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Un atasco en el acceso al by-pass desde la autovía A-3 dirección a Valencia puede ser un buen momento para estropear el ... primer día de las vacaciones. Y justo cuando después de muchos kilómetros de camino, ya se ve el mar a tiro de piedra. Uno de los puntos negros por excelencia de la red viaria de la Comunitat Valenciana se convierte cada verano en una auténtica ratonera para todos aquellos que tratan de buscar el sol y la playa en el litoral valenciano. No sólo para ellos, sino para otros muchos que van a trabajar porque no todos en agosto están de vacaciones.
De la ampliación a tres carriles de la conocida como carretera de Madrid, la zona que peor se remató fue sin duda la del acceso de la autovía al by-pass. Lo que tenía que servir de canal de distribución para muchos destinos se ha convertido en uno de los grandes embudos del litoral mediterráneo, un tramo en el que los conductores se juegan el tipo y el de su familia. Salir vivo de ese tramo es como completar una gymkana sin puntos de penalización. Cada viernes por la tarde y sábado por la mañana, con una marabunta de madrileños a la caza y captura de la primera línea de playa, pasar por allí es sufrir, pasarlo mal de verdad.
La ampliación de la A-3 fue una de las obras más vergonzosas en manos del Ministerio de Fomento. Sólo el proyecto del Nuevo Mestalla acumula más despropósitos. El proyecto tardó casi una década en ejecutarse, fueron decenas los conductores que se dejaron parte de la chapa de su vehículo en los muros y las incidencias se convirtieron en rosario. Todos los días había accidentes en aquella ampliación por tramos. La guinda fue la intención de que un sólo carril absorbiera el tráfico de cuatro. Nadie tuvo a bien la previsión de que miles y miles de conductores buscarían el by-pass bien para buscar un nuevo destino hacia Alicante o hacia Barcelona.
Los días clave, aquellos que se conocen como la operación salida, la serpiente de vehículos puede llegar más allá del 'puente de la muerte' -ubicado frente a las instalaciones de la Universidad Laboral de Cheste-, al que se conoce con ese sobrenombre por el número de víctimas que se ha cobrado a lo largo de estos años. Hoy en día es la puerta abierta a atascos monumentales.
Hace unos años, un par de kilómetros después del 'puente de la muerte', un camión, cuyo conductor posteriormente dio positivo en la prueba de alcoholemia, mató a una chica en un accidente brutal causado por el monumental colapso que se generó por la falta de espacio para incorporarse a la autovía del Mediterráneo. Frente al hostal La Carreta, aquel camión se empotró contra un montón de coches casi parados, dejando una fallecida y varios heridos.
El tramo, en los días claves, necesita de una concentración absoluta al volante, ya que la retención aparece en la calzada de repente y la alta velocidad a la que se circula -es una vía de 120 kilómetros por hora- provoca que haya que reaccionar en cuestión de segundos.
Además, el abanico de conductores que pueblan las carreteras dificulta toda vía más la circulación por un tramo en el que llega a haber cuatro carriles, aunque sólo uno es de acceso al by-pass. Algunos, entre despistados y espabilados, tratan de salvar la retención y se incorporan al carril de acceso al by-pass en el último segundo. La imagen superior que ilustra esta información permite observar como los vehículos hacen maniobras inapropiadas en una vía de alta velocidad para poder incorporarse al carril de acceso al by-pass, una zona por la que transita también mucho vehículo pesado que complica todavía más la circulación en uno de los puntos negros de la red viaria de la Comunitat Valenciana.
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