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Asistentes del 66 Congreso de la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia. ADEIT.

Los psiquiatras alertan de la falta de recursos en salud mental para atender a niños y adolescentes

Los expertos destacan que las redes sociales generan un 'efecto contagio' de los casos de suicidio

Viernes, 2 de junio 2023, 02:22

Hace apenas unos años, el sonido de la campana del colegio significaba el fin de una pesadilla. Las víctimas de acoso escolar podían coger aliento cuando escuchaban que se encendía el sistema de megafonía. Descansar de burlas e insultos y regresar a su lugar seguro. ... Olvidarse del sufrimiento de las últimas horas. Pero las redes sociales han cambiado por completo este paradigma. Por el 66 Congreso de la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (AEPYNA) profesionales de todo el panorama nacional se reúnen en Valencia, en la Fundación de la Universitat de Valencia (ADEIT), para valorar el estado de salud mental de los jóvenes. Al encuentro han acudido más de 300 expertos en la materia.

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Si hay una conclusión consensuada entre los profesionales de salud mental es que faltan recursos y personal formado en la Seguridad Social para atender a los niños y adolescentes. La psiquiatra infantil Inmaculada Marcos destaca: «Se está viendo a los niños cada cuatro meses y eso es una barbaridad. Además, hay que tener en cuenta que son muchas las familias que tienen problemas económicos y que no se pueden permitir pagar de su bolsillo llevar a su hijo a un especialista».

La falta de recursos públicos en salud mental es el problema más grave que atraviesan los pacientes. Para poder mejorar, necesitan una atención continuada y seguir un tratamiento. Sin embargo, la escasez de profesionales en la sanidad pública hace que todo el proceso se ralentice y entorpezca. La psiquiatra infantil también pone el énfasis en diagnosticar las enfermedades mentales en una edad temprana. «La violencia de un adulto está ligada a las vicisitudes de la infancia», pone de manifiesto Marcos.

Al principio, los expertos achacaban el empeoramiento de la salud mental a las secuelas de la pandemia. Y en parte, es cierto que el Covid trajo consigo un gran malestar social. Como explica Inmaculada Marcos: «La pandemia generó una vulnerabilidad en todos nosotros. Puso de manifiesto que nos podíamos morir cuando no es algo que nos planteemos en nuestro día a día». Sin embargo, la nueva sociedad plantea determinados factores que propician que los más jóvenes tengan problemas de salud mental.

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La psiquiatra infantil Nuria Yánez pone de manifiesto que «con el 'ciberbullying' el acoso escolar se prolonga fuera de las aulas. Antes sólo duraba de lunes a viernes y con las redes sociales los niños están permanentemente conectados». Esto impide que puedan «escapar» de este tipo de violencias. Aunque el acoso escolar no sea un invento del siglo XXI, con el impacto de internet ha tomado nuevas características.

Además, la experta avisa de que la visibilización de los casos de suicidio en redes sociales puede llevar a que los jóvenes sufran un «efecto contagio». «Según un informe presentado en el Congreso de Actualización de Pediatría en 2023, las consultas relacionadas con el suicidio han experimentado un aumento preocupante, multiplicándose por 18,8 entre 2009 y 2021, aunque afortunadamente el número de suicidios consumados se ha mantenido estable o ha aumentado más moderadamente, según datos del INE en los últimos cuatro años disponibles», apuntan desde la presidencia del congreso.

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Con el nuevo paradigma de internet también ha cambiado el perfil del verdugo. Mientras que antes se cebaban de sus víctimas en una situación 'cara a cara', ahora se animan a cometer peores agravios por la seguridad que les da el poder esconderse detrás de una pantalla. Lo mismo ocurre con las publicaciones en las redes sociales. Anteriormente, el acosador era alguien conocido, pero ahora cualquier persona que tenga a su disposición una cuenta en redes sociales puede empezar a acosar a otra.

Como comentan las profesionales, los problemas de salud mental que más están proliferando en los menores de edad son las autolesiones y los trastornos de la conducta alimenticia (TCA). Los más pequeños se han acostumbrado a ver cuerpos imposibles a través del móvil y vidas idílicas que puedan dañar su autoestima. También entra en juego en que se tratan de edades en las que uno busca la aceptación social.

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Las cifras son preocupantes. Las consultas por autolesiones se han multiplicado por 56,1 desde 2009. «Aparte de eso, según el informe de ANAR, en el último año las consultas telefónicas por trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han aumentado un 154,7%, por duelo un 138,9%, por adicciones un 41%, por síntomas depresivos un 31,5%, por ansiedad un 25,6% y por problemas de conducta un 9,6%», señala Inmaculada Marcos,

Los datos parten del contexto en que en esta nueva sociedad, los jóvenes basan gran parte de su autoestima en el número de 'likes' que consiga en sus publicaciones de Instangram, o en recibir una gran cantidad de mensajes. La psiquiatra infantil Inmaculada Marcos recuerda: «Traté a un niño que padecía Síndrome de Asperger y no se podía dormir hasta que veía en WhatsApp que le habían respondido a todos sus mensajes».

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La importancia de poner límites

Los niños no vienen con un manual de instrucciones. Es muy frecuente que, en los tiempos que corren, los padres recurran a los teléfonos móviles o a las 'tablets' para conseguir que sus hijos estén tranquilos. Sin embargo, ¿es beneficioso? La psiquiatra Inmaculada Marcos revela la importancia de dedicar a los niños tiempo de calidad. Que en lugar de que los integrantes de la familia estén mirando a una pantalla, completamente absortos y alejados de la realidad que les rodea, vuelvan a poner en práctica los juegos de toda la vida.

Las expertas consideran que las nuevas generaciones tienen una menor tolerancia a la frustración. Por ello, hay que tener en cuenta que poner límites siempre es necesario en la crianza para que los más pequeños aprendan buenos patrones de conducta que después puedan poner en práctica en su vida adulta.

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Una de las lacras a las que se enfrentan los niños es la soledad. Cuando salen del colegio y los padres están ocupados trabajando mientras que los pequeños se ven toda la tarde en una casa vacía. Al parecer, que los jóvenes pasen mucho tiempo sin compañía genera lo que se llama el «síndrome de la llave colgada». Este concepto se utiliza para definir a los niños que llevan la llave colgada del cuello porque no hay nadie para abrirles la puerta y tampoco hay nadie que los esté esperando en casa. Esto puede derivar a que los niños desarrollen trastornos en el comportamiento, obesidad e incluso depresión.

No hay que olvidar que los más jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo en los colegios. Allí se relacionan con otros niños y están constantemente rodeados de estímulos, tanto positivos como negativos. A pesar de que ya existan consorcios entre la Conselleria de Sanidad y la Conselleria de Educación para abordar la problemática de la violencia en los centros escolares, las profesionales ponen de manifiesto la necesidad de que los educadores detecten el acoso en las aulas y reciban formación para garantizar la buena salud mental de los más jóvenes. Otro de los puntos que consideran fundamentales es que se ayude a los niños a autorregular sus emociones.

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