasar.
Uno de los autos más duros de los firmados por la magistrada de la dana es el del testimonio de los familiares de las víctimas, que relataron como la mayoría de los fallecido se vieron atrapados bien en sus casas, en bajos o en garajes entre las seis y las ocho de la tarde, antes de que llegará el mensaje de Es-Alert, que se envió principalmente por la situación del embalse de Forata.
Uno de los relatos más tristes es el de la familia que regentaba un bar en Benetússer y que vio como su hija, de tan sólo 11 años, cayó de una escalera y se la llevó el agua mientras trataba de salvar su vida. De la misma manera que muchas personas perecieron tratando de salvar y ayudar a sus vecinos de una riada que nadie sabía de dónde había venido.
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