Puig: «Lo importante de la figura de Manuel Broseta es su presencia en su ausencia»

'La vigencia de su pensamiento' es la última obra que recuerda la figura de Manuel Broseta Pont, asesinado por ETA el 15 de enero de 1992 cuando se disponía a dar clase, y se basa en dieciséis artículos publicados por el profesor en las páginas de LAS PROVINCIAS. Una excusa perfecta para reflexionar sobre la actualidad de sus ideas. Incluso sobre su necesidad en una época de choque y crispación política.

El espacio La Rotativa del periódico ha acogido este miércoles la presentación del libro a través de un diálogo con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; Pablo Broseta, presidente de la Asociación Amigos de la Fundación Broseta, editora del libro junto a la propia fundación; Vicent Soler, exconseller, histórico socialista, alumno y compañero en la clandestinidad del profesor; e Iñaki Zaragüeta, reconocido periodista, buen amigo de Broseta y colaborador de LAS PROVINCIAS.

«Lo importante de su figura es su presencia en su ausencia», ha sintetizado Puig, que ha definido al catedrático y político como «una persona que pasados los años aún puede acrecentar su figura». Se ha referido además a su talante dialogante y a su papel «emblemático» durante la Transición, «un periodo con sus contradicciones en el que afortunadamente se entendió que acordar no es traicionar y que pactar es un factor clave de la cohesión de una sociedad». Además, en el contexto de la situación actual -«vivimos un momento de polarización»-, recordó que «en aquellos años los debates no eran fáciles, pero esas dificultades hicieron más fuertes y capaces a sus protagonistas, y de eso deberíamos aprender».

Pablo Broseta ha explicado cómo se gestó la obra, en la que los dieciséis artículos están acompañados de un análisis de una personalidad relevante y actual, incluyendo cuatro presidentes de la Generalitat. Y no sólo se recopilan reflexiones políticas, que son predominantes. También sobre aspectos económicos, educativos e incluso familiares.

Su hijo ha agradecido el trabajo de preselección de María Consuelo Reyna y ha destacado que el resultado final de contextualización ha pretendido «recoger la pluralidad de pensamientos y conceptos», con la participación de analistas de diferentes ámbitos tanto políticos como sociales.

En cuanto al objetivo, lo ha resumido afirmando que si ETA no lo hubiera asesinado y continuara con su producción periodística «el trabajo lo tendría adelantado, pues muchos de sus artículos se podrían utilizar de nuevo, con algún retoque, al seguir teniendo vigencia».

No sólo se ha hablado de la oportunidad de sus ideas. También se recordaron cualidades personales y se especuló con lo que pudo ser y no fue. Iñaki Zaragüeta ha insistido en su valencianía culta, académica, -«le preocupaba la Comunitat Valenciana independiente de su trabajo en la política del Estado»- y ha recordado su última conversación, en la noche previa a su asesinato, cuando se debatía sobre si acudir a la convención del PP a la que le había invitado José María Aznar, un paso simbólico que habría implicado aceptar el ofrecimiento para liderar el PP valenciano.

«No sé cuál habría sido su decisión final, pero probablemente los asesinos nos privaron de un dirigente importante en la Comunitat», ha dicho. En un sentido parecido ha afirmado que a su juicio fue fundamental el papel que jugó poco antes, influyendo en María Consuelo para que LAS PROVINCIAS se posicionara a favor de los populares en detrimento de Unión Valenciana en las elecciones que dieron al alcaldía a Rita Barberá por un solo concejal.

Vicent Soler ha hablado de «don Manuel», el profesor de Derecho Mercantil, enfatizando su capacidad docente, hasta el punto de que los estudiantes de Economía, poco amigos del derecho, apreciaran sus clases. «Él decía que la claridad es la elegancia del maestro», ha puntualizado Pablo Broseta, antes de que el exconseller recordara el tiempo compartido en la clandestinidad, en la Mesa de Fuerzas Sindicales y Políticas del País Valenciano exigiendo «libertad, amnistía y Estatuto de Autonomía» y su reencuentro posterior tras su retorno de Madrid, «con el Broseta de la concordia, del acuerdo, el que hablaba siempre de pactos».

Pablo Salazar, adjunto a la dirección de LAS PROVINCIAS, se ha encargado de conducir el debate, y ha planteado paralelismos entre la situación política actual y la de la Transición, aspecto sobre el que el presidente Puig ha defendido que «cuando se toma perspectiva se es más piadoso con las épocas pasadas», antes de destacar que entonces «la única manera de avanzar era el pacto, y los acuerdos no son felices, siempre hay cesiones». A continuación ha rescatado dos ejemplos, ya posteriores, que a su juicio fueron representativos de aquel espíritu: la aprobación de la ley de símbolos de 1984, con Joan Lerma al frente de la Generalitat, y la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, con Eduardo Zaplana.

«Lo que tenía Broseta, sobre todo, era una enorme legitimidad, no es fácil encontrar personas en la Comunitat con ese nivel», ha concluido Puig, que ha querido defender que «su recuerdo también es el recuerdo de todos los asesinados anónimos» a manos del terrorismo.

El acto ha sido presentado por el director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis, que ha destacado la exigencia de «buscar puntos de encuentro» siguiendo su ejemplo. No han faltado Manuel Broseta, la consellera Gabriela Bravo, José Manuel Pagán, Jesús Olavarría, Mª José Ferrer de San-Segundo o Rafael Ferrando, entre otros.

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