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Beniarjó, en pleno centro de la comarca de la Safor, con casi 2.000 vecinos, y sin prácticamente transporte público para conectar con Gandia o el resto de poblaciones cercanas. «Si te vas a las 9 de la mañana a hacer gestiones, del tipo que sean, tienes que hacerte a la idea que regresas a las siete de la tarde», ha explicado Reme Expósito, una vecina de la localidad que lleva más de una década sufriendo esta carencia.
La línea que pasa por Beniarjó, que sale de Gandia y llega a Villalonga, está bajo mínimos. Sólo hay cuatro viajes al día para dar servicio a una decena de pueblos y varios centenares de usuarios diarios que necesitan ir a Gandia al Hospital, a Hacienda o a los Juzgados, por ejemplo. «Dicen que no hay más coches porque no hay clientes. Es mentira. Yo lo cojo y ya viene casi lleno de Potries», ha precisado Expósito, que cuenta cómo se han reducido las frecuencias con los años.
«Estamos aislados de Gandia, pese a estar a cinco kilómetros. No puede ser que el mismo bus que llegue a Gandia sea el de vuelta, así no puedes hacer gestiones».
Reme ha añadido que la situación de malestar es generalizada: «No hay buen transporte, era mucho mejor en los años 80, cuando pasaba un bus cada hora de camino a Gandia, eso hace en estos momentos, ahora te vas y no sabes cuando regresas». «No es cierto que no haya usuarios, es que alguien quiere hacer recortes. El coche va lleno de gente de Villalonga y Potries, también de Palma y Ador, pero en menos proporción», ha agregado.
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Es más, Beniarjó cuenta con un centro de FP, donde acuden muchos estudiantes de la comarca. «Las clases acaban a las 14, pero los alumnos se tienen que ir a las 13.15 para coger el bus que pasa a las 13.30, si no se tienen que ir a pie a Gandia o a donde vivan».
Luis Mariano es otro vecino afectado. «No tengo coche y voy a Gandia a hacer remiendos las veces que me sale un trabajo. Hay días que tengo que esperar cuatro y cinco horas en la estación de bus de Gandia hasta que sale el coche. Esto es un abuso para los vecinos de Beniarjó». Al final acabo con el «día perdido».
Bea Pous reside en Oliva pero acude a Beniarjó a diario por trabajo. «Si no encuentro quien me traiga pierdo días laborales y por tanto dinero. En Oliva la situación de los autobuses es horrorosa, pero esta línea la supera».
Quien intenta encontrar una solución a este problema es la alcaldesa de Beniarjó, Eva Llinares. «Hemos acudido a la Mancomunitat de la Safor, para intenten mover el tema del transporte comarcal. Sabemos que es complicado pero hay que encontrar soluciones».
«No pueden haber cuatro viajes a Gandia. Si vas pronto, al médico por ejemplo, al volver la gente tiene que coger un taxi, bien porque sale horas antes de que pase el bus o porque ya ha salido», ha precisado.
«Está muy bien invertir en movilidad y carriles bici, pero ¿cómo le digo yo a la gente mayor del pueblo que se vaya en bici al Hospital o a los Juzgados», ha indicado indignada la primera edil. «Las administraciones superiores tienen que respaldarnos y velar por los intereses de todos los pueblos».
Finalmente, ha recordado que no hay bus ni fines de semana ni festivos: «El colmo fue Semana Santa, cinco días sin bus. Si te pones enfermo, taxi pero hay gente con pocos recursos. Esto hay que solventarlo».
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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