El nuevo secretario autonómico de Medio Ambiente, Raúl Mérida, en las instalaciones del Complejo Administrativo 9 d'Octubre. Irene Marsilla

Raúl Mérida: «Vamos a poder demostrar legalmente que el agua no ha llegado a la Albufera»

El nuevo secretario autonómico de Medio Ambiente critica la inacción del Botánico en materia forestal y llama a despolitizar la gestión ambiental

Domingo, 11 de agosto 2024, 00:47

En poco más de un año, Raúl Mérida, naturalista, ambientalista, educador, conferenciante, escritor..., en definitiva, una de las voces más autorizadas en la Comunitat en materia de protección animal, ha pasado de estar fuera del mundo de la política a ocupar el segundo escalón del ... Consell. Esta entrevista se realizó apenas media hora después de darse a conocer su nombramiento como secretario autonómico de Medio Ambiente, un cargo que recibe «como una gran alegría en el sentido de la confianza» depositada en él y con no menos dosis de «responsabilidad».

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–Aunque acaba de llegar al cargo, ¿cuáles van a ser sus principales líneas de acción?

–La principal línea que me marcaría es explicar de verdad el sentido de la sostenibilidad. Hay una gran equivocación sobre la sostenibilidad al pensar que algo sostenible es algo que no se toca. Y lo sostenible se alimenta, se cuida y, a su vez, genera en torno a sí una actividad. No es algo inmóvil.

–Hace un año entró en la vida política y ya ha escalado al segundo escalón del Consell sin ser afiliado al PP. ¿Qué lectura hace?

–Tanto el presidente Carlos Mazón como yo y el resto del Consell compartimos la idea de que el medio ambiente es un bien común que nos pertenece a todos. El tema de la afiliación es en parte un trámite porque me siento identificado al cien por cien con cada una de las diferentes políticas del Consell y de Mazón, por lo tanto me siento muy cómodo.

–¿Cómo afronta este nuevo reto?

–Afronto la responsabilidad con dos criterios. Uno, la gestión, que para mí es fundamental, el cumplimiento de los compromisos adquiridos. Cuando un partido político intenta vincular la protección del medio ambiente a su ideología hace un daño tremendo al medio ambiente y a la protección de los animales. La protección del medio ambiente es una cuestión amplia, transversal, no de izquierdas. El medio ambiente nos corresponde a todos, es una cuestión de sentido común.

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«La protección del medio ambiente es una cuestión de sentido común, no de ideologías»

–Ha sido muy crítico con la gestión medioambiental que realizó el Consell del Botánico. ¿Por qué?

–He sido muy crítico con dos cosas. Una, con la inacción en las zonas forestales. Me he encontrado que, simplemente con que saliera un cartel con una sierra y una persona cortando un árbol, creían que era un atentado contra el medio forestal, y es cuidarlo. Lo que demandan las personas del campo, las que de verdad tienen esa sabiduría, es que se armonice el bosque, que las zonas boscosas con exceso de vegetación se clareen. Eso es evitar incendios. Otra forma es fomentar la agricultura, los usos tradicionales, como también la caza y la ganadería. También he sido crítico con ampliar zonas protegidas simplemente para impedir que se realice un proyecto. Así se le hace daño al parque natural porque la gente lo va a empezar a ver como un enemigo. Y es lo contrario, un amigo. Un parque natural es un entorno cuidado, con una marca que va a permitir que los productos que se fabriquen ahí tengan una mejor salida, lo que va a generar riqueza, que se necesita para que viva gente en la zona rural. Muchas veces digo que para proteger el medio ambiente hace falta un pediatra. ¿Por qué? Porque cuando vas a las zonas rurales y hablas con la gente joven eso es lo que te piden. En el medio natural está todo interrelacionado. Si se piensa que la solución pasa por hacer solo una cosa, se equivocan; es un conjunto de piezas que tienen que estar en armonía. Por ejemplo, en lugar de ampliar parques naturales, se puede recurrir a figuras como los parques urbanos para crear zonas verdes en lugares donde no haya un valor de patrimonio natural que te permite crear un parque natural. Si no, al final, llegamos a la situación actual, en la que en la Comunitat Valenciana hay cientos de proyectos que están judicializados y pasan los años y ni se hace una cosa ni se hace otra. La inacción es lo que más daño hace al medio ambiente.

–¿Y cómo se revierte un proceso, como es el de la despoblación de las zonas rurales, que lleva décadas produciéndose y que, además, las políticas afectan a varios departamentos y administraciones, y que se debería abordar durante varias legislaturas y para lo que sería necesario el acuerdo político?

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–Lo primero es hablar con la gente. Félix Rodríguez de la Fuente iba por los pueblos creando foros de debate. Hay que escuchar, que empatizar con la persona que tienes al lado. Soy una persona de acuerdos y de consensos, no me canso de establecer zonas de debate. Que es necesario buscar consensos, sin duda. Que son necesarias varias legislaturas, sin duda también. Pero es que si no iniciamos esto hoy, si no empezamos a hablar entre todos y, sobre todo, si no buscamos culpables sino soluciones, mañana será demasiado tarde.

«La visita a los parques naturales es educación, no saturación, pero hay que regularla»

–Estamos en pleno verano, temporada de alto riesgo de incendios forestales y además con una alarmante sequía. ¿Cómo están los montes y en qué se está trabajando?

–Estamos buscando lugares de encuentro con otras consellerias. Estamos trabajando con las brigadas forestales, reforzándolas. Tanto en los parques naturales como en las zonas forestales hemos puesto en marcha brigadas especiales, estamos trabajando en prevención. Pero estamos como estamos y tenemos las temperaturas que tenemos. Tampoco sé prometer lo que no se puede cumplir. Lo que sí puedo prometer, y comprometerme, es a que estamos vigilantes, reforzando las brigadas e intentando actuar en las zonas donde hay problemas. No nos temblará el pulso si en un momento determinado tenemos que restringir el uso en una determinada zona. Se trata de poner sentido común. En la Comunitat Valenciana hay muchos héroes anónimos que están en estos momentos cuidando los montes. Donde menos te imaginas hay una torre de vigilancia de prevención de incendios de la Generalitat con una persona ahí durante 24 horas viendo si se producen incendios. Por eso los incendios que se producen al día son muchos, pero son conatos, porque inmediatamente son detectados y se apagan.

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–¿Y no es complejo ese equilibrio entre abrir los parques naturales a la gente y prevenir incendios?

–Se trata de sentido común. Hay zonas donde el acceso de la población es más peligroso, pero si en otras zonas el peligro no es tan excesivo dejamos que se disfrute de ellas. No es complejo, lo complejo lo hacemos las personas cuando buscamos problemas donde no hay más que gestión. Lo que hay que hacer es paliar la interferencia que ejerce el ser humano en la naturaleza.

–Hablando de parques naturales, en la Albufera se realizan muchas actividades: turísticas, económicas, deportivas… ¿Cómo se conjuga con la protección medioambiental?

–Me gusta que hable de actividades y no de intereses, como muchas personas suelen decir. Hay muchas actividades, pero el interés es uno, cuidar la Albufera. Todas esas actividades convierten la Albufera en un lugar único, y para mí el humedal más importante de Europa. Hay algo que se ha olvidado a lo largo de la evolución, y es que el ser humano forma parte de la naturaleza, y en la Albufera se ve muy patente cómo hay agricultores, ganaderos, cazadores, pescadores... Hay una serie de actividades en el entorno del parque natural que evidentemente tienen una incidencia en él. Y el turismo, que es importante también. La visita a un parque natural conlleva la educación. Si una persona va a un parque natural va a ver carteles informativos de la riqueza natural que tiene ese entorno. La visita es educación, no es saturación. Evidentemente, la visita tiene que regularse, armonizarse con el entorno. Cuando se habla de abrir los parques la gente inmediatamente dice saturación. Saturación, no. Educación, sí. Vamos a abrir los parques naturales, a darlos a conocer, que la gente se sienta orgullosa, porque la Comunitat Valenciana es una potencia mundial. Se habla mucho de economía circular, pero no sé si la gente sabe lo que es. Consiste precisamente en que se puedan realizar actividades que permitan que el lugar sea cuidado y que a su vez contribuya a que la gente se retroalimente de esas visitas. Abrir los parque naturales es educación y concienciación.

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«Para proteger el medio ambiente hacen falta pediatras»

–¿Corre peligro la Albufera? ¿Puede desaparecer tal y como la conocemos hoy en día?

–En el tema de la conservación y la protección animal se ha jugado mucho a mandar mensajes apocalípticos con la idea de cambiar la acción de la gente. Creo que es un gravísimo error. La gente está suficientemente formada como para decirle las cosas como son. El engaño es un gravísimo error.

–¿Los cambios de color que experimenta el agua de la laguna son una señal de alarma?

–Para mí es una consecuencia directa del incumplimiento de los aportes de agua que la Confederación Hidrográfica del Júcar tenía que haber hecho al lago, y que no ha hecho. Esos aportes pueden evitar procesos que se producen en un momento determinado por el calentamiento del agua o por la reproducción de ciertas algas. Cuando el Gobierno de España ha hablado de aporte de agua ha hablado de parque natural, que puede conllevar hasta el agua que pueda gastar un vecino que viva en un cuarto piso de uno de los pueblos que están en el área de influencia del parque. Jugar con las cifras es muy fácil si lo que pretendes es distorsionar la realidad. Desde la Generalitat no hemos pedido agua para la Albufera. Hemos pedido que se cumpla la ley. Y la ley dice que tiene que haber un aporte de 10 hectómetros cúbicos del Júcar y del Turia. ¿Se han producido? No. Pero es que hay unos procesos. Es facilísimo de demostrar porque para dar esos aportes tienen que informar obligatoriamente, y no han informado. ¿O es que se han saltado la ley?

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«No soy partidario de prohibirlos. Forman parte de la tradición y actualmente mucha gente los defiende, puede que en un momento eso cambie»

–¿Existe un mecanismo para comprobar si el agua ha llegado?

–Las acequias informan de la cantidad de agua que llega a la Albufera. La ley dice que tienen que llegar 20 hectómetros cúbicos más 12,5 como consecuencia de la modernización de las acequias. La acequia del Júcar informó de que habían llegado 12,5 hectómetros cúbicos, y no se ha aportado más. Vamos a poder demostrar legalmente que no ha llegado agua a la Albufera. Pero eso no es lo más relevante. El que se demuestre o no, que se va a demostrar, es una cuestión judicial, legal. Lo más preocupante para mí es pensar que con algo tan sagrado como la Albufera se ha pretendido engañar a los valencianos, eso es lo de verdad me duele. Al final el agua llegará, porque legalmente tiene que llegar. Además dentro de poco nos encontramos en otro proceso en el que tienen que llegar otros 20 hectómetros cúbicos. Va a tardar muy poco en verse. El problema es que se intente engañar con eso.

Raúl Mérida, en un momento de la entrevista. Irene Marsilla

«La caza es protección animal»

–Los jabalíes están generando serios problemas, no ya solo en zonas de cultivo, sino también en ciudades y playas, donde cada vez es más habitual avistarlos e incluso han protagonizado algunos ataques. ¿Cómo se puede combatir esta plaga?

–Cuando llegué a la Dirección General de Medio Natural existía un cierto miedo sobre qué posición iba a tener sobre la caza. Yo considero que la caza es protección animal. Los cazadores son gestores cinégeticos del medio ambiente, están protegiéndolo. En el tema de los jabalíes, la solución pasa por potenciar la agricultura. En los campos agrícolas que se abandonan es donde más se reproducen los jabalíes. Ayudar a que los agricultores no se vayan de las zonas agrícolas es combatir al jabalí. El segundo, la caza. El cazador es un instrumento esencial. La presencia del jabalí está afectando a otras especies. Cualquier ave que pueda anidar en el suelo, por ejemplo en la Albufera, tiene en el jabalí un enemigo muy potente. Es un animal muy fuerte, puede nadar, tiene una grandísima capacidad de adaptación. Con lo cual proteger la biodiversidad hoy en día pasa por controlar la población del jabalí. Y en aquellos sitios donde no se pueda practicar la caza, hay que utilizar comederos y capturaderos. El jabalí actualmente es un problema muy grave. Pero también lo es el arruí en algunas zonas, una especie invasora, que son especies que ha puesto el ser humano en el medio natural y que ahora suponen un problema para la agricultura.

–¿Y respecto a los bous al carrer? ¿Cómo se combina en este tipo de festejos la protección y el bienestar animal con la tradición?

–Hay una serie de festejos que son tradicionales. No soy partidario de prohibirlos. Si prohíbes una fiesta de este tipo, se va a producir clandestinamente. Los bous forman parte de la tradición de la Comunitat y se siguen celebrando. Actualmente hay mucha gente que los defiende y quieren que sigan, puede que en un momento eso cambie. Lo que hay que hacer es una normativa que guarde el bienestar de estos animales durante las celebraciones y creo que la deben elaborar las diputaciones. Hay muchos pasos que se pueden dar en la protección y bienestar de los animales en lugar de la prohibición, que lo que trae es enfrentamientos.

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